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Los dos grados de separación de Davos: así se relacionan las personas de la élite
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EL PODER CABE EN UNA HABITACIÓN

Los dos grados de separación de Davos: así se relacionan las personas de la élite

Si todos estamos relacionados por, como mucho, seis grados, esta distancia se reduce al mínimo cuando hablamos de los más ricos, que no sólo conviven entre sí en las grandes cumbres globales

Foto: El Davos Congress Center, donde se celebrarán la reuniones entre este viernes y el próximo lunes. (Efe/Laurent Gillieron)
El Davos Congress Center, donde se celebrarán la reuniones entre este viernes y el próximo lunes. (Efe/Laurent Gillieron)

Una de las curiosidades preferidas por los cinéfilos es la del número de Bacon, una de esas bromas que todo el mundo ha oído alguna vez. Esta afirma que todos los actores del mundo están conectados a Kevin Bacon a una distancia no superior de seis personas, una teoría basada en la de los seis grados de separación sugerida en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy. Así, por ejemplo, tu madre, actriz en su juventud, habría conocido en su viaje de novios a una carnicera argentina que quizá en determinada ocasión había servido una pieza de carne a un hombre de negocios que estrechó una vez la mano de Barack Obama, que en 2010 se entrevistó con George Clooney, con quien Julia Roberts apareció en 'Ocean's Eleven', una década después de rodar 'Línea mortal' con Kevin Bacon.

Partiendo de este principio, y aprovechando que se está celebrando el Foro de Davos, 'BBC' ha elaborado una reveladora infografía que desvela las relaciones de algunos de los asistentes a la reunión. Entre ellos figuran actores como Kevin Spacey o Leonardo Di Caprio o músicos como Will I. Am (de Black Eyed Peas), que se cruzarán por los pasillos del Davos Congress Centre con la representación española: el ministro de Economía en funciones Luis de Guindos, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y el del BBVA, Francisco González, así como el CEO de Telefónica José María Álvarez-Pallete y el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

Muchas de estas relaciones tienen su origen en las obras de filantropía, que al mismo tiempo que ayudan a salvar el mundo, sirven de buen lubricante social

En muchos casos, la relación entre algunos de ellos es evidente. Que De Guindos se siente con George Osborne y Wolfgang Schaüble no tiene nada de reseñable, ya que se trata de sus homólogos británico y alemán, respectivamente. No obstante, hay otras conexiones que no saltan a simple vista y que puede hacer que, por ejemplo, Di Caprio y Shimon Peres, que fue presidente de Israel entre 2007 y 2014, se saluden afectuosamente. Muchas de estas relaciones tienen su origen en las obras de filantropía, que al mismo tiempo que ayudan a salvar el mundo, sirven de buen lubricante social. Otras son personales y muestran cómo la élite no sólo comparte despachos, reuniones y cumbres.

Filantropía

No hay otra figura en el centro de las buenas intenciones como Bill Gates, el fundador de Microsoft, que a través de la Fundación Bill y Melinda Gates, se codea frecuentemente con grandes líderes políticos y potentes adversarios empresariales. Eso, provoca, por ejemplo, que conozca personalmente a la actriz Charlize Theron, ya que participaron el pasado mes de septiembre en la cumbre neoyorquina de la Clinton Global Initiative (Clinton, ¿de qué me suena?) de Inversión en Prevención y Sistemas de Salud Resilientes y han firmado conjuntamente la Declaración de Conectividad, que aboga por el acceso global a la red en el año 2020.

Pero también a George Soros, el otro gran polo filantrópico de los Estados Unidos, con quien comparte parte del capital de la constructora española FCC, como explicaba El Confidencial, pero también componen la Breakthrough Energy Coalition, un grupo de inversores de perfil alto en energía baja en carbono. ¿Otros dos nombres de dicha coalición? Jeff Bezos, de Amazon, y Richard Branson, de Virgin.

Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs, y Larry Fink, de BlackRock coinciden en Partnership for New York City, una organización sin ánimo de lucro

¿Otro ejemplo? Lloyd Blankfein, CEO de Goldman Sachs, y Larry Fink, CEO de BlackRock –es decir, las dos cabezas que dirigen los grupos de banca de inversión más poderosos del mundo– coinciden en Partnership for New York City, una organización sin ánimo de lucro (así lo aseguran) donde también figuran Bloomberg, JPMorgan Chase o JetBlue Airways. Blankflein también trabaja codo con codo con Muhtar Kent, CEO de Coca-Cola, en Catalyst, una ONG dedicada a promocionar el cambio en los entornos laborales.

