El rublo siente el temblor de las materias primas y cae a mínimos de febrero

El rublo regresa a la senda bajista que le acompañó en la recta final de 2014 y que aparcó en los primeros meses de 2015. Castigada por la recesión rusa, la caída del precio de las materias primas y el descenso de los tipos de interés por parte del Banco de Rusia, la divisa rusa muestra su cambio más bajo contra el dólar y el euro desde febrero de este año.

En concreto, el euro, que en abril llegó a caer hasta los 53 rublos, supera de nuevo los 70. Alcanza los 70,6 rublos, aunque todavía se encuentra por debajo de los 73,5 a los que finalizó 2014. En cuanto al dólar, acelera hasta los 64,4 rublos, por encima de los 60,7 rublos a los que terminó 2014 y tras haber descendido hasta los 49 rublos en mayo. Hay que tener en cuenta que durante el año pasado el billete verde ya se apreció un 84% contra la moneda rusa.

En el retorno a las andadas bajista del rublo influye de manera determinante la caída de las materias primas. El petróleo cotiza de nuevo en zona de mínimos desde 2009 -el barril Brent, de referencia en Europa, se encuentra por debajo de los 49 dólares- y el precio del gas natural también muestra sus niveles más bajos desde 2012, una realidad que impacta de lleno en un país en el que las materias primas aportan un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) y casi dos tercios de las exportaciones.

Esta elevada dependencia de las materias primas va a dejar una profunda huella en el PIB de 2015. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que este año la economía rusa se contraerá un 3,4%. De confirmarse, sería la mayor caída desde 2009. Por el momento, este lunes ya se ha conocido que la economía cayó un 4,6% en el segundo trimestre, por encima del 4,4% que manejaban las previsiones y del 2,2% del primer trimestre.

Además, en la renovada debilidad del rublo que pesa que el Banco de Rusia esté dando marcha atrás a las subidas de los tipos de interás que aplicó a finales de 2014 precisamente con la intención de contener el desplome de la divisa. En diciembre, la entidad gobernada por Elvira Nabiullina elevó los tipos hasta el 17%. A lo largo de este año, ya ha realizado cinco recortes que han abaratado el precio del dinero hasta el 11%.

El problema para Rusia es que la recaída del rublo agrava su delicada situación económica, porque, de forma similar a lo que le ocurre a Brasil, Moscú no solo se enfrenta a la recesión, sino también a una elevada inflación que se encuentra por encima del 15%, el nivel más alto desde 2002 y muy lejos del objetivo del banco central ruso de situarla en el 4% en 2017.