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7 errores que cometes cuando haces verduras a la plancha
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7 errores que cometes cuando haces verduras a la plancha

Los errores que cometes al hacer verduras a la planchaEres consciente de que cocinar no es lo tuyo. Vas a lo básico. No sales de las

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Errores que cometes al hacer verduras a la placha

Eres consciente de que cocinar no es lo tuyo. Vas a lo básico. No sales de las recetas estándar de carne, arroz, pasta, ensaladas o verduras. Vuelta y vuelta o un rato en la olla y para dentro. A veces innovas y le echas orégano o algo de lo que tienes por casa. El resultado no es del todo malo. De hecho, resulta comestible, pero, amigo, es que lo haces fatal.

¿Por qué crees que un simple filete a la plancha te sabe mejor en casa de tu madre? No es porque lo haga con amor, es porque no comete estos errores básicos cuando los cocina. Lo mismo sucede con las verduras a la plancha. La historia no tiene mucho misterio, pero aún así no te quedan ricas y cuando las comes sientes que estás a dieta. ¿La razón? Que haces muchas cosas mal al cocinarlas. Pasa las flechas de la derecha y descubre cómo la pifias cada vez que haces unas tristes verduritas a la plancha.

1) No lavarlas

Lo primero que haces mal cuando te dispones a cocinar verdura es no lavarla. Antes de comprarla y llevarla a casa, los vegetales son susceptibles de contaminarse por patógenos que pueden ser realmente perjudiciales para la salud. Las causas son múltiples, pero fundamentalmente se resumen en las fumigaciones con pesticidas a las que son sometidas antes de su recogida.

Para lavarlas correctamente debes hacerlo antes de partirlas o pelarlas, ya que en el exterior de estos alimentos hay patógenos que pueden trasladarse al interior una vez que son manipuladas. Lo ideal es ponerlas bajo el grifo durante al menos dos minutos o en el interior de un recipìente con agua.

Si los restos de suciedad continúan estando presentes en las piezas, puedes ayudarte de una esponja limpia. Para una limpieza más en profundidad, es bueno utilizar antibacteriales naturales como el bicarbonato de soda, vinagre o limón, los cuales tienes que añadir al recipiente donde esté la verdura.

2) Cortarlas de forma irregular

Cortar o trocear las verduras de tal forma que tengan el mismo tamaño no solo hace que se vea más bonito sobre el plato, sino que tiene su por qué. Cuando todos los trozos son de dimensión parecida se cocinan mejor, de forma uniforme. Esto te ayudará a evitar que unas partes estén crudas por dentro y otras quemadas.

[Ver: Cómo conservar las frutas y las verduras para que duren más]

3) Usar la plancha incorrecta

Aunque puedes hacer los vegetales en cualquier utensilio de cocina, lo recomendable es disponer de una buena plancha. Los bordes son lo suficientemente altos para que los alimentos se mantengan en el interior y no caigan al darles las vuelta. Si los hacemos en otro recipiente, como por ejemplo en una sartén profunda, no estarán igual de ricas, ya que el vapor se quedará dentro y la verdura nos saldrá blanda y nada crujiente.

4) Meter todo de golpe

Tienes hambre o prisa y metes una montaña de trocitos de verdura en la plancha. Obviamente, no caben. Esto hace que no se cocinen todos por igual, y que al comerla te encuentres con cachos perfectamente hechos, otros muy crudos y el resto quemados. Las verduras que se hacen muy juntas de una vez tienden a vaporizarse en lugar de asarse. Así que, ya sabes, si necesitas dos tandas para hacerlas, no lo dudes. También puedes usar dos planchas a la vez. Es mucho mejor eso a que te salga la comida mal.

5) No echar suficiente grasa

Aunque estés a dieta y sea una comida sana, no pasa nada porque eches un chorrito de aceite en la plancha para cocinar tus verduras. Si las haces sin nada de grasa, te saldrán secas y te quedarán duras e insípidas. Para obtener una textura tierna y crujiente, lo ideal es echar una cucharada de aceite de oliva por la plancha y esperar a que se caliente. Además, debes tener en cuenta que tu cuerpo necesita algo de grasa para que sea capaz de digerir todos los nutrientes y las vitaminas que tienen los vegentales, como la A, D, E y K.

6) No poner la temperatura correcta

No se trata solo de cortar las verduras y soltarlas sobre la plancha. También debes regular la temperatura de esta última, para que no se te quemen. El punto ideal estaría entre 204 y 218 grados. Si no eres capaz de regular correctamente la temperatura de la plancha siempre puedes meterlas al horno, pero no te quedarán tan crujientes y sabrosas.

7) Darles mal la vuelta

Una vez que las verduras estén en la plancha, debes echarles un ojo e irlas removiendo con la ayuda de una espátula de madera. Si no las remueves, se quedarán pegadas o se quemarán. No hace falta que estés todo el rato vuelta y vuelta, con que lo hagas una vez es suficiente.

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