El CGPJ quiere exigir hoy a Dívar que reconozca públicamente el daño causado

Los vocales de Consejo General del Poder Judicial llevan dos días reunidos intentando unificar posturas respecto a los viajes privados de su presidente, Carlos Dívar. La Fiscalía consideró que pasar a cuenta del órgano de los jueces sus gastos privados no supone un posible delito de malversación de caudales públicos, tal y como denunció el vocal José Manuel Gómez Benítez. Pero el CGPJ no está dispuesto a que este comportamiento quede indemne.

Desde que se conoció la denuncia sobre sus viajes a Marbella, los vocales están esperando una reacción del presidente, también máximo representante del Tribunal Supremo. Dívar no atendió a los consejos de algunos de sus allegados de comparecer públicamente para dar una explicación. En ese momento, instó a esperar a la resolución del Ministerio Público.

Con la decisión de la Fiscalía General del Estado de archivar las diligencias y no judicializar el asunto, ahora sus compañeros quieren que dé las explicaciones oportunas, un reconocimiento público del daño causado a la institución. Gómez Benítez incluso está dispuesto a solicitar en el pleno convocado para hoy su dimisión. Dívar ya ha anunciado que no va a dar ese paso. Para su reprobación se necesita el voto de tres quintos de los vocales, algo que, según fuentes del órgano, es difícil de conseguir.

Durante estos dos días de reuniones, la tensión es palpable entre los miembros. Los 19 vocales no afectados están estudiando qué propuestas presentan en el pleno, que podrían ir desde la petición de comparecencia de Dívar ante la prensa hasta un escrito de disculpas.

Aún así, las posturas no son unánimes. Mientras que algunos están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias, otros defienden a su presidente al tratarse de una víctima en una campaña instrumentalizada para desestabilizar el Estado.

Las represalias también van dirigidas a Gómez Benítez, por dejar en evidencia al Consejo y no haber discutido el problema dentro del órgano antes de acudir a la Fiscalía y haber hecho público el asunto. La máxima de “los trapos sucios se lavan en casa” se la saltó sin importarle la repercusión pública que iba a tener su escrito. Algunos de sus compañeros piden su dimisión, para la cual también se necesitan tres quintos.

Los vocales también están dirimiendo qué se puede hacer para que en el futuro no se vuelva a producir esta situación y haya más transparencia en las cuentas del Consejo. Entre otras cosas, está la revisión del acuerdo firmado en 1996 por el cual no era necesario especificar los conceptos de los gastos en los viajes.