La fusión de Liberbank y Unicaja, más cerca tras la llegada del PSOE al poder en Asturias

La situación de las cuatro cajas medianas obligadas por el Gobierno a fusionarse empieza a decantarse. El acuerdo para que gobierne el PSOE en Asturias impulsa una fusión entre Liberbak (Cajastur, Extremadura y Cantabria) y la andaluza Unicaja para crear la única entidad que podrá controlar el PSOE en el nuevo mapa financiero español, según fuentes conocedoras de la operación. Estas fuentes aseguran que las dos entidades mantienen conversaciones muy avanzadas, aunque advierten de que todavía no está cerrado el acuerdo. Y menos aún después de los nuevos requisitos de provisiones impuestos por el Gobierno.

Como es sabido, el Gobierno ha instado a los cuatro grupos medianos de cajas que quedan -las dos citadas más Ibercaja y Mare Nostrum- a que se fusionen, bien entre ellas, bien con alguna entidad más grande para alcanzar el tamaño mínimo de 100.000 millones de activo (para lo cual no valía la adquisición del Banco de Valencia, actualmente en proceso de subasta). A pesar de las resistencias de la malagueña y la aragonesa, que han intentado convencer a Economía de que pueden seguir en solitario, las cuatro abrieron conversaciones a múltiples bandas, aunque a regañadientes y sin que ninguna estuviera dispuesta a ceder poder.

En las últimas semanas se ha avanzado bastante en las conversaciones entre Unicaja y Liberbank, según las fuentes consultadas. "La operación Unicaja-Liberbank estaba muy estudiada pero faltaba el momento político, que se ha producido ahora con el acuerdo para que el PSOE gobierne en Asturias", explica una de las fuentes consultadas.

Otra fuente añade que, en caso de que la balanza se hubiera inclinado hacia una coalición Foro-PP en el Principado, la opción de Unicaja habría sido Mare Nostrum, una posibilidad que había sido aceptada ya por Economía. En algunos medios se ha especulado con una operación entre BMN y Liberbank, que también han hablado entre sí, pero es la que contaba con menos probabilidades.

Por tanto, el principal leit motiv de esta integración es político. "Desde el PSOE quieren mantener un último reducto de poder financiero después de que la mayoría de las fusiones de cajas hayan caído en manos de Gobiernos autonómicos del PP o hayan sido nacionalizadas. Es su única oportunidad y quieren aprovecharla como sea". En este contexto, Unicaja sería el brazo ejecutor de la estrategia.

Las reticencias pueden llegar por el lado de Liberbank, ya que Cajastur ha buscado siempre el consenso de PP y PSOE a la hora de nombrar a sus órganos de administración. Las fuentes consultadas aseguran que, dado que es la más pequeña de las cuatro (53.000 millones de activo frente a los 82.000 de Unicaja con Caja España-Duero) y que tiene importantes necesidades de capital con las provisiones que le exige el Gobierno, su presidente, Manuel Menéndez, no tendrá más remedio que aceptar la operación. Si no lo hace, tendrá que fusionarse de todas formas con otra entidad.

El Real Decreto complica las fusiones

El nuevo Real Decreto del viernes pasado ha dejado claro que las cuatro necesitarán nuevo capital para acometer las nuevas provisiones y también, a juicio de numerosos expertos, que BMN y Liberbank no tendrán más remedio que pedir dinero público para ello, lo cual las deja en situación más vulnerable en este juego de fusiones, que se ha complicado todavía más. A priori, tiene más lógica fusionar a estas dos con las entidades en teoría más fuertes (o menos débiles) y no entre sí, ya que las necesidades de fondos del Estado serían mucho menores. Claro que las fuertes siempre preferirían una nacionalización previa para que les puedan dar EPA.

Dicho esto, la situación de Unicaja e Ibercaja tampoco es para tirar cohetes. La caja presidida por Braulio Medel es la que va más retrasada con su propia fusión: estuvo a punto de romper la operación con Caja España-Duero hace poco más de un mes, que sólo se salvó por las prebendas que le concedió el Banco de España. Pero es que ni siquera las dos cajas de Castilla y León han completado su integración entre sí, pese a que hace dos años que la anunciaron. Unicaja tiene que provisionar unos 2.600 millones entre el Decreto de febrero y el de mayo, para lo que le vendrán muy bien los 2.000 millones de ayudas públicas que ya ha recibido.

En cuanto a Ibercaja, estaría abocada a unirse a BMN si se confirma la fusión Unicaja-Liberbank y si no convence al Gobierno de seguir en solitario. La entidad de Amado Franco apenas ha iniciado la absorción de Caja3 (CAI, Círculo Católico y Badajoz), anunciada en marzo y, además, esta operación deteriora una solvencia que era de las más altas de España. Fuentes cercanas a la entidad aragonesa aseguran que hay bastante descontento con el Gobierno: "Piensan que, si quería que Ibercaja ganara en tamaño, lo que tenía que haber hecho el Ejecutivo es concederle Unnim", que fue a parar a BBVA cuando todo al mundo apuntaba a Ibercaja como vencedora de la subasta. Sus necesidades entre los dos decretos son de 2.167 millones.