Crítica 'Nacho': el 'polvazo' de Martiño Rivas en la frenética y adictiva serie sobre Nacho Vidal

Este domingo 5 de marzo llega a Atresplayer Premium Nacho, la esperada ficción sobre la vida del popular y polémico Nacho Vidal. La estrella mundial de cine para adultos es interpretada por Martiño Rivas, narrando cómo llegó a la industria que sigue siendo una de las más rentables del mundo. María de Nati, Andrés Velencoso, Pepa Charro, Edu Soto o Miriam Giovanelli son algunos de los actores que completan el reparto.

Tras ser un proyecto ideado en un primer momento para el lanzamiento en España de Lionsgate+ (transformación de Starzplay), Atresmedia es finalmente el grupo que acoge la serie de Bambú Producciones, con Teresa Fernández-Valdés a la cabeza, tras anunciar su cierre en nuestro país. A lo largo de los 8 episodios que componen la temporada (se estrena cada semana un episodio), el espectador seguirá la frenética vida del catalán.

El Confi TV, la sección de televisión de El Confidencial, ha tenido la ocasión de ver los primeros cuatro episodios. A continuación tienes nuestra crítica, sin spoilers, para despejar tus dudas sobre el nuevo producto 'made in Spain' del cada vez más competitivo universo del contenido bajo demanda.

Martiño Rivas... sencillamente espectacular

Cuando descubres la existencia de una serie de televisión basada en la vida del actor porno español, Martiño Rivas es uno de los últimos nombres que se te viene a la cabeza para encarnarlo. Recordado por El internado y con papeles a lo largo de su carrera con una línea más o menos convencional, se lanza a este reto con el que pretende romper los esquemas del imaginario colectivo en cuanto a su imagen y su trabajo. Y lo consigue con sobresaliente.

El gallego logra desprender esa energía tan particular, atractiva y déspota de Nacho con su forma de andar, de mirar, de expresarse. En cuanto le ves en su piel te lo crees por completo y entras en la historia sin dudas ni quejas, sabiendo que nadie lo podría estar haciendo mejor que él. Su tono en la voz en off que acompaña todas las entregas, completa su impecable actuación. Se nota que Rivas ha arriesgado y ha ido a por todas con pocas objeciones. Solo así se entiende que haya logrado una interpretación de este nivel. Que vaya a ser uno de los papeles de su vida.

Un elenco de altura

El resto del reparto no se queda atrás. María de Nati, interpretando a Sara Bernat, una de las primeras novias de Vidal y responsable de que probara suerte en este mundillo, deslumbra. La actriz consigue ser el complemento perfecto del protagonista con su talento innato y forma de afrontar un papel en el que queda muy expuesta. No solo se ha quitado prejuicios y miedos, es que su frescura y naturalidad traspasa la pantalla. La joven eleva considerablemente la ficción al desprender una seguridad y una garra propias de las grandes.

Andrés Velencoso, el antagonista, también borda su complicada tarea de hacerle sombra al también empresario. Con un personaje basado en otro actor X, pero con muchas licencias para que encajara en la trama, demuestra su evolución interpretativa dejando de lado su faceta más elegante. Baja al oscuro mundo del sexo, el dinero y el desfase con gusto y entrega. Miriam Giovanelli aparece en la segunda mitad de la temporada, motivo por el que no se la puede valorar todavía, pero su actuación promete. Y ojo a La Terremoto de Alcorcón como la mítica Juani, la dueña de la sala Bagdad. Pepa Charo es demasiado.

Historia adictiva

Es un tópico eso de que la realidad siempre supera a la ficción, pero es que estamos ante una muestra perfecta de ello. Nacho Vidal es una figura más que conocida en nuestro país y sus inicios son realmente de película. Todo lo que le sucede desde su niñez hasta que llega a ser un grande en el mundo del porno es tan inverosímil como interesante. Lo que se ha hecho con esta serie es pura 'droga' y resulta imposible detenerse en mitad de algún episodio. Esta sí es una ficción adictiva, con calidad y presupuesto, y no todo lo que se vende últimamente en el mercado de lo audiovisual. Aquí no tienes que esperar hasta el quinto episodio para engancharte, a los segundos estás dentro y no tienes escapatoria.

Ritmo frenético

Sin una buena base, como es la historia en sí del personaje principal, no se conseguiría esa adicción de la que hablamos, pero sin un ritmo frenético y un buen montaje, tampoco. Y Nacho destaca también en este aspecto. Estamos ante una narración rápida, pero no banal. La forma en la que se ha decidido cómo contar los hechos, cómo detenerse en su justa medida en unas cuestiones y cómo meter el acelerador en otras, resulta todo un acierto. La vida y las miserias de una persona como él exigen que se ofrezca para la pequeña pantalla de esta forma. Bambú ha encontrado el ritmo perfecto jugando con recursos y planos que no dejan indiferente.

Sin tabú

Y como tercer vértice está el tono. Nacho ni tiene ni entiende de tabúes. Hay sexo, desnudos, escenas muy locas, el nivel es realmente explosivo, pero nada es gratuito ni obsceno. Sobra decir que no estamos ante un proyecto pornográfico, pero sí era necesario, para darle credibilidad, sobrepasar algunos límites que la ficción estadounidense ya no tiene (como por ejemplo sucede en Pam y Tommy o Euphoria). Este producto da un golpe sobre la mesa, pero con mimo, respeto y siempre cumpliendo su máxima función, entretener a lo grande.

Algo diferente y necesario

En un momento en el que cada semana tienes una decena de opciones para ver en casa, ya sean series, películas, documentales o programas, que llegue un título como este, tan diferente y arriesgado, es de agradecer. Principalmente, porque sale de lo establecido y de las historias mil veces contadas. Aporta novedad y adrenalina sobre un tema aún por explorar en la ficción. Por fin llega algo fuerte que no pide permiso ni perdón. Todo un goce para los sentidos que también enorgullece el sello español que sigue triunfando en todo el planeta. Ojalá y tenga una vida larga y no se quede en esta primera tanda de episodios.

Así es 'Nacho'

1993. Ignacio Jordá (Martiño Rivas), Nacho para todo el que le conoce, es un chaval alocado, magnético y con una energía desbordante, que ha decidido vivir su vida al límite. Nacido en una familia convencional y católica, a ojos de su padre, no es más que un joven sin futuro, carente de talento. Pero nada más lejos de la realidad. Nacho ha nacido con un “don”. Un “don” peculiar y gracias a Sara Bernat (María de Nati), el primer gran amor de su vida, Nacho apuesta por hacer carrera en el cine para adultos y convertirse en una estrella internacional. Por fin, ha llegado la hora de demostrar al mundo que puede ser alguien. Su viaje hacia el éxito y la fama no han hecho nada más que comenzar...