Bartomeu se ve las caras con los poderes del Estado que le han llevado a los tribunales

Ni las diez victorias consecutivas, ni el excelente momento de Messi ni la firma del contrato de Ariedo Braida como responsable de fútbol internacional del club van a poder eclipsar el protagonismo del enésimo capítulo de la saga judicial del Barça. Poco antes de las 11:00 horas, Josep Maria Bartomeu hizo el paseíllo en la Audiencia Nacional para verse las caras con los poderes del Estado a los que, según él, "no les ha gustado que el Barça, como club catalán y catalanista, fichase a Neymar".

Desde la llegada del delantero brasileño en el verano del 2013, y antes, con los problemas fiscales de Messi, el Barcelona está atrapado en una dinámica en la que ver a un miembro del club en un juzgado se ha convertido en algo habitual. Lo que tenía que ser un fichaje histórico (en lo deportivo puede serlo aún) ha acabado convirtiéndose en una pesadilla que ya se ha llevado por delante a un presidente y amenaza con dejar herido a otro.

El 3 de febrero, el juez Pablo Ruz atendió la petición del fiscal José Perals para imputar al presidente azulgrana por un posible delito contra la Hacienda Pública en lo relativo al IRPF de 2014 en el fichaje de Neymar, por un valor de 2,8 millones de euros. Bartomeu no será el único que tendrá que declarar: el juez ha citado media hora antes a un representante legal del club. Hasta ahora, el actual presidente (vicepresidente deportivo durante el mandato de Sandro Rosell) se había librado de dar explicaciones en la Audiencia Nacional.

Tras la petición del fiscal, el 2 de febrero, la primera reacción fue de silencio absoluto. Ni una palabra por parte del presidente ni del club. Hasta que el juez Ruz no emitió el auto de imputación, nadie en el Barcelona abrió la boca. Primero, con un comunicado que insistía en la tesis que ha defendido en el Camp Nou desde el principio: que todo es un problema de interpretación. Luego fue el propio Bartomeu el que decidió que la mejor defensa era atacar, pero atacar con todo.

"Estoy convencido de que hay poderes del Estado a los que no les ha gustado que el Barça, como club catalán y catalanista, fichase a Neymar", dijo en una entrevista en 8TV. El presidente azulgrana no disparó contra nadie en particular porque no tiene pruebas (y si las tiene no las ha utilizado) y su objetivo seguramente fuera sembrar dudas. “No quiero hablar de un club, pero había dos ofertas, una de ellas del Madrid, y eso no gustó. Todo coincide. Justo pasa todo cuando el Barça va bien. Hay una factura política en todo esto”, dijo.

A los pocos días quedó claro que en esa huida hacia adelante, Bartomeu no iba a tener compañía. Dos de sus vicepresidentes, Xavier Faus y Carles Vilarrubí, se desmarcaron de la teoría de la mano negra. “No veo a un señor diciendo “vamos a por el Barça”, ni creo que haya motivaciones políticas”, afirmó Faus, el vicepresidente económico, en Catalunya Ràdio.

Con una presidencia débil desde el primer momento y unas elecciones a final de temporada, Josep Maria Bartomeu afronta este viernes uno de los momentos más delicados de su corto mandato. Hasta ahora se había librado, pero este viernes se enfrenta a la Audiencia Nacional, concretamente al juez Ruz, la cara visible de lo que él llama los poderes del Estado.