Doña Carla descubre la verdad sobre Jacobo en 'La Moderna': "Soy un impostor"

• Avance del capítulo 88 de La Moderna del martes, 30 de enero
• La llegada de una misteriosa mujer podría empañar la felicidad de Matilde en La Moderna

​El Salón de té La Moderna empieza a desvelar secretos que ya se tambaleaban. El supuesto Jacobo Morcuende no ha jugado bien sus cartas y ahora será doña Carla la que descubra su verdadera identidad en el capítulo de este martes. Además, se palpa la tensión en las galerías ante el deseo de Teresa de dejar su puesto, no sin antes presionar a Matilde.

En el capítulo anterior, las dependientas han celebrado un nuevo triunfo de Matilde. Don Fermín finalmente ha aprobado la propuesta de mejora planteada por su encargada adjunta. Además, Elías ha querido recuperar su amistad con Cañete y Pablo se ha sentido rechazado por Marta tras su primer beso.

Doña Carla aparece en el salón de té, no sin antes poner a prueba la paciencia de Matilde. La viuda de don Jaime de Morcuende vuelve a sembrar la duda en la encargada adjunta, asegurando que Íñigo es tiene fama de mujeriego. Pero la joven lo tiene claro: nada ni nadie podrá destruir su idílico romance.

La casi despedida de Luisa y Emilio

Cañete comparte con Miguel el nuevo sentir de Elías, que se ve abandonado por sus dos grandes amigos. En la corrala, Luisa se abre con Emilio y con lágrimas en los ojos le asegura que no puede estar más tiempo esquivando la verdad. "Son más cosas las que nos separan que las que nos unen", expresa la ilustradora. Los jóvenes tomarán un rumbo diferente, pero al menos intentarán conservar su relación de amistad, ya que la amorosa es cosa del pasado.

Trini no se siente cómoda ni siquiera en su propia casa. La joven no sale de su habitación porque no quiere cruzarse con Cañete. Mientras, Miguel le pide que lo normalice. Por su lado, Marta aprende de Conchita en sus inicios como costurera.

Don Cecilio no deja de sorprender a Concha. Ahora, el empresario le ha traído un recambio que le faltaba a su máquina de coser. La cuñada de Rosario le brindará a Marta medio jornal por cada día de trabajo. Mientras, Pietro le abre los ojos a Esperanza sobre las predicciones del horóscopo.

La empleada de la limpieza ha tropezado con Elías, el amor de su vida tras probar algo dulce y amargo (la crema pastelera del italiano), tal como leía días atrás en el periódico. Por su parte, Inés quiere formarse con los mejores profesores de canto y asi tener más oportunidades laborales. Mientras, Emilio le anuncia que se ha quedado un puesto vacante como camarera en el Madrid Cabaret.

El acto de conciliación sobre el reparto de la herencia de don Jaime acaba de comenzar en el despacho de doña Carla. El abogado anuncia que Jacobo recibirá un tercio del patrimonio, excluyendo el Madrid Cabaret que pertenece a Íñigo. El supuesto hijo de don Jaime está conforme con el reparto, al igual que el prometido de Matilde.

Las empleadas agradecen personalmente a don Fermín el aumento de sueldo. El propietario les confía que está replanteándose la norma por la cual las mujeres casadas no pueden trabajar en el salón y así se lo hace saber a Trini y Antonia. El empresario no quiere perder a Matilde tras la boda. Teresa ha escuchado tras la puerta. Su paciencia parece agotarse.

El secreto de Jacobo sale a la luz

Doña Carla no quiere compartir la herencia de su marido y le exige a su abogado que el dinero sea exclusivo para ella a cambio de triplicar sus honorarios. Mientras, Inés se presenta en el Madrid Cabaret para que Íñigo le haga una prueba para el puesto de camarera. A pesar de que no tiene experiencia, la joven gana a Íñigo con su desparpajo.

Miguel y Cañete se disculpan con Elías y le obsequian con una corbata para una reconciliación que su amigo sella con un abrazo. Íñigo finalmente le da el trabajo a Inés. Mientras, Elías se desliga de la amistad con Pietro tras conseguir la atención de sus verdaderos amigos. Por su lado, Pablo vuelve a ser rechazado por Marta. Además, la suerte no está de parte, ya que el taller donde trabaja va a cerrar.

Aguirre se presenta en el Madrid Cabaret con la intención de comprar el local. Íñigo no quiere el sucio dinero de su gran enemigo. Su único propósito es destrozarle la vida al prometido de Matilde. Concha conoce a Íñigo. Mientras, la pareja hablan sobre los preparativos de la boda.

Laurita e Inés organizan una cena familiar con el propósito de reconciliarse definitivamente con sus padres. Arturo está más receptivo mientras Gabriela sigue minusvalorando a Laurita. La hermana de don Fermín se marcha precipitadamente. Arturo se disculpa con sus hijas, pero también se despide para empezar una vida lejos de las maldades de su esposa.

Jacobo no aguanta más y le confiesa toda la verdad a doña Carla. Su gran secreto sale a la luz. El joven le cuenta que Aguirre le obligó a continuar con su argucia: "Soy un impostor", asegura el falso vástago de don Jaime de Morcuende.