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Rajoy despacha con desdén la reforma eléctrica con las compañías cerca del 'bono basura'
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APUNTA QUE HABRÁ MÁS MEDIDAS "EN UN FUTURO PRÓXIMO"

Rajoy despacha con desdén la reforma eléctrica con las compañías cerca del 'bono basura'

El Gobierno se va de vacaciones con más deberes de la cuenta. Entre ellos, la reforma eléctrica para atajar el déficit de tarifa, que tiene en

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Rajoy despacha con desdén la reforma eléctrica con las compañías cerca del 'bono basura'

El Gobierno se va de vacaciones con más deberes de la cuenta. Entre ellos, la reforma eléctrica para atajar el déficit de tarifa, que tiene en vilo al sector desde hace meses. “Ya se han aprobado tres reales decretos y continuaremos con las reformas en un futuro próximo”, despachó con aparente desdén el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, tras el Consejo de Ministros celebrado ayer. Se calló que el nuevo modelo no se alumbra porque ni los suyos –Cristóbal Montoro y José Manuel Soria- terminan de ponerse de acuerdo sobre su contenido, porque las presiones son máximas por parte de los diferentes lobbies eléctricos y porque hasta el primer ministro italiano, Mario Monti, tiene algo que decir al respecto.

Entretanto, el mercado sigue penalizando a las compañías españolas. Como publicó El Confidencial, la agencia de medición de riesgos Fitch volvía el jueves a rebajar un escalón la nota de las eléctricas Iberdrola, Endesa, Gas Natural. ¿Argumentos? Uno doméstico, como es la debilidad de su negocio ante la caída en el consumo nacional, Pero, sobre todo, acudía a razones de carácter político, ante la incertidumbre regulatoria provocada por el Gobierno. Nada nuevo bajo el sol. Moody’s ya dejaba a varias compañías del sector al borde del abismo el pasado mes de junio, tras rebajar la calificación de la deuda de Iberdrola de A3 a Baa1, a dos escalones del bono basura, un estatus en el que también se sitúan Endesa y Gas Natural, que se manejan en Baa1 y Baa2, respectivamente.

Los tres reales decretos a los que hizo ayer alusión Rajoy no dejan de ser meros parches a la espera de una solución definitiva al desajuste entre ingresos y costes que vive el sector y que ha generado desde 2001 un agujero que va camino de los 30.000 millones. Claro que solucionar el problema de una vez implica tocar a vacas sagradas –como han sido tradicionalmente las eléctricas- o meterse en un jardín legal recortando las primas ya reconocidas a las energías renovables. El Ministerio de Industria parecía haber encontrado hace apenas semanas la fórmula mágica: una tasa a la generación que permitía arañar al sector más de 2.500 millones de euros.

Pero Soria chocó primero con Hacienda, que no veía con buenos ojos una reforma que contemplaba impuestos diferentes para cada tecnología y podía ser susceptible de acabar ante la justicia. “Lo cierto es que el Ejecutivo ha encontrado una vía para sacar el dinero al sector sin poner en peligro la seguridad jurídica. Pero el temor de los técnicos de Hacienda es que los tribunales puedan tumbar el impuesto al gravar de forma diferente el mismo hecho imponible”, explicaban fuentes del mercado tras conocer la iniciativa. Y una tasa única duplicaba la aportación económica de las grandes compañías eléctricas, para las que inicialmente se contemplaba una tasa a la facturación del 4% y sendos gravámenes a sus centrales hidráulicas y nucleares.

La presión de Monti

Y por si la presión de la patronal eléctrica (Unesa) no era suficiente para parar la propuesta, la visita a España de Monti parece haber terminado de decantar la balanza. Y es que el primer ministro transalpino venía con un recado del gigante Enel, que controla la española Endesa. La intención del tecnócrata es que Rajoy suavice la tasa que quiere imponer al régimen general, en especial la tasa sobre facturación a las grandes instalaciones hidráulicas y las nucleares. La influencia que pueda ejercer Italia no es pequeña, con España necesitada de un socio estratégico en Europa. De hecho, la presión italiana es una de las razones por las que la reforma ha sufrido tantos aplazamientos en las últimas semanas

Un nuevo escenario que explica el giro notable en los últimos días, precisamente a favor de los intereses de las grandes eléctricas y con las renovables de nuevo en el punto de mira. No en vano el propio ministro de Industria, José Manuel Soria, abría esta semana la posibilidad de que el ajuste venga sobre todo por un recorte de las primas a las energías limpias, una vía que hasta ahora parecía cerrada por el temor del Ejecutivo a vulnerar la seguridad jurídica. "Hay un debate respecto a si es más conveniente ir a la vía impositiva o es más conveniente ir a la vía de un recorte de primas. Puede ser cualquiera de las dos formas", dijo Soria, que recordó que un reciente auto del Tribunal Supremo da “pleno aval jurídico” a un ajuste de los subsidios a las renovables.

Los obstáculos para sacar adelante la reforma no son exclusivos de España, lo que revela la complejidad del sector, los intereses que se mueven en el mismo y el poder de los lobbies que operan. Y es que Portugal vive una situación similar, al punto que la Comisión Europea alaba en su último informe los ajustes acometidos por el país, pero considera insuficientes sus actuaciones en el ámbito energético. “La reciente reforma del sector eléctrico, aunque da pasos para hacer sostenible el sistema, se queda corta en la eliminación de rentas impropias en determinados segmentos. Se precisa más decisión para llevar a cabo reformas en áreas que tocan sensibilidades políticas e intereses creados”, expone sin paliativos.

El Gobierno se va de vacaciones con más deberes de la cuenta. Entre ellos, la reforma eléctrica para atajar el déficit de tarifa, que tiene en vilo al sector desde hace meses. “Ya se han aprobado tres reales decretos y continuaremos con las reformas en un futuro próximo”, despachó con aparente desdén el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, tras el Consejo de Ministros celebrado ayer. Se calló que el nuevo modelo no se alumbra porque ni los suyos –Cristóbal Montoro y José Manuel Soria- terminan de ponerse de acuerdo sobre su contenido, porque las presiones son máximas por parte de los diferentes lobbies eléctricos y porque hasta el primer ministro italiano, Mario Monti, tiene algo que decir al respecto.

Mariano Rajoy