Fernando Torres deja helado al fútbol, pero se encuentra "consciente y orientado"

El partido daba igual. No en los más de 80 minutos jugados anteriormente, en los que se igualó a un gol, pero sí a partir del momento en que Fernando Torres cayó a plomo sobre el césped de Riazor. El Niño fue golpeado en la cabeza fuerte e involuntariamente por Alex Bergantiños y fue a parar también con la testa al suelo. De ahí no se movió hasta que compañeros y rivales se percataron de que estaba inconsciente y rápidamente acudieron a intentar sacarle la lengua para evitar que se la tragase. A partir de ese momento cundió el pánico en el estadio del Deportivo de la Coruña, pero por fortuna, Torres recuperó la consciencia en la ambulancia que le trasladó al hospital y el Atlético confirmó que sufría un traumatismo craneoencefálico, y tras realizársele un TAC craneal y cervical, no sufre lesiones, pero permanecerá la noche en observación. Este viernes, sobre las 11:00 horas ha recibido el alta. Se quedará un par de días en Galicia, ante la imposibilidad de volar como consecuencia del golpe y aprovechando que tiene familia en dicha comunidad.

Fernando había entrado al campo unos minutos antes para tratar de arreglar un partido que estaba muy complicado. Pero no tuvo fortuna en ningún caso, ni en la consecución de la victoria ni con el golpe que se llevó, que sobrecogió a todos los presentes y a las miles de personas que estaban viendo el partido desde sus casas, bares y redacciones. En un primer momento, el miedo se palpaba. La reacción de José María Giménez hacía temer lo peor. El defensa uruguayo se llevaba las manos a la cabeza, se levantaba la camiseta tapándose la cara, parecía tener lágrimas en los ojos. Y Torres en el suelo siendo ya atendido por los servicios médicos del Atlético de Madrid. No había informaciones.

Otros jugadores también empezaron a demostrar el susto que tenían dentro, especialmente Fayçal Fajr, que empezó a rezar en cuanto vio a Torres en el suelo, y Florin Andone, el primero del Deportivo en pedir que entraran las asistencias. Pocos instantes después, el propio delantero rumano, autor del gol blanquiazul, fue el que se encargó de pedirle a los aficionados radicales deportivistas que dejaran de dar vergüenza y no cantasen cánticos ofensivos sobre el jugador que estaba siendo atendido. El resto de la grada de Riazor respondió coreando el nombre del delantero rojiblanco y aplaudieron a rabiar cuando fue trasladado en camilla hasta la ambulancia.

Israel Torres, hermano de Fernando.

Tras varios minutos de una tensión que se podía cortar con un cuchillo, Gabi, el capitán del Atlético, levantó el pulgar en señal de que todo iba bien. La vida de Torres no corría peligro. Al poco, los jugadores empezaron a dispersarse, pues antes estaban todos alrededor del delantero, y se pudo ver la imagen de Torres en la camilla, con un collarín protegiéndole el cuello. Pero no hubo una confirmación de que estaba del todo bien hasta que no terminó el partido (después de siete minutos de añadido en los que ninguno quería jugar) y fue entrevistado Filipe Luís a pie de campo. "Las primeras noticias dicen que está bien", dijo el brasileño. Posteriormente, Antonio Sanz, agente del jugador y columnista de este periódico, confirmó en Radio Marca que Torres estaba consciente y "tranquilo".

El Atlético esperó al final del encuentro para mostrar el primer avance del parte médico en Twitter. "Torres sufre un traumatismo craneoencefálico. Fue trasladado al hospital para hacerle pruebas. Pasará la noche en observación", dijo el conjunto colchonero. También, Israel Torres, hermano de Fernando, confimó que el jugador estaba "bien, de camino al hospital ya consciente". Posteriormente, en la rueda de prensa pospartido, el Cholo Simeone reafirmó la versión del club, aunque reconoció que estaban "preocupados y nerviosos". "Sentí un ruido desde el banco, no sé si fue el cuello, pero algo se sintió, son situaciones desgraciadas que suceden en el juego y esperemos que sea lo mejor para Fernando", relató.

Una vez ya en el hospital, a Torres se le ha practicado un TAC craneal y cervical de urgencia y se ha descubierto que no tiene alteraciones ni lesiones traumáticas, tal y como dijo el Atlético de Madrid en su Twitter oficial. Para mayor seguridad, Torres, "consciente y orientado, pasará la noche en observación en el hospital por protocolo médico". Además, ya se ha comunicado con su esposa y según informaciones que llegan del hospital, incluso ha bromeado sobre su golpe.

Fernando Torres había entrado al campo en el minuto 65 sustituyendo a Kevin Gameiro, que no había estado afortunado. En los últimos encuentros, el francés le había ganado la partida después de marcar en varios partidos de manera casi consecutiva, pero Simeone decidió sustituirlo después de no realizar un buen partido en Riazor. Torres tuvo una de las mejores oportunidades del Atlético antes del palo de Filipe y el gol de Griezmann (jugadas estas sucesivas). Controló y orientó con el hombro un balón dentro del área y de volea fusiló a Germán Lux, que reaccionó extraordinariamente con una mano salvadora.

El golpe minimiza el mal partido del Atlético

La temporada del Atlético está siendo dura. El aficionado rojiblanco se había acostumbrado a saborear los mejores manjares del fútbol mundial, y en particular estaba habituado a disfrutar en España. Aún quedan por delante dos meses largos de competición, pero la sensación es que hay problemas y no se encuentra la solución. Justo el año en el que Simeone se incluyó entre la terna de cuatro candidatos al título de Liga, va a ser el primero de los últimos tres en los que no pelee por ganarla. Y peor aún, después de este empate en Riazor, se ha quedado ya muy lejos del tercer puesto (a nueve puntos del Sevilla) y tiene muy cerca al quinto, es decir, que va a tener que pelear y muy duro por aguantar para meterse en la previa de la Champions... y empezar la próxima campaña mucho antes de lo deseado.

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