Tello, la estrella del alevín que ganaba 3.000 pesetas, ya tiene el perdón de Messi

Cristian Tello es un futbolista explosivo y de gatillo fácil. Un extremo puro de los que cada vez cunden menos. “Un bala”, como le bautizó Guardiola, su valedor. En definitiva, una nueva joya para el Barça. Hasta aquí nada nuevo tras lo visto en este arranque de temporada, aunque para Europa en general fuera una de las sensaciones de la primera jornada de Champions. Su gol al Spartak de Moscú y su asistencia a Messi se colaron entre los highlights del torneo. Y con justicia. Pero el mayor reconocimiento a su trabajo no llegó de fuera sino de dentro. Y no por cualquiera. Tello puede considerarse uno más desde que sobre el césped del Camp Nou Messi le abrazara tras su asistencia en el gol del empate ante los rusos de Emery. Un gesto que puede parecer común, pero que adquiere una relevancia llegando de Messi… y con el precedente de Milán colgado en la memoria del aficionado culé.

Nadie hubiese aventurado un presente semejante hace apenas seis meses cuando Messi le señaló en San Siro. Tello tuvo aquella noche el atrevimiento de ignorar al argentino cuando éste le reclamaba el balón en boca de gol. ‘Aquí mando yo’ vino a decir la Pulga recriminando el excesivo individualismo del canterano. El aprendiz había intentado hacer de maestro. Y eso tiene consecuencias… Tanto, que este mismo verano estuvo más fuera que dentro del club. No encajaba. De hecho, sigue sin tener ficha del primer equipo y, por extensión, sin dorsal. Pese a que su aparición estuvo avalada por Guardiola, lo cierto es que su rendimiento fue irregular hasta el punto de que su nula aportación en el partido ante el Real Madrid en el Camp Nou, donde fue la apuesta de Pep, fue decisiva para que en la dirección deportiva se plantearan cederlo a otro equipo. Entre los interesados estuvo el Atlético de Madrid. Finalmente no pudo ser.

Decidida su continuidad, Tito Vilanova echó el resto por recuperar al extremo para la causa. Su decisión de apostar por su titularidad en muchos de los partidos de esta temporada ha sido el espaldarazo que precisaba un futbolista que temía un segundo fracaso en el club. Su talento y el ‘perdón’ de Messi han hecho el resto para que pueda sentirse uno más en el Barcelona, equipo con el que mantiene una relación de amor y odio desde los 10 años.

El alevín de oro

Las cámaras de Canal + fueron las primeras en descubrir para el fútbol el talento de Tello. Tenía 10 años y era la estrella del equipo alevín del Barcelona que se alzó con el Campeonato Internacional Interclubs de Masapalomas. Aquel día Tello trituró al Inter de Milán con dos de los tres goles azulgranas en la final. También se coronó el pichichi del torneo. Una distinción que le valió su primera subida de sueldo. “Pasé de ganar 18 euros a a 60”, confesaba entonces en una entrevista Tello, un niño que aún necesitaba de la ayuda de su madre para responder.

Sin embargo, ningunas de las predicciones que aventuraban una subida fulgurante hasta el primer equipo se concretó y en 2008 hizo las maletas dejando La Masía y sus ilusiones por triunfar en el Camp Nou atrás. Un mal trago para quien tuvo su momento de gloria… Por suerte para él, en su camino se cruzó el Espanyol, donde volvió a recuperar sus mejores sensaciones y a dejar en el bolsillo de más de un ojeador su tarjeta de presentación. El Real Madrid tomó buena nota y peleó su fichaje en el verano de 2010 junto al Villarreal. El acercamiento blanco disparó las alertas en Can Barça, que movió ficha y recuperó al jugador para evitar que vistiera de blanco. Un argumento tan pobre como condicionante para su futuro. Por suerte para Tello, en su camino se cruzó Guardiola y su idilio con la cantera. De la mano de Pep llegó al equipo y con la confianza de Vilanova y Messi parece que será para quedarse. Esta vez sí.