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Patrimonio Nacional exige al Museo del Prado que le devuelva sus obras maestras
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van der weyden, El Bosco y tintoretto deben regresar

Patrimonio Nacional exige al Museo del Prado que le devuelva sus obras maestras

Patrimonio Nacional declara la guerra al Museo Nacional del Prado. Tal y como ha podido saber este periódico, Miguel Zugaza, director del museo, acaba de recibir

Foto: 'El jardín de las delicias', obra del Bosco que en estos momentos está en préstamo temporal en el Museo del Prado.
'El jardín de las delicias', obra del Bosco que en estos momentos está en préstamo temporal en el Museo del Prado.

Patrimonio Nacional declara la guerra al Museo Nacional del Prado. Tal y como ha podido saber este periódico, Miguel Zugaza, director del museo, acaba de recibir una carta firmada por el presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, en la que le reclama las obras maestras cuya cesión a la pinacoteca regularizó la institución que preside en 1998, y que allí descansan desde 1936. Hablamos de piezas esenciales de la historia de la pintura y fundamentales para el prestigio museográfico del Prado: El descendimiento de la cruz, de Roger Van der Weyden, de 1435; El jardín de las delicias, del Bosco, de 1500; La mesa de los siete pecados capitales, también del Bosco; y El lavatorio, de Tintoretto, de 1548. Las dos primeras figuran entre las 15 pinturas capitales en la página web del museo.

El origen del movimiento está en la inauguración del nuevo Museo de las Colecciones Reales, en 2016. José Luis Díez, nombrado director del museo, quiere lo mejor de sus fondos para enseñar en la institución de la que es responsable. En este periódico, que adelantó su nombramiento, también le preguntamos en la primera entrevista concedida tras su nombramiento acerca de estas obras en depósito y él no negó el regreso de las pinturas.

Entonces, recién llegado a su despacho directamente del Prado (era el antiguo responsable de pintura del siglo XIX allí) aclaró que, cuando diseñaran el plan museológico, tomarían una decisión. “En tanto que las piezas funcionen para ese discurso será cuando descendamos al detalle de la selección de las piezas. No me planteo ninguna actuación que no sea contar con las colecciones propias”, aseguró tajante.

Hoy ya sabemos cuáles quiere, porque –además– figuran en la nueva página web de Patrimonio Nacional, en la que por primera vez se ha incluido un capítulo dedicado a las colecciones reales. Dentro de él aparece una selección de 25 obras en las que se han incluido las piezas de la polémica. El Confidencial ha podido saber que la creación de la web ha sido un empeño personal de José Luis Díez nada más aterrizar en su despacho y ha estado especialmente preocupado por incluir las cuatro pinturas con cuatro nuevas fichas museográficas, distintas a lo que se puede leer de ellas en la web del Prado.

Relaciones congeladas

A pesar de que Zugaza niega esa carta y tener noticias al respecto, fuentes cercanas a presidencia de Patrimonio aseguran a El Confidencial la implicación del presidente en la decisión. Sin embargo, Patrimonio Nacional ha confirmado a este periódico la existencia de la carta. Además, esta institución indica en esa carta, como medida de presión para la devolución y actualización de los préstamos, que a partir de este momento las relaciones quedan congeladas entre ambas instituciones.

La primera víctima colateral de esta disposición es la exposición Bernini y España, que tiene fecha de inauguración el próximo octubre, comisariada por Delfín Rodríguez Ruiz. El catedrático de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid trabajaba en el montaje de la que será la primera muestra temporal en este país de uno de los artistas más influyentes del siglo XVII cuando se enteró de la negación de Patrimonio del préstamo de obras capitales para su discurso museográfico. Este punto sí lo confirma Miguel Zugaza a este periódico, pero ha preferido no detallar el motivo.

Esto puede desatar una guerra mucho mayor a la que libró el Prado cuando reclamó al Museo Reina Sofía –para el frustrado proyecto de ampliación en el Salón de Reinos– el Guernica de Picasso. La diferencia en este caso es que los cuadros pertenecen a Patrimonio Nacional y llegaron por primera vez al Prado en 1936, cuando la Junta Delegada de Incautación, Protección y Conservación del Tesoro Artístico Nacional del Gobierno de la República las trasladó al museo para impedir su destrucción durante la Guerra Civil. Más adelante, en 1943, se firmó un decreto que establecía el “depósito temporal”. En 1998 se renovaron los depósitos y ordenaron la cesión mediante acta de regularización.

José Luis Díez ha diseñado una estructura de museo que “no es una acumulación de piezas, sino una selección de la excelencia de las colecciones”. La web ya anuncia las 25 mejores. “No se trata de tener un modelo enciclopédico como puede ser el diseño del Prado, donde ves toda la evolución de Ribera como pintor”, explicaba el director a este periódico. “Esto ayudará a entender los gustos coleccionistas de los monarcas”.

Esas “excelencias” estarán ordenadas por reinados, desde los Austria a los Borbones. La primera obra será una de Juan de Flandes y la última el retrato real de Antonio López. Desde un retrato de Isabel la Católica a la familia de Juan Carlos I, con la presencia de Roger Van der Weyden, El Bosco y Tintoretto. Esto supone una descapitalización de patrimonio para El Prado.

En la primera planta se presentará el gusto artístico de la casa Austria, en la segunda planta Borbones y la tercera irán ubicadas las temporales, con una sala de 1.600 metros cuadrados diáfanos, tal y como nos comentó el director. “El visitante recorrerá el mecenazgo de los reinados y, al tiempo, la Historia de España”, añadió. Si el éxodo de obras se consuma, también podría sumarse a la partida La Anunciación, sublime obra de Fray Angélico perteneciente al Monasterio de las Descalzas Reales, que ingresó en el museo en 1861.

Patrimonio Nacional declara la guerra al Museo Nacional del Prado. Tal y como ha podido saber este periódico, Miguel Zugaza, director del museo, acaba de recibir una carta firmada por el presidente de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, en la que le reclama las obras maestras cuya cesión a la pinacoteca regularizó la institución que preside en 1998, y que allí descansan desde 1936. Hablamos de piezas esenciales de la historia de la pintura y fundamentales para el prestigio museográfico del Prado: El descendimiento de la cruz, de Roger Van der Weyden, de 1435; El jardín de las delicias, del Bosco, de 1500; La mesa de los siete pecados capitales, también del Bosco; y El lavatorio, de Tintoretto, de 1548. Las dos primeras figuran entre las 15 pinturas capitales en la página web del museo.

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