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La CNMC mete plomo en las alas de Aena con su intento de bajar las tarifas aéreas un 10%
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NUEVA BATALLA CON EL MINISTERIO DE FOMENTO

La CNMC mete plomo en las alas de Aena con su intento de bajar las tarifas aéreas un 10%

El organismo regulador está a punto de aprobar su informe sobre el sistema de costes de Aena, que puede suponer una pérdida de 1.000 millones en el actual valor bursátil de la compañía

Foto: El presidente de Aena, José Manuel Vargas. (EFE)
El presidente de Aena, José Manuel Vargas. (EFE)

La CNMC ha puesto ojo avizor sobre Aena (ver cotización), pero al gestor aeroportuario parece que le ha mirado un tuerto en sus relaciones con el organismo regulador de los mercados. El supervisor mayor del Reino ha irrumpido con todos los predicamentos legales para hacer valer sus criterios técnicos en la contabilidad de la nueva sociedad cotizada y forzar un ajuste a la baja de las tarifas aéreas para el próximo año que fuentes del sector estiman entre un 8 y un 10%. El Ministerio de Fomento está de uñas y la batalla se promete intensa.

Las autoridades de la competencia han intentado por activa y por pasiva modificar el modelo de costes implantado por Aena y que distingue las actividades reguladas de la propia actividad aeroportuaria de aquellas otras comerciales que se generan en las tiendas duty free, cafeterías, bares y demás establecimientos que funcionan dentro de la red. Este sistema dual till o de doble caja no es del agrado de la CNMC, que ya ha mostrado su deseo de sustituirlo por una fórmula híbrida en la que una parte de los ingresos comerciales se revirtiera vía menores tasas a la compañías aéreas.

El departamento que dirige Ana Pastor hizo caso omiso de las resoluciones planteadas por el supervisor en el informe previo elaborado en julio sobre el real decreto que estableció el marco jurídico de la regulación aeroportuaria y que, a fin de cuentas, sirvió de catapulta para lanzar la oferta pública en bolsa (OPV) de Aena. Sin embargo, la CNMC consiguió que algunos de sus valedores dentro del Ejecutivo introdujeran una disposición transitoria en la misma normativa que faculta al regulador para dejar su huella indeleble en la definición de las tarifas que deben entrar en vigor en 2016. El próximo año sirve de transición y base de referencia a la hora de aplicar el incremento 0 comprometido por el Gobierno con el sector para los siguientes diez ejercicios. Se da la paradoja de que la entidad encargada de vigilar el buen funcionamiento del mercado también criticó en su día la congelación de las tarifas durante un periodo de tiempo tan largo.

Los precios regulados están sometidos al control de la Ley de Presupuestos y el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) otorga carta de naturaleza a la CNMC desde el momento en que el Ministerio de Fomento está obligado a incorporar la propuesta del organismo supervisor al proyecto legislativo que, a la espera del calendario electoral, debe sancionar las cuentas del Reino en el Parlamento el próximo otoño. Dicho en otras palabras, el grupo de comisionados que preside José María Marín Quemada tiene en estos momentos la sartén por el mango a la hora de determinar los ingresos de las actividades reguladas que puede generar Aena de aquí al año 2027.

Los inversores internacionales que han relanzado estos meses el despegue bursátil de la compañía han empezado a ponerse la venda antes de que la CNMC dispare el golpe de gracia definitivo. El varapalo se materializará a partir del dictamen derivado de la consulta pública efectuada por el regulador en enero sobre el ajuste de costes imputables a las actividades comerciales. Este primer aldabonazo puede suponer un recorte de entre 75 a 100 millones de euros en el ebitda de la empresa, lo que constituye una pérdida latente de entre 1.000 a 1.200 millones de euros en términos de valoración en bolsa teniendo en cuenta la relación entre el enteprise value (precio de mercado más deuda) y el margen operativo de la compañía.

Déficit de tarifa

La CNMC cuestiona también el déficit de tarifa pactado estos años atrás por Aena con las distintas entidades encargadas de la regulación aeroportuaria. Este segundo capítulo de controversia con el Ministerio de Fomento puede resultar bastante más oneroso para la compañía que preside José Manuel Vargas. El supervisor entiende que dicho déficit debe medirse a posteriori, sobre bases reales, y no con los criterios de prospectiva que han servido para estimular la eficiencia en la gestión de los costes de la compañía. La diferencia entre ambas metodologías implica una diferencia de más de 1.100 millones que debilitan la posición negociadora de Aena justo en un momento en el que la compañía está negociando las tasas aeroportuarias con los representantes de las aerolíneas.

Las principales asociaciones empresariales como AECA, ACETA y ALA saben que tienen de su parte al ‘primo de Zumosol’ y quieren marcar el terreno para forzar un acuerdo favorable antes de que termine el próximo mes de mayo. Para entonces, la CNMC habrá desvelado el impacto de su propuesta, pero todo hace indicar que Aena deberá asumir su insólita condición de sociedad cotizada bajo control mayoritario del Estado y aceptar la suerte que le impone el regulador. Habrá que ver si los inversores están dispuestos a aguantar el tirón y siguen por la labor de mantenerse en una empresa que a partir de ahora tendrá que volar en bolsa con plomo en las alas.

La CNMC ha puesto ojo avizor sobre Aena (ver cotización), pero al gestor aeroportuario parece que le ha mirado un tuerto en sus relaciones con el organismo regulador de los mercados. El supervisor mayor del Reino ha irrumpido con todos los predicamentos legales para hacer valer sus criterios técnicos en la contabilidad de la nueva sociedad cotizada y forzar un ajuste a la baja de las tarifas aéreas para el próximo año que fuentes del sector estiman entre un 8 y un 10%. El Ministerio de Fomento está de uñas y la batalla se promete intensa.

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