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Manel, el 'gallo' de Eurovisión, se sincera: "Lo que he vivido se parece al bullying"
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Manel, el 'gallo' de Eurovisión, se sincera: "Lo que he vivido se parece al bullying"

Tres semanas después de la gala de Eurovisión, Manel Navarro prepara su reaparición. Está dispuesto a aprovechar la popularidad para lanzar su carrera artística

Foto: Manel Navarro, tres semanas después de Eurovisión. (Á. V.)
Manel Navarro, tres semanas después de Eurovisión. (Á. V.)

"El gallo me va a perseguir toda la vida. Sé que cada año, cuando lleguen las fechas de Eurovisión, lo van a repetir por la tele. Toda la vida".

El gallo. Tres semanas después, a Manel Navarro (Sabadell, 1996) sigue martilleándole el gallo. Y al mismo tiempo sabe que tiene una oportunidad única para rentabilizar la popularidad que le ha traído su fracaso. Llega a la cita con la guitarra acústica colgando del hombro, con una sudadera de la serie 'Narcos' que le regalaron durante la gala y con el ojo derecho irritado a causa de una conjuntivitis. Se está quedando en Alcorcón, "en casa de una amiga", y confiesa que le ha costado desplazarse hasta el centro de Madrid porque se ha liado con el Cercanías.

Manel no ha querido ver el vídeo completo de su actuación, pero lo ha repasado mentalmente muchas veces. "Me da rabia porque no había tenido nunca un gallo. Si ves los ensayos, me sale siempre perfecto. Ese día calenté mucho la voz porque estaba un poco afónico. Luego salí eufórico, a lo mejor demasiado, demasiado a tope. Quizá fue por eso...”.

PREGUNTA. Le das muchas vueltas a ese gallo, ¿no?

RESPUESTA. No, no tantas. Además, les ha pasado hasta a los grandes artistas. En la propia final hubo varios gallos. Aunque, claro, ninguno como el mío. Mientras cantaba, sabía que algo raro había pasado pero no me enteré bien. Cuando estás ahí, escuchas con el auricular las voces de las coristas y la música. Luego, nada más bajar, me metí en Twitter y allí estaba todo el mundo preguntando por mi gallo.

Manel lo comprobó enseguida con su teléfono: efectivamente, la cosa era grave. Primero puso un tuit simpático para desdramatizar e, inmediatamente después, desinstaló la aplicación de Twitter —dice que tardó cinco días en volver a instalarla— y se vino abajo, dando el concurso por perdido. “Ya solo me quedaba aguantar el trago de la votación. Sabía que no me iban a votar mucho. ¿Cómo te van a votar bien después de ese gallaco? La rabia es que no voy a saber nunca cómo podría haber quedado…”.

Pasó el resto de la gala imaginando lo que se estaba diciendo de él en las televisiones, en las redes, pero evitando navegar con el teléfono. Imaginando los 'memes' e interpretando el alcance del batacazo por el tono de voz de sus padres y de su novia, que le transmitían ánimos. Cuando acabó, se fue al hotel con los otros tres componentes de la banda. “Tomamos una cerveza y a la cama. No quisimos hablar mucho del tema en caliente”.

Detrás de la fachada, de los tatuajes ( “La felicidad solo es real cuando se comparte”, dice su brazo, en inglés), de las fotos despeinado que sube a las redes sociales, hay un chaval de 21 años. Según la Academia Americana de Pediatría, está en el último año de la última fase de la adolescencia. Según algunos psicólogos, un linchamiento público sostenido como el que ha experimentado puede provocar un cuadro de estrés postraumático.

Algunas cadenas de televisión hacen campañas 'antibullying' y luego se meten con un chaval de 21 años

Manel cree que lo que ha vivido se parece mucho al 'bullying'. “Tengo un familiar que lo sufrió en el colegio y lo he visto de cerca. Pero cuando el personaje es público, no pasa nada. Y no dejamos de ser personas, aunque salgamos en la tele. Hay gente que cobra por hacer 'memes', hay gente que ha hecho dinero riéndose de mí. Con algunos 'memes' me partí de risa yo también, pero otros estaban pensados para hacerme daño”. Dice que también le atizaron sin medida en los programas de televisión.

“Por ejemplo, en 'Cazamariposas', en Divinity, hicieron sangre, se reían en directo de mí y pedían a la gente que se sumase. Choca un poco porque cadenas como Telecinco hacen campañas 'antibullying' y luego se meten con un chaval de 21 años que ha ido a representar a su país y ha tenido mala suerte”.

Hijo único, hasta hace unos meses vivía en casa de sus padres en Sabadell y estaba matriculado en Turismo. Dice que pasaba la mayor parte del tiempo libre tocando la guitarra, jugando al fútbol y saliendo por el barrio con su grupo de amigos. Su madre trabaja en El Corte Inglés y su padre es jefe de Expansión de Lidl. Ellos le regalaron su primera guitarra a los 14 años y ellos subieron a YouTube el primer vídeo, en el que aparecía interpretando una canción de Justin Bieber. Ganó un par de concursos en Cataluña y acabó firmando con Sony como promesa adolescente.

