Rajoy irá a la investidura aunque fracase y seguirá buscando el apoyo del PSOE

Inasequible al desaliento, Mariano Rajoy ha encajado el enésimo “no es no” de Pedro Sánchez con el aviso de que seguirá intentando convencer al dirigente socialista de que debe desbloquear la situación política y permitir la formación de Gobierno. “Lo haré en la primera votación, en la segunda y también después”, dijo el jefe del Ejecutivo en funciones desde hace ocho meses ante la sesión de investidura, previsiblemente fallida, que se celebra esta semana en el Congreso.

Después de despachar durante apenas media hora con el secretario general del PSOE, Rajoy se ha empleado en describir el panorama y las consecuencias del rechazo socialista a su acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria, la suma de 170 escaños que tampoco sirve para que Sánchez se mueva de su irreductible posición. Incluso lo utiliza para reafirmarse en la misma, por considerar que el pacto es “conservador”.

Para el presidente del PP, con los apoyos que ahora tiene ha cumplido con sus obligaciones constitucionales y ahora son los socialistas, “que tienen la llave”, los que deben dar explicaciones del atasco y la amenaza de ir a las terceras elecciones en un año.

Rajoy insistió en que “España necesita un Gobierno para consolidar la recuperación económica”, cumplir los compromisos con la UE y elaborar los Presupuestos con todo lo que conlleva para los sueldos de los funcionarios, las pensiones, la contratación pública y el funcionamiento de todas las administraciones. También para acabar con “la anomalía” de carecer de Ejecutivo con plenos poderes, después de dos procesos electorales, porque el segundo partido del país se niega a permitir al primero gobernar aunque le saque 52 escaños y concurra a la investidura con el doble de escaños que el PSOE.

Según el máximo dirigente del PP, el bloqueo puede suponer ya que se tome España a broma como país, tanto fuera como dentro: “Nuestros propios compatriotas”, en palabras de Rajoy. Muy molesto con el tono de Sánchez en el desprecio a su enésima oferta para que al menos se abstenga en la investidura, comentó que “el diálogo por España nunca es prescindible”. Se refería a las palabras previas del dirigente socialista, enojado a su vez por tener que volver a entrevistarse con el presidente del Gobierno y calificar de “prescindible” la cita.