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La terrible invasión de los robots de peluche
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'UN AMIGO PARA FRANK' EXPLORA LA RELACIÓN ENTRE UN ANCIANO Y SU ASISTENTE ROBÓTICO

La terrible invasión de los robots de peluche

Escritas por Isaac Asimov en 1942, las tres leyes de la robótica son las tres frases más célebres de la historia de la ciencia ficción. 1) Un

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La terrible invasión de los robots de peluche

Escritas por Isaac Asimov en 1942, las tres leyes de la robótica son las tres frases más célebres de la historia de la ciencia ficción

1) Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que sufra daño. 

2) Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los humanos, excepto si entrasen en conflicto con la 1ª ley. 

3) Un robot debe proteger su propia existencia salvo que al hacerlo entre en conflicto con la 1ª o la 2ª ley.

Asimov las escribió como normas para sus robots, pero acabaron aplicándose informalmente a los demás androides de ficción. No hay película sobre inteligencia artificial donde no sobrevuelen las tres normas, sobre todo en lo referente a una hipotética amenaza robótica sobre la vida humana. Como tampoco parece haber película sobre androides del Hollywood contemporáneo que no sea una superproducción, de la olvidable Yo robot (Alex Proyas, 2004) a la estupenda Inteligencia artificial (Steven Spielberg, 2001). En efecto, siempre que hablamos de robots tendemos a plasmar su choque con los humanos y a gastar mucho dinero en imaginarnos ese futuro.

Pues bien, Un amigo para Frank no responde a ninguno de estos dos patrones. Por un lado, está ambientada en un presente muy cercano en el que la robótica se ha sofisticado lo suficiente como para mecanizar diversas actividades, pero las calles siguen siendo similares a las de hoy día; nada impide al director contar su historia con presupuesto ajustado. Por otro lado, su androide se muestra muy servicial con los humanos; tanto que se convierte en la mezcla perfecta de mayordomo, coach y amigo de un cascarrabias en el ocaso de sus días

La película de Jake Schreier, que se estrena este viernes, narra las peripecias de un exladrón de joyas que vive sólo, olvida las cosas y tiene problemas para valerse por sí mismo. Su hijo decide comprarle un robot para que cuide de él. Casi todos los hallazgos del filme se concentran en el arranque y tienen que ver con la sorpresa que provoca su incursión en terrenos inexplorados por el cine robótico. Vemos a Frank resistiéndose a las sugerencias de su nuevo cuidador, que no sólo le prepara el desayuno sino que quiere ponerle a dieta y se autodenomina “asesor”. Lejos de los rimbombantes escenarios futuristas del géneroUn amigo para Frank apuesta por la banalidad cotidiana en las relaciones robots/humanos. Como si lo crucial ya no fuera controlar una supuesta amenaza robótica, sino aprender a convivir con los androides bajo el mismo techo.  

A su vez, la pérdida de memoria del protagonista le genera una gran extrañeza al toparse con avances tecnológicos cuya existencia no recuerda: el robot intenta levantarle temprano y Frank le mira adormilado como si no entendiera nada y el presente/futuro hubiera mutado en una cosa extraña.

La película parece incluso querer profundizar en los posibles conflictos de la presencia robótica en las tareas humanas: una hija de Frank apoya una corriente política en contra de la cohabitación, pero el director no tiene intención alguna de reflexionar sobre las leyes de Asimov. Es más: poco a poco la película va abandonando el género para convertirse en una versión estadounidense del fenómeno francés Intocable (Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011). El choque de caracteres contrarios (cuidador/paciente) como vía a la transformación personal.

Un amigo para Frank entra entonces en una deriva un tanto rutinaria, entre cómica, familiar y sentimental, en la que quizás no hacía falta ningún androide para contar la misma historia. Por el camino, no obstante, dibuja interesantes contrastes entre la memoria olvidadiza del anciano y la memoria prescindible del robot, capaz de empezar de cero sin problemas cada vez que le desenchufan. 

Un amigo para Frank es una comedia dramática melancólica a la que le falta pegada para transformarse en algo más que un agradable visionado de una tarde de sábado.

Un amigo para Frank

Director: Jake Schreier
Reparto: Frank Langella, Susan Sarandon, Liv Tyler
Género: Comedia dramática
Nacionalidad: EEUU
Duración: 90 minutos

Escritas por Isaac Asimov en 1942, las tres leyes de la robótica son las tres frases más célebres de la historia de la ciencia ficción