Nico Furtado, el Diosito de las series argentinas, se instala en España para empezar de nuevo

Son las 16:00 en Madrid. Es sábado y Nico Furtado (Montevideo, 1988) pasea en plena Calle Mayor entre ríos de gente. De pronto, dos chicas preguntan al reportero que escribe estas líneas si ese chico, el que ha dejado con la boca abierta a más de una, se trata de algún famoso o modelo. Ellas no paran de mirarlo, y el helado que están por disfrutar se derrite en sus manos. Sin embargo, ninguna ha reconocido en el adonis que les roba la mirada al actor que da vida a Diosito Borges, el violento y apasionado personaje de la multipremiada serie de Netflix 'El marginal'. Claro, sin la dentadura mala, el tinte de macarra y la pinta de matón, es complicado.

Resulta que el actor uruguayo se ha instalado en España. En Argentina concluyó con todos sus proyectos para reinventarse de nuevo y en otro lugar. No es la primera vez que lo hace: 10 años antes, ya había dejado Montevideo para abrirse camino en Buenos Aires. Antes terminó de grabar las dos últimas temporadas de 'El marginal', además de la nueva serie de HBO 'Entre hombres' —inspirada en la obra magna de Germán Maggiori—, y 'Maradona: sueño bendito' —un biopic en el que interpreta al exfutbolista argentino y entrenador, Daniel Passarella—.

En esta charla con EL CONFI TV, Furtado revela pistas sobre sus nuevos proyectos cinematográficos en España. También habla sobre la "irrenunciable" pasión que lo mueve cuando está frente al gran reto de desarrollar a personajes tan física y psicológicamente complejos como Diosito Borges o El Mosca (su papel en 'Entre hombres'). Cuenta que hace un par de años fue que se enamoró de Madrid, y que la considera "la Nueva York de habla hispana". Y no escatima en elogios cuando habla de Javier Bardem, Paco León, o Maggie Civantos, nombres con los que, asegura, le encantaría compartir créditos en alguna producción.

PREGUNTA. Aquellas chicas en la Calle Mayor vieron en ti a uno de los estereotipos de la belleza masculina. No obstante, el mundo te ha conocido por la interpretación de personajes que representan la fragilidad social al extremo, como Diosito ('El marginal') o El Mosca ('Entre hombres'), entre otros. Al respecto, Gaspar Zimerman escribió en el diario argentino Clarín: "[Nicolás Furtado] es candidato a ponerle la piel a cuanto malandrín psicópata aparezca en la ficción argentina". ¿Temes encasillarte o anclarte en ese tipo de personajes?

RESPUESTA. La verdad es que me encantaría encasillarme en personajes así. Porque ya después tendré tiempo para hacer otros papeles. Lo grave sería que me encasillen en personajes en los que mi aspecto físico destaque por encima de mis capacidades como actor, o que en mi carrera solo se me vea como me veían esas chicas. Creo que personajes como Diosito o El Mosca son mucho más interesantes que el estereotipo del galán romántico.

Lo que yo busco con la composición de personajes tan complejos es moverme lo más posible de mi naturaleza. Ya después llegarán otros proyectos. Lo mejor, para mí, es divertirme llevando al extremo estos personajes tan raros, tan retadores, tan interesantes. Con esto no digo que un papel más 'clásico' sea más sencillo, quizá físicamente se podrá parecer más a lo que soy o a cómo me veo, pero que psicológicamente tenga una gran complejidad. Pero por ahora, mientras pueda seguir trabajando y jugando con personajes que quedan tan lejos de mi realidad, será fantástico.

"Lo que yo busco con la composición de personajes tan complejos es moverme lo más posible de mi naturaleza"

P. ¿Es cierto que un día antes del casting para 'El marginal' dormiste en un parque entre gente sin techo, para inspirarte. Un papel como el de Diosito lleva mucho más trabajo que eso. ¿Cómo se prepara un personaje así?

R. Hay muchas formas de crear a un personaje, desde lo psicológico hasta lo estético. A Diosito o El Mosca, los sale uno a buscar, no es que te lleguen tal cual, o que estén así diseñados en un guion. Los dientes de Diosito los llevé yo al 'casting', yo lo presenté así, porque así sentí que debía de ser él. Desde los movimientos y la actitud hasta la dentadura, fueron elementos que yo aporté. Y esas cosas solo uno mismo las puede crear.

La historia de que pasé la noche en un parque sucedió antes del segundo casting. La idea era llegar a aquella audición con la energía modificada. No quería levantarme ese día en mi casa, linda y cómoda, que tiene olores lindos y comida rica. A mí no me servía llegar con esa energía al casting. Quería ir incómodo. Lo que realmente me servía era estar mal dormido, haber pasado frío, tener un dolor en la cabeza por haber dormido sobre la raíz de un árbol. Y todo eso poder transmitirlo en la puesta del personaje. Porque todo eso se transmite, de alguna forma, en tu cuerpo. Y eso no se actúa, eso se siente.

P. Cuentas que a Diosito lo mataban en el capítulo 7 (de 13) de la primera temporada. Sin embargo, ya lo hemos visto llegar a la gloria en el penal de San Onofre, también caer, luchar, y, por supuesto, resucitar. Son tres temporadas y vienen otras dos.

