Todo el poder para Villar Mir: el patrón reorganiza su imperio entre sus tres hijos

"Muchas gracias, espero no fallar". Al borde de las lágrimas, Juan Villar-Mir de Fuentes pronunció ayer estas palabras al oído de su padre, Juan Miguel Villar Mir, que pocos segundos antes le había cedido oficialmente la presidencia de OHL ante todos los accionistas del grupo, que arroparon el momento con un caluroso aplauso.

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Una puesta en escena en parte preparada -el padre había elegido específicamente el día de ayer para hacer el anuncio-, en parte improvisada, como quedó plasmado cuando el patrón tendió la mano a su hijo mayor, y éste decidió romper frialdades empresariales para darle un familiar abrazo.

Porque, detrás de todo este relevo, está la historia de una familia que está tratando de organizar la sucesión en el que, probablemente, sea el momento más complicado de su historia.

Salpicada por escándalos de corrupción en España y México, sensacionalistas informaciones sobre la vida privada de Javier López Madrid -yerno de Villar Mir y esposo de su hija Silvia-, un excesivo endeudamiento que afecta a todo el 'holding' y con el negocio de la construcción malviviendo en la UCI, los planes de relevo se han acelerado y modificado respecto a los planes que parecían vislumbrarse hace tres años.

Fuen en octubre de 2013 cuando Juan Miguel Villar Mir nombró a Josep Piqué consejero delegado de OHL y abrió la puerta a que éste pudiera terminar tomando el timón. Pero la joya de la corona del grupo ha perdido un 75% de su valor desde entonces, llegó a disparar su endeudamiento hasta niveles nunca vistos y llevó a la familia a cerrar filas en torno ya no sólo del grupo, sino de su propio patrimonio.

La familia toma el poder

Tras la marcha de Piqué, pactada hace varios meses con la familia, está un movimiento más amplio de relevo en el mayor 'holding' familiar, con el añadido de que llega en un espinoso momento y con la máxima del padre de repartir los papeles entre sus tres hijos -Juan, Silvia y Álvaro-, pero respetando siempre el liderazgo ya concedido al mayor.

Aunque el propio Villar Mir lleva una década postulando a su hijo mayor como sucesor natural, hasta que le ha dado oficialmente el relevo ha valorado diferentes escenarios, desde concentrar el papel de la familia en una figura más dominical y ceder a profesionales el día a día de las diferentes empresas del grupo -OHL, Inmobiliaria Espacio, Fertiberia y Ferroatlántica, entre otras-, hasta dar un mayor peso a sus vástagos, como ha terminado haciendo.

Juan Villar-Mir de Fuentes lleva más de un año preparando la toma de poder que oficializó ayer y que desde hace meses ejerce en OHL, Colonial y Abertis

En la constructora, su hijo Juan lleva más de un año trabajando en esta toma de poder, testando la temperando de los diferentes 'stakeholders' respecto a OHL y los pasos que el mercado quiere que dé, adoptando un creciente protagonismo en sus dos grandes participadas cotizadas, Colonial y Abertis, y diseñando su propio equipo, un organigrama en el que no tiene reservado ningún papel para Piqué, aunque sí para gran parte de la vieja guardia con la que lleva años trabajando, como Juan Osuna.

El padre seguirá al timón al frente del 'holding', Grupo Villar Mir, donde "voy a seguir siendo presidente sin límite de tiempo", según dijo él mismo ayer, y desde donde terminará de reorganizar un relevo que más temprano que tarde está condenado a llegar para un empresario que dentro de tres meses cumplirá 85 años.

Éste se ha estructurado sobre la máxima de salvaguardar la paz entre los hermanos, repartirse los sillones que a todos ellos corresponden como dominicales en las diferentes sociedades del grupo, asumir el papel de 'hereu' de Juan, y garantizar también un papel protagonista para sus hermanos dentro del 'holding', especialmente a Silvia, más interesada por la empresa que su hermano Álvaro, y a quien el padre tiene en gran estima profesional.

Por eso, salvo OHL, donde será Juan quien lleve el día a día, en el resto de sociedades del grupo el padre ha optado por poner a frente a profesionales ajenos a la familia, una jugada similar a la que llegó a diseñarse con Piqué en la constructora, y dejar que el verdadero poder lo jueguen desde su papel dominical, ya que la última palabra la tendrá la familia, al controlar el consejo de administración del 'holding'.