Abengoa hace limpieza extra y eleva sus pérdidas hasta los 5.400 millones

Hacer borrón y cuenta nueva. Los nuevos dueños de Abengoa han decidido levantar las alfombras hasta el fondo antes de acudir a la próxima junta extraordinaria de accionistas, en la que se aprobará la reestructuración de la deuda y del capital. Por ello, el todavía consejo de administración de la compañía ha optado por reconocer otros 1.723 millones de pérdidas adicionales en el tercer trimestre del año, por lo que los números rojos en los nueve primeros meses del ejercicio se disparan hasta los 5.413 millones.

La compañía andaluza, que no tenía previsto agregar estas minusvalías hasta el primer trimestre de 2017 por motivos fiscales, ha decidido poner negro sobre blanco para evitar cualquier malinterpretación posterior por parte del auditor. Abengoa explica estas pérdidas adicionales por el reconocimiento del deterioro de determinados activos, la ralentización generalizada del negocio y el mayor gasto financiero por la ejecución de los proyectos y la provisión de avales.

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Cotizalia / Agencias

Abengoa, que ya ha obtenido el visto bueno del juzgado para homologar el acuerdo de reestructuración de la deuda apoyado por el 86% de los acreedores, registró unas ventas de 1.043 millones de euros entre enero y septiembre. Por su parte, el beneficio de explotación o ebitda fue negativo en 90 millones. “Dichas magnitudes excluyen el impacto de la actividad de bioenergía y de las concesiones de las líneas de transmisión de Brasil, que se presentan como resultados procedentes de operaciones discontinuadas y cuyo impacto asciende conjuntamente a 935 millones de ventas, frente a los 1.607 millones del mismo periodo del año precedente”, explica el grupo en una nota de prensa.

Por su parte, las ventas en la actividad de ingeniería y construcción alcanzaron 934 millones y un ebitda negativo de 157 millones, frente a una cifra de negocio y un beneficio operativo de 3.040 y 591 millones, respectivamente, de 2015. “Esta disminución se atribuye principalmente a los efectos anteriormente mencionados de ralentización de la actividad, que afectan fundamentalmente a ciertos proyectos en México, a las plantas solares de Chile y Sudáfrica y a las líneas de transmisión de Brasil”, justifica la multinacional andaluza.

Deterioro global

Las pérdidas de 5.413 millones incluyen deterioros de activos y sociedades por 4.227 millones, lo que está relacionado fundamentalmente con minusvalías contables por la menor valoración de los activos de bioenergía en EEUU, Europa y Brasil, de líneas de transmisión en Brasil, de las plantas de generación en México y de las plantas solares en Chile.

En bioenergía, el deterioro asciende a 1.976 millones, debido al menor valor de plantas de etanol de primera y segunda generación americanas, que se encuentran al amparo del denominado Chapter 11 en EEUU, con el impacto por la pérdida de control de la planta de Rotterdam tras el proceso de quiebra y liquidación, así como con la minusvalía registrada en las plantas de Brasil ante una eventual desinversión de las mismas. Además, se ha producido un deterioro de 982 millones de euros por la pérdida de valor de las líneas de transmisión brasileñas tras el proceso de venta iniciado en el marco del procedimiento de recuperación judicial previsto en la legislación brasileña.

Finalmente, la compañía ha tenido impactos negativos adicionales por importe de 1.269 millones, debido fundamentalmente a la venta, la no continuidad de negocios o la hibernación de ciertos proyectos y a la pérdida reconocida en la venta de determinados activos financieros, entre los que destaca el efecto de los acuerdos alcanzados con EIG sobre la participación APW-1.