"Bolt ha venido del espacio, es difícil que caiga otro meteorito con un atleta así"

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Darío Ojeda. Río de Janeiro Gráfico: Jesús Escudero

¿Para cuándo otro Bolt? "Ha venido del espacio, y es difícil que vuelva a caer otro meteorito que nos traiga un atleta así". Juan Carlos Higuero es consciente de lo que pierde su deporte ahora que se sabe que el jamaícano no volverá a ser olímpico. Hablar de Bolt requiere grandilocuencia, no se adapta bien a los adjetivos mundanos, él es todo superlativo. "Ha dejado un legado importante, cuenta las carreras por victoria, tiene carisma, con él cada prueba puede ser un récord. Es un extraterrestre", explica el atleta de Aranda de Duero.

"Esa regularidad, ese carisma, la manera de vender el atletismo. Es que él solo te llena un estadio. Es complicado que haya otro así, no es fácil que venga otro extraterrestre". En su memoria busca otros con su dominio y el primero que le sale es Lavillenie, el genial pertiguista que se quedó compuesto y sin oro en Río de Janeiro. "Es quizá el que más se le aproxima, pero el 100 tira mucho, es similar a otros deportistas donde la velocidad marca la diferencia, no se puede comparar con nadie", cuenta Higuero. Busca y busca y no le sale, pero eso no tiene que ser, necesariamente, un problema: "Hay que aprovechar su legado, tenemos que recordar que el atletismo es un deporte espectacular".

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Juan Carlos Higuero, el león de Aranda, está semiretirado, pero un atleta lo es hasta las últimas consecuencias. Cuando ya no está compitiendo cada semana sigue pensando en correr y, en su caso, en montar una carrera popular en su localidad, un proyecto ambicioso que lleva tres años en marcha y este año se disputa el 1 de octubre. "Queremos una carrera que sea para todos, una reunión del running popular en la que los no profesionales se sentirán como en un certamen internacional, porque habrá un reloj digital cada kilómetro, cámara de llamadas, zona de calentamiento, dos avituallamientos, dorsales con chip, una foto que se podrán descargar. Además tendremos una ceremonia de clausura en la que Campofrío pondrá embutidos, habrá barra libre de cerveza y bebidas isotónicas y veremos en una gran pantalla la carrera, que será emitida por Teledeporte", cuenta.

Tiene la cabeza en la marcha de octubre, que prepara con cariño y en la que habrá profesionales como Javi Guerra, Diego Ruiz, Álvaro Rodríguez o Marta Pérez. El circuito es llano y está homologado, así que la marca vale. Estar pensando en running no ha quitado para que, en las últimas semanas, haya estado con la mirada puesta en Río de Janeiro. Al inicio de la conversación deja claro lo que significa unos Juegos. "Olímpicos somos todos, los que corren, los periodistas, los fisios...". Y eso no se puede siquiera plantear en ningún otro evento.

Ruth Beitia, el seguro del equipo

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Cuando repasa a Río el primer nombre que entra en la conversación es el de Ruth Beitia, flamante oro en salto de altura. "Es ahora mismo la mejor atleta española y una de las mejores del mundo, hablamos de un seguro de vida para España, la que siempre salva al equipo nacional", cuenta. La otra medalla española la consiguió Orlando Ortega, en 110 vallas, de origen cubano. Para los atletas españoles no siempre es sencillo aceptar las nacionalizaciones. Dificulta la entrada en los grandes eventos y genera una competencia inesperada. "El mundo está solidarizado con estas cosas, aunque sí es cierto que hay a gente a la que le puede sentar un poco mal. Pero son las normas que hay. En algunas pruebas, como la de Orlando, es un poco lo mismo, porque hay plazas vacantes, el problema es cuando hay tres españoles con mínima y ven como les arrebata el puesto un nacionalizado. A mí nunca me pasó, pero siempre habrá ese debate", comenta el mediofondista.

Los Juegos de Río han tenido luces y sombras para el atletismo español. Compiten en un deporte muy global, muy difícil y hay pruebas que casi han quedado vedadas para los europeos. "El maratón, por ejemplo, es una prueba muy complicada con los africanos. Los españoles la van salvando y a nivel europeo aún son competitivos", relata. No pasa lo mismo con la prueba que le dio fama, el 1.500, en la que solo David Bustos -que fue finalista gracias a ser repescado- parece estar en la brecha. "Y eso que es más fácil ahora. Con El Gerrouj no había espacio para maniobrar, ponía las carreras por debajo de 3.35, no había manera de llegar fuerte al final y bine colocado. Ahora las carreras son de 3.50, eso iguala las fuerzas porque todos van bastante fácil. Antes era impensable", analiza.

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Se ha abierto un hueco para quienes lo quieran, pero la evolución española preocupa en esas pruebas, antaño orgullo nacional. "Hemos crecido en algunas cosas, como la velocidad, pero hemos bajado en mediofondo. En 800 nunca ha habido grandes figuras, pero en 1.500 hay una recesión. Esperemos que empiece a cuajar gente, que Álvaro Rodríguez se recupere y que se haga hincapié en esta prueba. Dejamos una buena herencia, pero salvo Bustos, lo demás...".

Esta falta de competitividad que algunos españoles han demostrado en sus pruebas ha abierto un melón: el modelo. ¿Merece la pena llevar deportistas a los Juegos a sabiendas de que no hay opción de que progresen? "Yo creo que deben ir, porque el objetivo muchas veces es ser olímpico y, si les quitas esa ilusión, todavía es peor. Hay que ir creciendo poco a poco, llenándose de experiencia. Si no van a los Juegos se desmotivan y luego tampoco competirán en los europeos, que es cuando pueden hacerlo bien. Si tienen las mínimas, que son un criterio que marca la IAAF, no en España, deben de ir. Porque, además, les vendrá bien para otro tipo de campeonatos, puede que no ganen la Champions, pero competirán por la UEFA, como atleta que soy sé como tienen el sistema nervioso y que son conscientes de su lugar, pero igualmente deben de ir", explica con calma Higuero, que defiende que la mejor manera de generar buenos atletas es llevándolos a la gran competición para que maduren.