C's dinamita la negociación ante el avance de Podemos y PSOE, que puede 'dejarle fuera'

Las sillas importan. Podemos ha mostrado al PSOE su predisposición a facilitar un Gobierno de Pedro Sánchez, vía abstención, si deja sin carteras a Ciudadanos. Una vía abierta en las negociaciones bilaterales entre las dos formaciones de la izquierda, y que el portavoz parlamentario de Podemos, Íñigo Errejón, no negó este martes en su comparecencia, aunque las calificó como "encuentros preparatorios" de la reunión entre los líderes de ambas formaciones. La posibilidad puesta sobre la mesa de Sánchez, como avanzó este diario, ha provocado la inmediata reacción de Ciudadanos, que también escenificó su voluntad de entrar en el hipotético Ejecutivo de los socialistas 48 horas antes de que se produzca la reunión a tres bandas.

Las exigencias de Ciudadanos han ido 'in crescendo' desde que se produjo la cita entre Pablo Iglesias y el jefe de Ferraz, hasta llegar al punto de sugerir su entrada en el Gobierno aduciendo que un Ejecutivo monocolor sería muy débil. Horas antes, la formación centrista dejaba clara su intención de acudir al encuentro con el objetivo de pedir formalmente el apoyo a Podemos para llevar a cabo el acuerdo firmado con los socialistas. De hecho, fuentes del partido naranja aseguraron que no acudirán a la reunión con una propuesta sino "a escuchar" lo que pueda aportar la formación morada y a pedir sin tapujos su voto afirmativo o abstención.

Aunque dirigentes de Ciudadanos insisten en que acceder a carteras "no es un objetivo político" del partido y en la actualidad "no está sobre la mesa la negociación de los ministerios", Rivera no descarta desde hace meses entrar en el Gobierno de Sánchez si su acuerdo sale adelante. Y pese a que el líder barcelonés desarrolló su estrategia en torno a no conceder importancia a "las sillas" y reprobar a aquellos que las pedían, como ocurrió con Iglesias y la vicepresidencia, su portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, acabó con esa ambigüedad al sugerir que su partido tenía en mente esa posibilidad. "Aún no puede decir qué carteras quiere Ciudadanos en caso de que ese Gobierno sea posible", fueron sus palabras.

En efecto, la reacción del partido de centro ante la posibilidad de que exista un verdadero avance entre PSOE y Podemos, que pasaría por cambiar sustancialmente el documento firmado por Sánchez y Rivera y que indudablemente pondría en riesgo el pacto entre ambos, se ha orientado a dinamitar el encuentro a tres. Reunión sobre la que en realidad nunca confiaron, como en más de una ocasión dejó claro el jefe del equipo de negociación de los naranjas, José Manuel Villegas, después de que Sánchez anunciase su intención de reunirse con los dos emergentes. "No vamos a apoyar ni por activa ni por pasiva un Gobierno en el que esté Podemos", afirmó el catalán.

El propio Albert Rivera se desmarcó de posibles reuniones entre líderes al considerar "absurdo escenificar desencuentros". Aunque la actitud de su equipo negociador en la cita prevista para el jueves a las cuatro y media de la tarde no será 'a priori' demasiado conciliadora, miembros de la cúpula naranja insisten en que "escucharán" lo que Iglesias y los suyos "tengan que aportar, si es que hay algo". De la misma forma, reconocen que se sentarán en la mesa sin haber mantenido contactos previos, aunque sí reconocen que PSOE y Podemos han mantenido contactos entre ellos durante los últimos días.

Duelo entre emergentes: quién se va de la mesa

La guerra entre los emergenes se centra ahora en quién fuerza al otro a levantarse de la mesa y asumir al mismo tiempo la responsabilidad del desacuerdo. Desde Podemos insisten este mismo martes en llamar a la prudencia, a las cesiones y al tono constructivo. Íñigo Errejón emplazó a los naranjas a replantear su postura porque, insistió, "a unas negociaciones hay que acudir con una mayor voluntad, otras formas y otro tono. Incluso sus votantes reconocerían que esa no es la forma más constructiva", en referencia a sus exigencias previas.

Para la formación morada, es una prioridad evitar la repetición de elecciones, lo que significaría "dar pasos atrás" y, como indica el CIS, volver a convertir el hartazgo sobre los partidos en hartazgo político, una realidad que modificó el 15-M, según recordó el número dos de la formación. Aún sin miedo a unas nuevas elecciones, el cerebro electoral del partido defendió que de producirse se repetirían los mismos equilibrios.

Ciudadanos, por su parte, mantiene la estrategia marcada por el acuerdo logrado con los socialistas "fruto de muchas cesiones", insisten, tras semanas de intensas reuniones entre expertos y negociadores. El partido de Rivera reprocha públicamente a Iglesias el hacer creer, en su opinión, que "hizo una cesión de algo que se otorgó él mismo" e insisten en que será difícil que ellos aprueben cambios sustanciales en el documento de 66 páginas que cuenta con el sello de su líder y del jefe de los socialistas.

Pero la iniciativa de Podemos pone a Ciudadanos contra las cuerdas, máxime al tratar de forzar que Sánchez abandone la intención de contar con los de Rivera en su hipotético Ejecutivo. Uno de los escenarios por los que la formación emergente estaría dispuesta a "respetar el acuerdo PSOE-Ciudadanos", siempre que sea solo de legislatura, es que incluya a independientes más cercanos a las posturas socialdemócratas clásicas. Esta posibilidad estaría enfocada a tratar de seguir intercambiando roles con C's si muestran su negativa: esta vez la inclinación por los sillones. Las claves internas que llevan a Podemos a la abstención son diversas, pero las políticas también. Iglesias cedería a cambio de que Ciudadanos no entrara en el Ejecutivo.

En todo caso, la decisión final sobre el sentido del voto de Podemos en la investidura recaerá en las bases. Así lo decidió la dirección en su último consejo ciudadano estatal. Los estatutos de formación emergente solo obligan a realizar un referéndum entre los inscritos en caso de pacto de gobierno, pero la propuesta deja en manos de la militancia la última palabra para decidir si, en caso de no formar parte del Ejecutivo, se abstienen o votan en contra forzando la repetición de elecciones.

El secretario general de la formación emergente, Pablo Iglesias, que encabezará su equipo negociador este jueves, también alertó de que “las amenazas, el tono maximalista y el radicalismo verbal de Ciudadanos” no son positivos para sentarse a la mesa. En este sentido, recordó que su fórmula fracasó en la investidura, por lo que entiende que deben "salir del radicalismo en el que están".

Ciudadanos, por su parte, escenificaba en el pleno de este martes un nuevo gesto de desacuerdo con su socio de pacto al abstenerse en la votación para paralizar la LOMCE, pese a ser una proposición de ley de los socialistas. Los diputados de Podemos votaron a favor, pese a que ellos defienden la derogación de la normativa, que no estaba recogida como tal en el acuerdo de PSOE y Ciudadanos, en lo que podría entenderse como una cesión por parte de Ferraz. Aun así, la formación de Rivera insistió en que no fue un tirón de orejas, justificando su abstención porque la proposición no incluía, entre otras cosas, una ponencia sobre el pacto nacional por la educación que ambos partidos se comprometieron a impulsar.