Cultura

¿Qué tienen que ver Kevin Spacey, el actor que interpreta a Frank Underwood en 'House of Cards', y Bill Winters, el CEO de Standard Chartered, un banco internacional londinense que mueve al año 23.400 millones de libras? Que mientras Spacey abandonaba su puesto en el Old Vic como director artístico, Williams apareció con el torso desnudo en el vídeo de una campaña para financiar el Young Vic.

Vale, quizá un poco cogido por los pelos. Recurramos entonces, quizá, a Oprah Winfrey, por cuyo programa han pasado tanto Will.I.Am como Di Caprio o Theron... pero también Bill Gates. En muchas ocasiones, estos comparten plató, como si se tratase de otra extensión de esos cenáculos en los que se come buena comida, se bebe vino de primera calidad y surgen proyectos de toda índole.

Basta con echar un vistazo a la galería de los Mensajeros de la Paz de las Naciones Unidas para comprobar por qué algunos actores se codean día tras días con el poder político: en ella figuran del director de orquesta Daniel Barenboim a Paulo Coelho pasando por Stevie Wonder, Michael Douglas o Jane Goodall, la célebre investigadora de los chimpancés.

Negocios

¿Qué tal si recordamos que Rupert Harrison, el antiguo jefe de gabinete de George Osborne, canciller de Hacienda conservador del gobierno británico, es actualmente el macroestratega jefe de BlackRock a cambio de unas 150.000 libras (casi 200.000 euros) al año? ¿Y que su amigo y tutor de estudios en Oxford Stewart Wood se convirtió, paradójicamente, en el consejero económico del Partido Laborista?

En Davos, por cierto, también se encontrarán Lloyd Blankfein y el magnate del hierro indio Lakshmi Mittal, que es parte del consejo administrativo de Goldman Sachs. Mittal, por cierto, fue el protagonista del 'Mittalgate', un escándalo en el que el antiguo Primer Ministro laborista Tony Blair se vio involucrado después de que saliese a la luz una carta en la que el político sugería que la entrada de Rumanía en la Unión Europea sería mucho más sencilla si su “amigo” Mittal podía comprar la siderúrgica estatal del país.

Política

No hace falta irse a las puertas giratorias: basta con echar un vistazo a los consejos de administración de las grandes compañías para entender que la élite es un barrio más pequeño de lo que pensamos. O echar un vistazo a la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas celebrada a finales del pasado año, y en la que coincidieron Shimon Peres, Ban Ki-Moon (Secretario General de la ONU), Jacob Zuma (presidente de Sudáfrica), Angela Merkel (¿hace falta presentación?) y John Kerry, Secretario de Estado del Gobierno Americano, y que también se verán las caras en la ciudad suiza.

¿Qué demuestra todo esto? Probablemente, nada. Que las relaciones entre la élite no se limitan a lo meramente profesional es algo evidente, de igual manera que las familias con semejantes orígenes sociales terminan relacionándose porque son vecinos, sus hijos juegan al fútbol juntos o comparten palco preferencial en el estadio de turno. Un mecanismo que, sin forzar ninguna clase de conspiración, provoca que el poder y el dinero llamen al poder y el dinero. En todo caso, lo que sugiere es que por debajo de las relaciones canónicas –políticos con políticos, economistas con economistas– hay otras más informales (e inesperadas) y que, estas sí, se llevan a cabo lejos de los ojos de la población mundial.

Una de las curiosidades preferidas por los cinéfilos es la del número de Bacon, una de esas bromas que todo el mundo ha oído alguna vez. Esta afirma que todos los actores del mundo están conectados a Kevin Bacon a una distancia no superior de seis personas, una teoría basada en la de los seis grados de separación sugerida en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy. Así, por ejemplo, tu madre, actriz en su juventud, habría conocido en su viaje de novios a una carnicera argentina que quizá en determinada ocasión había servido una pieza de carne a un hombre de negocios que estrechó una vez la mano de Barack Obama, que en 2010 se entrevistó con George Clooney, con quien Julia Roberts apareció en 'Ocean's Eleven', una década después de rodar 'Línea mortal' con Kevin Bacon.

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