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ACS fracasa en su último intento de salir del capital de Iberdrola por la puerta de atrás
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ACS fracasa en su último intento de salir del capital de Iberdrola por la puerta de atrás

Iberdrola seguirá siendo una pesadilla para ACS. La oferta para amortizar dos emisiones de bonos sobre acciones de la eléctrica no ha tenido buena acogida

Foto: El presidente de ACS, Florentino Pérez, junto al vicepresidente de la empresa, Pablo Vallbona. (EFE)
El presidente de ACS, Florentino Pérez, junto al vicepresidente de la empresa, Pablo Vallbona. (EFE)

Iberdrola seguirá siendo una pesadilla para ACS. Si hasta 2012 la constructora persiguió hasta la extenuación financiera tomar el control de la eléctrica, de la que llegó a tener un 20%, ahora ha intentado la salida mediante la amortización anticipada de dos emisiones de bonos por 1.126 millones de euros sobre las acciones del grupo energético. El problema para Florentino Pérez es que una amplia mayoría de bonistas ha rechazado la oferta de canje, por lo que no podrá maquillar las cuentas como tenía previsto y seguirá teniendo una participación en la empresa vasca.

El objetivo de la operación lanzada el pasado 9 de diciembre era que los inversores aceptasen una propuesta de canje mediante el pago de un incentivo a cambio de amortizar la emisión de bonos que hizo en octubre de 2013 por 721,1 millones y la que lanzó en marzo de este mismo año por 405,6 millones. La primera era a cinco años con un precio de canje de 5,7688 euros por cada acción de Iberdrola, con un tipo de interés del 2,625%. La segunda, a seis años, abonaba un 1,625%, con un precio de conversión de 6,419 euros por título.

Como la cotización de la eléctrica está por debajo de ambos precios de referencia, ACS debía poner encima de la mesa un incentivo muy jugoso. Aunque los detalles de la oferta no se han hecho públicos, fuentes financieras indican que la acogida ha sido muy fría, especialmente porque en estos momentos los inversores no tienen mejores opciones donde invertir al no haber emisiones similares en el mercado. Este tipo de fondos sólo ponen su dinero en convertibles de parecidas características y, al no haber papel ahora en el mercado, su única opción es estar en liquidez con rendimientos de apenas el 0,05%, precio oficial del dinero.

Según las mismas fuentes, hasta el pasado viernes ni la mitad de los bonistas habían aceptado la proposición del grupo liderado por Florentino Pérez, que tiene que liquidar la oferta este mismo martes. Hoy se conocerá el ratio exacto de aceptación, pero estará muy lejos del 100% que perseguía ACS con el único fin de reducir la abultada deuda de su balance. ACS tiene una deuda bruta de 12.159 millones de euros al cierre del tercer trimestre de 2014. La neta es de 5.872 millones, 1.600 más de los que tenía en el mismo periodo de 2013.

Porque el objetivo de esta operación a la desesperada era bajar el pasivo de cara a maquillar la foto de fin de año de las cuentas consolidadas de la constructora, que había anunciado su intención de rebajar su endeudamiento en 4.000 millones de euros en el último trimestre de 2014. En este plan se incluía la venta de algunos activos en manos de Hochtief y de Leighton, su constructora alemana y australiana. Pero hasta el momento sólo se ha podido ejecutar la diversión de John Holland por 700 millones.

Iberdrola seguirá siendo una pesadilla para ACS. Si hasta 2012 la constructora persiguió hasta la extenuación financiera tomar el control de la eléctrica, de la que llegó a tener un 20%, ahora ha intentado la salida mediante la amortización anticipada de dos emisiones de bonos por 1.126 millones de euros sobre las acciones del grupo energético. El problema para Florentino Pérez es que una amplia mayoría de bonistas ha rechazado la oferta de canje, por lo que no podrá maquillar las cuentas como tenía previsto y seguirá teniendo una participación en la empresa vasca.

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