'Bosé': ¿Intentó el padre del cantante ligar con Ana Obregón?

La relación de Miguel Bosé y Ana Obregón, una de las parejas más mediáticas de principios de los ochenta, sigue generando titulares más de cuarenta años después. Aunque en esta ocasión el culpable es el propio Bosé, que ha autorizado a los guionistas de la serie sobre su vida a narrar uno de los episodios más oscuros de su juventud y que está relacionado con su exnovia y con su propio padre, el torero Luis Miguel Dominguín, fallecido en 1996.

Bosé y Obregón mantuvieron un sonado romance entre 1979 y 1982 y el cantante le llegó a dedicar una canción, Anna. La pareja enloqueció a la prensa del corazón y consolidó, más si cabe, su estatus de estrellas del papel cuché. Ella, la pizpireta hija de un poderoso empresario inmobiliario; él, el artista más deseado del momento. La actriz encargada de meterse en la piel de Ana en Bosé es Raquel Salamanca, a la que hemos podido ver en series como El ministerio del tiempo o El secreto de Puente Viejo. La versión juvenil de Bosé lleva el rostro de José Pastor, que vuelve a demostrar que es la viva imagen del cantante.

Las turbias insinuaciones del torero

En el segundo capítulo de Bosé, titulado Te amaré en referencia al hit del cantante, nos muestra una visita de la pareja a La Virgen, la imponente finca de caza de 9.000 hectáreas que el torero poseía en Andújar, en la provincia de Jaén. Miguel quería presentar a su padre oficialmente a su novia, Ana, cuya identidad el espectador entiende cuando esta hace referencia a sus estudios en Biología —un recurso narrativo más sutil que el de Cristo y Rey, la serie de Atresmedia sobre la vida en común de Bárbara Rey y Ángel Cristo, que sobreimpresiona innecesariamente los nombres de los personajes famosos—.

El torero (interpretado por Nacho Fresneda), conocido por su actitud intimidatoria con las mujeres, se queda prendado de la joven Ana desde el primer momento. Bosé pide a su padre que le acompañe al pueblo a comprar chacinas y aceite de oliva, pero este le embauca para que se marche él solo y pueda dar un paseo a solas con Ana. Cuando el torero le pregunta qué quiere hacer cuando termine la carrera, esta le contesta que le gustaría trabajar en un laboratorio. Es cuando Dominguín comienza su coqueteo y le dice que es una pena que "una belleza como la suya se eche a perder por un microscopio".

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El torero cree que la joven debería aceptar las ofertas que ha recibido para convertirse en modelo y actriz, pero ella insiste: le gusta la investigación. Es entonces cuando el asunto se vuelve cada vez más turbio. "Aquí puedes venir a investigar lo que quieras y cuando quieras", expresa el personaje de Nacho Fresneda con una mirada que lo dice todo. "Me encantaría, pero con lo que viaje Miguel…", responde una evasiva Ana.

"¿Y a ti qué falta te hace Miguel? Tú me llamas a mí, te mando a Teodoro y te quedas aquí el tiempo que haga falta…". Es entonces cuando la joven entiende cuáles son las verdaderas intenciones de su suegro y huye despavorida.

Cuando Miguel regresa a la finca se encuentra con Ana llorando y sin querer contarle exactamente lo que ha sucedido con su padre. Al pedir explicaciones a su progenitor, este le resta importancia al episodio y le dice a su hijo que por las mujeres no se discute y que un torero nunca pide perdón, aunque finalmente accede y se disculpa.