Mi padre me preguntó si realmente quería ir a Eurovisión. Le dije que sí y no me arrepiento

Eurovisión, reconoce, nunca le había llamado demasiado la atención. “No me había imaginado cantando ahí. Me lo presentó el equipo y me pareció chocante. Aunque una vez dentro aprendes a valorarlo, no era algo que yo hubiese soñado. Mi padre me preguntó si realmente quería ir. Le dije que sí, que quería, y aún hoy no me arrepiento”.

Desliza críticas sobre las imposiciones que tuvo que aceptar. “Do it for your lover’ [el tema que interpretó] lo compuse cuando tenía 15 años. Yo habría elegido otra canción, está claro, porque mi estilo ha evolucionado mucho. Además, tuve que adaptarla al castellano y yo no he cantado en mi vida en castellano. No estaba cómodo. En otros países, el artista tiene más libertad para ir con la canción y el idioma que quiera. En España parece que si cantas en inglés, estás insultando a alguien”.

La aventura de Manel ya empezó mal. En la gala televisada en la que fue elegido para representar a España, el público acabó abucheándolo e intentaron agredir al miembro del jurado que más apostó por él, el presentador de 'Los 40 Principales', Xavi Martínez. Él se desahogó haciendo un tímido corte de mangas en directo, un gesto que muchos ‘eurofans’ nunca le han perdonado. “La gente piensa que los mandé a tomar por culo, pero era más en plan no sé qué está pasando... En plan, ¡parad, que lo estoy pasando mal!”.

P. Ese día se te acusó de tongo y saliste en la tele. ¿No pensaste que te habías metido en un buen lío?

R. Fui el tercero más votado por el público y el primero entre el jurado. Igual que el sueco, o el portugués, el que ganó Eurovisión. Pero el momento fue durillo. Insultaron a mi familia, me lo hicieron pasar muy mal. No sé explicar por qué lo hicieron. Mirela -su principal contrincante, con la que empató- era la única concursante de Madrid. Quizá por eso. Esa noche me fui de fiesta con mis amigos de Sabadell y estuvimos en Kapital (una macrodiscoteca madrileña ubicada en Atocha). Había gente que me reconocía y me paraba para decirme que ya me valía, que vaya morro. Yo no entendía nada, pero la verdad es que no disfruté mucho ese día.

Los siguientes meses los vivió como si estuviese en una película. “Nos fuimos a tocar a países como Israel, Reino Unido, Rumanía, Ucrania, Holanda.... Una promo bestial, cantando por todos lados. Y vi que la gente se sabía la canción”. Dice que no siguió mucho las quinielas, que ya pronosticaban un batacazo. “Yo no las miraba, pero la gente me lo iba diciendo. Me dedicaba a ensayar y cantar la misma canción. Es un trabajo de cinco meses para luego tres minutos. Y encima tuve mala suerte. Aún hoy sigo creyendo que no hay que fiarse de eso. Italia salía como clara ganadora y acabó sexta, por ejemplo. Si no hubiese sido por el gallo...”.

Es raro, pero estoy en mi mejor momento. Ahora todo el mundo me conoce

Cuando acabó todo, y tras una entrevista con Buenafuente en el programa 'Late Motiv' para desdramatizar el patinazo, Manel se recluyó una semana en casa de sus padres. “Fui a la playa un día, con mis amigos, pero no quise ir a los bares ni a sitios donde sabía que me iba a conocer mucha gente. No por nada, sino para no tener que dar explicaciones. No me apetecía que la gente me parase para darme ánimos ni nada. Quería descansar y estar a mi aire. No miré apenas las noticias sobre lo que había pasado”.

Pasado lo peor de la tormenta, está dispuesto a utilizar el gallo como plataforma. “Es raro, pero estoy en mi mejor momento. Ahora todo el mundo me conoce. Hice el fin de semana el primer concierto desde Eurovisión en una sala de Barcelona y vendí todas las entradas. Tengo el viernes otro en Madrid. Me están llamando de televisiones. Por ejemplo, esta entrevista no la habría hecho de no ser por el gallo. Me ha dado más popularidad lo que pasó que haber quedado en el puesto 18, aunque lo cambiaría ahora mismo, claro”.

Manel cree que podrá vivir de la música en cuanto empiecen a llegar los ingresos por derechos de autor, por conciertos, patrocinios, etcétera. “No pienso dejar mi sueño por este error. Muchos artistas me mandaron mensajes diciendo que un gallo lo tiene cualquiera. Voy a hacer colaboraciones con los grupos de países como Suiza, Bulgaria, Finlandia… que participaron en Eurovisión y que me han llamado. Esta semana toco en Madrid, la siguiente en Murcia, luego Girona, luego concierto en Ucrania, que es el segundo país donde tengo más seguidores. En Cataluña me conoce mucha gente. En Alcorcón, el otro día me hice un montón de fotos en un bar. Estoy ilusionado con mi 'single', una canción en la que sí que soy yo”.

P. ¿Y vas a componer una canción inspirada en lo que viviste en Eurovisión, en el gallo?

R. Estoy en ello, aunque todavía la tengo a medias.

"El gallo me va a perseguir toda la vida. Sé que cada año, cuando lleguen las fechas de Eurovisión, lo van a repetir por la tele. Toda la vida".

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