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¿Será Sebastian Vettel uno de los grandes en la historia de la F1?
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CON VEINTICUATRO AÑOS Y YA DOS TITULOS, PODRÍA SOBREPASAR A MUCHAS DE LAS LEYENDAS

¿Será Sebastian Vettel uno de los grandes en la historia de la F1?

El gesto de Fernando Alonso tras el Gran Premio de Japón no expresaba emoción alguna. Quizás, porque las carreras sin victoria sean ya un mero trámite.

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¿Será Sebastian Vettel uno de los grandes en la historia de la F1?

El gesto de Fernando Alonso tras el Gran Premio de Japón no expresaba emoción alguna. Quizás, porque las carreras sin victoria sean ya un mero trámite. Quizás, porque a cualquier aspirante al título escueza en su fuero interno no protagonizar la celebración de un campeonato. O, quizás, porque le resulte difícil asumir que un joven con solo cuatro años de experiencia en la Fórmula 1 cuente ya con tantos títulos como él.

¿Será Sebastian Vettel uno de los grandes de este deporte? Con tan solo veinticuatro años, es el piloto más joven en lograr una pole, una victoria, un título y un doble campeonato del mundo. Fangio, LaudaClark, Alonso, Stewart, Brabham, PiquetFittipaldiSenna, Prost, Hakkinen, Schumacher…No son tantos los que han logrado repetir título. Por ello, el simple hecho de formar parte de la lista anterior sería motivo suficiente para, con su edad, augurar un futuro espectacular al piloto alemán.

Algo más que juventud

Si consideramos la precocidad como una singular ventaja en Vettel, también podríamos neutralizar el argumento recordando que la formación de promesas infantiles apoyadas por equipos y estructuras empresariales ha transformado el perfil de los pilotos actuales. Desde Emerson Fittipaldi (1972-74) hasta Fernando Alonso nadie había logrado récords en este sentido. Sin embargo, desde 2006 dos pilotos más (Hamilton y Vettel) han batido las cifras del español. La precocidad no sería tanto cuestión de excepcionalidad como del signo actual de los tiempos en el automovilismo internacional. Pero sí es cierto que puede permitir un gran recorrido para un brillante palmarés siempre y cuando se pueda convivir con la presión que genera este deporte. 

Porque ganar títulos no es solo cuestión de talento. Requiere también la capacidad para asimilar la complejidad técnica,  presión deportiva, mediática, y el trepidante ritmo vital que exige la Fórmula 1. “Es una cabeza mayor en unos hombros jóvenes”, definió  a Vettel en Adrian Newey. En este sentido, si proyectamos hacia el futuro este rasgo, no resulta descabellado afirmar que estaríamos ante una figura de enorme potencial.

“Sebastian está dotado de un gran talento natural”, explicaba el propio Newey en la revista Autosport, al hilo del segundo título del alemán, “pero también es alguien muy determinado, trabaja durísimo y es un joven muy brillante”. Si escuchamos al genio británico, en la personalidad de Vettel parecen concitarse unas singulares cualidades, enormemente positivas, que permitirían seguir argumentando a favor de su gran futuro. Y Newey ha trabajado con ocho campeones del mundo durante las dos últimas décadas.

No tropezar dos veces en la misma piedra

En este sentido, Newey quizás aporte una de las principales claves para apostar por una singular trayectoria en la Fórmula 1. “Tienes la impresión con él de que aprende algo cada vez que se sube a un coche, y rara vez comete un error dos veces”. Esta temporada está siendo un buen ejemplo de ello. Desde Alonso hasta Button, pasando por Massa, todos han coincidido en la casi ausencia total de errores por parte de Vettel  en 2011.

Tropiezos como los de Turquía, Hungaroring (tras el coche de seguridad) o Spa de 2010 han brillado este año por su ausencia. En otras carreras (Barcelona, Mónaco, por ejemplo) tampoco sucumbió a la presión de sus rivales cuando marchaba acosado en cabeza, con la excepción de Montreal, en la última vuelta en una pista mojada y con gomas muy deterioradas, donde pese a todo terminó segundo.

Su evolución personal, en la línea apuntada por Newey,  ha quedado reflejada en momentos memorables donde su sello personal se ha elevado por encima de la calidad de su monoplaza. Por ejemplo, numerosas vueltas al límite en los entrenamientos, especialmente la sublime pole de Monza. O su habilidad y decisión al superar a tres pilotos en una sola vuelta en Barcelona, maniobra crucial para recuperar la primera posición tras una parada en boxes. O el adelantamiento a Alonso en Italia, por citar algunos ejemplos. Todo ello, sin olvidar tampoco la comparación con Webber, con su mismo coche. Si adaptar el pilotaje a los cambios de condiciones y reglamento es una cualidad unánimemente reconocida en los grandes campeones, la capacidad de Vettel para modelar su estilo optimizando las gomas de Pirelli ha sido otra virtud que no todos han sabido incorporar.

¿Sobrevalorado, o sobreestimado?

Pero cabe también preguntarse: ¿Se han realzado las virtudes de Vettel gracias al calibre de sus monoplazas? Porque, desde su llegada a Red Bull, Vettel ha contado con un monoplaza ganador, y tampoco se consiguen todas las poles de un campeonato por casualidad. Evidentemente, el piloto alemán corre el peligro de ser infravalorado por culpa de sus monturas de 2010 y 2011, pero también sobreestimado por la misma razón. Hamilton iba camino de convertirse en “the best big thing”, y ya vemos cómo sufre en el presente a pesar de su talento natural.

Vettel todavía no ha pasado por una travesía del desierto como la de Schumacher al comienzo de su etapa en Ferrari, Alonso en Renault o Hamilton desde su título, un fenómeno relativamente usual en la Fórmula 1 y que tarde o temprano debería experimentar el piloto alemán. Será entonces cuando calibremos a un Vettel capaz de lograr resultados por encima del nivel del material a su disposición, o de transformar la competitividad de equipos no ganadores. Como le ocurriera en su día a Senna y Schumacher, por ejemplo, o a Alonso en su actual etapa de Ferrari, como volvió a quedar de manifiesto una vez más en Suzuka. 

“Es un piloto que si sigue encontrando desafíos, estará (en la Fórmula 1) dentro de diez años”, explica el propio Adrian Newey. En la estela de su segundo título, con su gran evolución como piloto, sus virtudes personales, arropado por Red Bull y con el genio de Newey, resulta difícil imaginar a un Vettel sin más campeonatos en el futuro.

Sin embargo, puede que alguien tenga algo que decir al respecto. “Ahora veremos quién será el tres veces campeón más joven de la historia...”, bromeó Fernando Alonso  cuando le preguntaron sobre el alemán en la rueda de prensa, delatando quizás una latente desazón ante la fulgurante carrera de Sebastian Vettel. Pero de esto hablaremos otro día.

El gesto de Fernando Alonso tras el Gran Premio de Japón no expresaba emoción alguna. Quizás, porque las carreras sin victoria sean ya un mero trámite. Quizás, porque a cualquier aspirante al título escueza en su fuero interno no protagonizar la celebración de un campeonato. O, quizás, porque le resulte difícil asumir que un joven con solo cuatro años de experiencia en la Fórmula 1 cuente ya con tantos títulos como él.

Sebastian Vettel