Sánchez aprovecha el debate de refugiados para volver a postularse como presidente

"Eso es lo que haría si fuese presidente del Gobierno", "Si soy presidente del Gobierno convertiré a España en un país de acogida", "Sería lo que haría mi Gobierno a diferencia de lo que ha hecho el suyo". "Pronto le despertaremos si todo va bien".

Era evidente que el debate en el Congreso sobre la pasada cumbre del Consejo Europeo del 17 y 18 de marzo en el que se cerró un pacto con Turquía sobre refugiados tendría otro cariz. Un aroma como poco de transición y como mucho preelectoral, ya que España está a las puertas o de tener un nuevo Ejecutivo o de repetir las generales del 20 de diciembre. Y Pedro Sánchez aprovechó la oportunidad de enfrentarse en la tribuna de oradores a un Mariano Rajoy todavía presidente del Gobierno en funciones para postularse como candidato, en una suerte de segundo debate de investidura, más corto y acotado a un tema concreto, el drama de los que huyen espantados por la guerra y el terrorismo en Siria y en otros países. Por eso contrastó la "inacción" y el "incumplimiento de compromisos" del Gabinete del PP con lo que él haría si estuviera ya en La Moncloa.

Aunque lo primero, claro, era ironizar sobre la resistencia del Gobierno en funciones al Parlamento. "Bienvenido a la tribuna del Congreso", le espoleó el secretario general del PSOE nada más tomar el micrófono. La Cámara es la "casa del diálogo" y si su grupo reclamó la presencia de Rajoy no fue "por ningún afán revanchista", sino porque era "necesaria", porque el Ejecutivo, aunque tenga una capacidad "menguada", sí "toma decisiones" y ha de "responder por ellas ante las Cortes". En otras palabras, le espetó, un Gobierno en funciones no significa un "Gobierno descontrolado".

Para Sánchez, el Ejecutivo "sigue instrumentalizando las instituciones", como ha hizo "con los Presupuestos" de 2016, que "nadie se creyó". "El que mintió fue usted y su Gobierno, que conocían y negaban el incumplimiento del déficit". Así que deja una "herencia envenenada para el próximo Gobierno", "de 30.000 millones de euros". Y si Rajoy se sigue negando al control parlamentario, su comparecencia de este miércoles será una "mera pose" para la galería. Ayer mismo la ministra de Fomento, Ana Pastor, se negó a acudir a la Comisión de Fomento de la Cámara, recordó.

"Apoyo" al preacuerdo con Turquía

A partir de ahí, Sánchez entró en materia. Primero, recordando el "apoyo" de España "al preacuerdo de la vergüenza" con Turquía, que permitía las devoluciones masivas de refugiados, que en los días posteriores Rajoy fue matizando vista la presión del Congreso, que "tomó la iniciativa" y forzó al Gabinete a consensuar un mandato que llevar a Europa. El líder socialista compartió el tenor del pacto en el Consejo, aunque expresó una seria "advertencia", que se debe "garantizar el escrupuloso respeto en el desarrollo del acuerdo", de suerte que se proporcione "soluciones diferentes" a cada uno de los casos, sin que al final todos los huidos resulten devueltos y se "desmienta en su literalidad a la hora de aplicarse" el texto consensuado.

Millones de personas desplazadas de su hogar y su Gobierno ha acogido a 18 refugiados. Es una auténtica vergüenza, señor Rajoy

No obstante, la crítica más severa del PSOE a Rajoy llegó a cuenta de su "compromiso" real con la acogida de refugiados. Subrayó que del "compromiso" adquirido el 20 de julio de reasentar a 1.400 deportados, el resultado fue "cero". Como España sólo ha recibido a "18 refugiados" de los 9.323 incluidos en el "compromiso de reubicación". "Millones de personas desplazadas de su hogar y su Gobierno ha demostrado la capacidad de acoger a 18 refugiados. Es una auténtica vergüenza, señor Rajoy". Sánchez dijo al presidente en funciones que no basta con pedir "cuotas", porque los que huyen de sus casas en busca de un hogar mejor están "deslumbrados por Alemania y los países nórdicos", así que habría que trabajar en cooperación con ayuntamientos y comunidades autónomas, que han mostrado disposición a la acogida, para coordinar los esfuerzos.

Un decálogo de medidas

"La solidaridad nos obliga a ir a buscarlos. Eso es lo que haría si fuese presidente del Gobierno -le lanzó-, cumplir los compromisos que usted ha incumplido sistemáticamente". El líder socialista señaló que una cosa es no usar políticamente a los refugiados y otra "abandonarles a su suerte".

A continuación, Sánchez desgranó qué medidas adoptaría su Ejecutivo. "Si soy presidente del Gobierno convertiré a España en un país de acogida", comenzó. El secretario general desgranó un decálogo de medidas, como ayudar a Grecia, desarrollar la ley de asilo, ser "solidarios" con los países vecinos de Siria, sostener relaciones "francas" con Turquía, incluso denunciando sus "carencias" en la protección de los derechos humanos, dar preferencia a las familias en riesgo, dirigir campañas de sensibilización...

No es socio de fiar ni dentro ni fuera. Pido al conjunto de las fuerzas que pongamos en marcha el Gobierno del cambio

"Sería lo que haría mi Gobierno a diferencia de lo que ha hecho el suyo", le reprochó al final de su intervención. ¿Y qué ha hecho el Gabinete de Rajoy? "Remolonear", crear "excusas", estar "siempre a remolque" de los demás países de la Unión Europea". "Por inacción o por incumplimiento de sus compromisos, España ha dejado de pertenecer al corazón de las decisiones de la UE. Es así. Por eso, esta también es otra razón para poner fin a sus cuatro años de Gobierno", le recriminó justo antes de abandonar la tribuna y de presenciar las acometidas de Pablo Iglesias y Albert Rivera, justo a 24 horas de la reunión a tres.

En su réplica, Sánchez incidió en sus argumentos, aunque se centró más en el déficit que deja el Gobierno en funciones a su sucesor y la asfixia a las comunidades autónomas. En resumen: "No es socio de fiar ni dentro ni fuera de nuestras fronteras. Esta delicada situación me reafirma, y así pido al conjunto de las fuerzas, que debemos poner en marcha el Gobierno del cambio". Nueva postulación antes de despedirse de la tribuna.