Unas vacaciones sin móvil, ¿es posible?

¡Bienvenido, verano! Con sus fotos de pies en la arena, el reportaje de los nietos que luego enseñará mil veces durante el año o los cientos de mensajes a los amigos recordándoles que mientras usted está en la playa ellos siguen en la oficina. ¿Quién no lo ha sufrido? Deshacerse del móvil durante estos días es casi misión imposible, y no por obligación, si no por disfrute. El 'postureo' es el nuevo ocio y las vacaciones son el mejor momento para activarlo.

El estudio 'Desco-net- ta' realizado por la agencia de viajes PANGEA concluye que uno de cada tres jóvenes es adicto a los 'smartphones', lo que provoca que durante sus vacaciones utilicen el móvil para todo: compartir fotos, mantener el contacto con amigos y familia, consultar mapas, etc. Pero no es una actitud exclusiva de los 'millenials'. Los consultados mayores de 40 años admitieron que ellos también son esclavos de su móvil, pero por motivos diferentes. En este caso son las obligaciones y la responsabilidad del trabajo lo que impide apagarlo durante unos días, a pesar de que el 56% desearía hacerlo.

Para olvidarse de internet y los dispositivos electrónicos, hay algunos trucos que nunca fallan. Desde irse de vacaciones a un pueblo sin cobertura a meter el móvil en el agua del mar nada más llegar a su destino. Pero si no es de extremos, puede encontrar la ansiada desconexión en lugares tranquilos, alejados de los compromisos diarios, del 'roaming' y donde todo se piense para su bienestar. ¿Quiere saber cuáles son los mejores lugares para desconectar?

Isla Mauricio

¿Imagina una isla pensada para el descanso y el disfrute? Un viaje a Isla Mauricio no es ni más ni menos que eso. No hay adjetivos que describan el mar que la baña, porque 'turquesa', 'cristalino' o 'trasparente' se quedan muy cortos. La arena parece una alfombra, blanca y fina. Hasta aquí, un destino de playa imprescindible. Pero es que Isla Mauricio no solo sorprende por esto. Aquí se dan cita muchas culturas diferentes, que hacen de este un enclave único. Etnias originales de la isla con influencias francesas, británicas e indias dan como resultado una mezcla de lo más salvaje. Y prueba de ello es la música, una constante en su viaje.

Un espectáculo singular es el Sega. Se trata de un baile que se remonta a la llegada de los primeros esclavos y tiene influencias mozambiqueñas. El ritmo lo marcan una especie de tambores o 'ravanes' y, debido a las aportaciones de las diferentes etnias, tiene un carácter erótico en muchas ocasiones. Sin duda es un espectáculo muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver que le hará olvidar su día a día.

La Gomera

No es necesario recorrer miles de kilómetros y pasar controles fronterizos para encontrar la desconexión. En España contamos con rincones únicos donde escapar del ruido y el ajetreo del día a día. Unas vacaciones en la Gomera, la más pequeña de las Islas Canarias, garantizan descanso y bienestar. Este pequeño enclave cuenta con 370 kilómetros de pura naturaleza, de hecho, está considerada en su totalidad Reserva de la Biosfera, que se reparte entre picos y valles.

Con poco más de 20.000 habitantes y una orografía complicada, los lugareños inventaron un lenguaje a base de silbidos para poder comunicarse desde largas distancias. A pesar del turismo que arrastran sus vecinas, La Gomera se mantiene al margen y conserva la esencia pesquera y sencilla de los pequeños pueblos canarios. Monte en barco, haga trekking o relájese en las playas de arena negra… cualquier cosa antes que coger el móvil. De todos modos, le guste o no, en la Gomera todavía hay rincones donde no hay cobertura telefónica, así que no tiene excusas para olvidar lo que le espera a la vuelta.

Cuba

Un viaje a Cuba no es solo un viaje al Caribe. Es un viaje en el tiempo. En las calles de la Habana creerá que vive en los años 50. En esa época no existían los móviles, así que olvídese de él y disfrute su paseo por la ciudad. La modestia de sus vecinos le hará reencontrarse con un modo de vida menos complicado del que en ocasiones nos vemos inmersos.

Un puro, una copa de ron o un poco de música le bastarán para meterse de lleno en la vorágine de su alegría. Si ni con esas puede olvidarse del trabajo, su solución es escaparse a los cayos cubanos: aquí no tendrá opción porque está en el paraíso. Pequeñas islas con playas de película formadas sobre la superficie de un arrecife de coral. Por unos días, se sentirá como Tom Hanks en 'Náufrago', con una diferencia: su hotel tiene todo incluido. Dedique su día a bucear, tomar el sol o disfrutar del mar, y contemple cada tarde el anochecer que regala la naturaleza. Cuando vuelva al trabajo no recordará ni la contraseña del ordenador, pero habrá merecido la pena.

Sea donde sea, desconectar es una necesidad del ser humano para poder encarar nuevos proyectos. El destino, muchas veces, es lo de menos si se tiene la actitud adecuada. De hecho, un 68% de los encuestados afirma que en sus vacaciones descansa tanto el cuerpo como la mente, que coincide con el 56% que aseguran volver a sus puestos de trabajo con las pilas cargadas. Así que este verano, ya sabe: apague el móvil y desconecte.