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Kate Winslet y su hija en la vida real, un ansioso viaje sobre la adolescencia en 'I am Ruth' (Cosmo)
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MADRE E HIJA EN LA FICCIÓN

Kate Winslet y su hija en la vida real, un ansioso viaje sobre la adolescencia en 'I am Ruth' (Cosmo)

Este martes se ha estrenado el capítulo especial de 'I am', la serie británica ganadora de dos BAFTA, uno de los cuales la actriz dedicó a su hija, Mia Threapleton

Foto: Kate WInslet y Mia Threapleton, madre hija en la ficción y en la vida real. (Cosmo)
Kate WInslet y Mia Threapleton, madre hija en la ficción y en la vida real. (Cosmo)

En su discurso de aceptación del premio a Mejor actriz de televisión en la pasada ceremonia de los BAFTA, la intérprete Kate Winslet aseguraba que si pudiese partir el trofeo por la mitad, se lo daría a su hija, la también actriz Mia Threapleton (The Buccaneers). Madre e hija replican el lazo familiar que les une en el episodio I am Ruth, de la serie antológica británica I am, que el canal Cosmo ha estrenado este martes, 12 de diciembre, a las 22 horas. El relato, en formato de telefilm, es el primer episodio de una tercera temporada de historias de mujeres cotidianas, enfrentadas a un momento límite en sus vidas.

En esta ocasión, I am Ruth cuenta la complicada relación entre la mujer madura que da nombre al título (Winslet) y su hija Freya (Threapleton), una adolescente sumida en una depresión y un duro trastorno dismórfico corporal. La hora y media que dura este episodio especial, supone una caída a los infiernos de una madre que desea proteger a su hija, pero que no dispone de las herramientas suficientes. Reina la ansiedad y la incomunicación

Foto: Mia Threapelton. (Cortesía)

Como ya hiciese Savage con el resto de episodios que conforman la serie, protagonizados por elevadas intérpretes británicas como Vicky McClure, Samantha Morton, Gemma Chan o Letitia Wright, entre otras, la cámara en mano, siempre en movimiento, sigue a sus personajes por todos los rincones de un asfixiante hogar, de manera que la ficción coquetea con el tono documental. En este caso, la iluminación de las estancias habitadas por el personaje de Ruth se enfrentan directamente con la habitación apagada de Freya, siempre a oscuras en su oscuro letargo, cuyo único cobijo es encontrado bajo el edredón y en su teléfono móvil.

Esta iluminación también afecta a las interpretaciones de cada una de las partes. Winslet encarna a una eterna madre en conflicto, esperanzada por establecer una cercanía con su propia hija, pero aterrada por cualquier motivo de disputa que pudiese surgir entre ellas. Justo al contrario que la incomprendida Freya, a quien también le gustaría salir a flote, pero que no puede evitar enterrarse en su agujero particular con cada uno de los desafortunados comentarios de su madre.

El relato aborda la falta de psicología adulta a la hora de gestionar la depresión

Winslet ofrece una interpretación puramente dramática, sin atisbo de encontrar ningún tipo de paz en su ser. Su vida cotidiana es la de una clase media acomodada, que se transforma en una pérdida de la concentración y en una sensación constante de que todo podría estallar por los aires. En un ejercicio de carácter bipolar, la oscarizada actriz de Titanic juega con una amplia variedad de registros, predominados esencialmente por la ansiedad y el miedo.

Un guion recurrente

El papel de Winslet es el de una matriarca soltera, con complicaciones para ponerse en los zapatos de su propia hija. El relato, co-escrito entre Savage y Winslet, no carga enteramente la culpa sobre las incoherencias propias de una etapa vital como la adolescencia, sino que también aborda la falta de psicología de los adultos a la hora de gestionar temas tan complicados como el que aquí se presenta.

Temas llevados a un extremo que, sin embargo, sí juegan con lugares comunes ya visitados en la cinematografía, y ciertos clichés sobre la enajenación mental. Si en su episodio I am Nicola (de la primera temporada de la serie), se desarrollaban unos cuantos estereotipos sobre la violencia de género, en el nuevo episodio de la serie se confrontan trillados y sensibles recursos narrativos como las autolesiones, el desorden alimenticio y la peligrosidad de las redes sociales en edades adolescentes.

I am Ruth está cargado de un potente y emocionante humanismo, gracias al ejercicio actoral entre Winslet y Threapleton, quienes hacen vibrar el relato con sus secuencias compartidas, como si de una obra de teatro de dos únicos intérpretes se tratase. Más allá de su trabajo, la historia se erige como relevante, pero escasamente imaginativa.

En su discurso de aceptación del premio a Mejor actriz de televisión en la pasada ceremonia de los BAFTA, la intérprete Kate Winslet aseguraba que si pudiese partir el trofeo por la mitad, se lo daría a su hija, la también actriz Mia Threapleton (The Buccaneers). Madre e hija replican el lazo familiar que les une en el episodio I am Ruth, de la serie antológica británica I am, que el canal Cosmo ha estrenado este martes, 12 de diciembre, a las 22 horas. El relato, en formato de telefilm, es el primer episodio de una tercera temporada de historias de mujeres cotidianas, enfrentadas a un momento límite en sus vidas.

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