R. Al personaje lo fuimos creando sobre la marcha, tanto los guionistas como yo en la interpretación. Lo que estoy es muy agradecido con mis compañeros, sobre todo con actores ya muy reconocidos en la Argentina como Claudio Rissi y Juan Minujín. Ellos me permitieron darle vida al personaje, e irlo creando a mi manera. Rissi, que es un actor consagrado, es como un padrino para mí, ha sido un gran maestro, y en extremo generoso conmigo. "Jugá, pibe", me decía. Y eso, como actor, es maravilloso.

P. Cuando llega el éxito, ¿existe el riesgo de que esa creatividad, y la pasión por la improvisación y el juego en la creación en un personaje, se pierdan o queden opacadas por las mieles de ese éxito?

R. Ojalá que eso no me pase. Amo mi trabajo. No sé trabajar de otra manera, solo sé hacerlo así, con pasión, con el amor a llevar al máximo el desarrollo de un personaje. No sé cómo será el futuro, pero seguiré buscando motivaciones en cada etapa de mi carrera. En 10 años me encantaría seguir haciendo estas cosas como lo hice con Diosito, o igual y haré otras. Pero lo que sí sé es que no me gustaría verme leyendo un guion rápidamente, y aceptándolo de esta manera sin más, sin aportar algo, sin que ello despierte en mí las ganas de desarrollar más al personaje.

Recién vi 'El buen patrón' y está claro que Bardem trabajó muchísimo ese guion. Hay tanta sutileza en su trabajo, el suyo es un personaje tan bien creado que es obvio que lo estudió minuciosamente. Y eso es exactamente lo que me gusta ver en un actor, el trabajo, la dedicación en la creación del personaje. Salí del cine aplaudiendo el trabajo de Bardem. Independientemente de la larga carrera que él tiene, seguro que nunca se relajó al momento de estudiar un personaje y de encarar un nuevo guion.

"No sé trabajar de otra manera, solo sé hacerlo así, con pasión, con el amor a llevar al máximo el desarrollo de un personaje"

P. 'El marginal' ha sido un éxito en Argentina, pero también en España, en México, y en otras partes de Latinoamérica. Sin embargo, tu papel no es sencillo, lleva mucho argot, mucho habla callejero porteño...

R. Yo armé un glosario. Los guiones los modificaba todo el tiempo, e incorporaba palabras 'villeras' (relativas a las villas de emergencia, o zonas más deprimidas, en Argentina) o carcelarias. Cambié el vocabulario, porque al personaje también había que impregnarlo de humor. En esa época, estudiaba 'clown' (para ser payaso), y eso me sirvió muchísimo, porque Diosito también tiene algo de payaso; tanto saca una risa como una lágrima. Es un personaje con muchas aristas.

Mi trabajo como actor no es juzgar al personaje, sino humanizarlo. No señalarlo ni encasillarlo. Mi trabajo es defenderlo, justificar sus actos. El personaje, aunque se trate de un psicópata, de un asesino, tiene un ‘por qué’, y eso hay que descubrirlo dentro del personaje. Al actuar, no puede estar presente la moral del actor. Hay que tener una distancia relativa con el personaje: por momentos hay que mimetizarse y llevarlo con cuerdas como si fuese una marioneta; por otros, quizá solo dejarlo ser él mismo y que fluya. Como actor, solo soy un canal transmisor de lo que el personaje quiere contar. Solo puedo cubrirle las espaldas y asistirlo con las herramientas que él vaya necesitando en cada momento.

P. ¿Puede ser que el personaje sea más inteligente que el actor? Hablemos de El Mosca en 'Entre hombres'.

R. Buena pregunta. Pueden llegar a ser igual de inteligentes. No sé si se pueda revertir la situación, pero el ejercicio para pensar en nuevos personajes es bueno. Yo hago mucho hincapié en la energía y en la inteligencia del personaje.

La inteligencia se muestra mucho en la forma de mirar, en la trayectoria de los ojos. Son cuestiones muy sutiles, sin embargo, hacen la diferencia total en la impronta. El Mosca es un tipo más mental, no es tan rápido ni tan cínico ni tan inmediato como Diosito, por eso mira más pausado. En la primera escena de 'Entre hombres', un personaje cae al suelo por un paro cardiaco, y yo tengo que asistirlo. Durante el rodaje, lo hice lentamente, atendiendo a las necesidades de su carácter. Pero el director me dijo: "Nico, ¡tienes que ir más rápido, que se está muriendo!". Yo le respondí que estaba respetando la energía de El Mosca, que es muy densa, muy lenta, aunque en el fondo sea el cerebro de la banda.

A El Mosca me lo imaginaba como un gorila. Así lo hago con mis personajes, los comparo con animales y me guío con base en esa energía. Este personaje puede parecer muy tonto, pero en el fondo resulta el más inteligente de todos. El Mosca es muy frío, no es pura pasión como Diosito, necesita moverse distinto, porque es una energía completamente diferente.

"Mi trabajo como actor no es juzgar al personaje, sino humanizarlo. No señalarlo ni encasillarlo"

P. Argentina tiene una larga tradición representando la fragilidad social en la pantalla. Hoy —como hace 20 años— la serie 'Okupas' está de moda tras su reestreno. Rodrigo de la Serna (conocido en España por su papel de 'Palermo' en 'La casa de papel') también se ganó al público interpretando papeles de gente marginada. ¿Papeles así son una suerte de 'examen final' para un actor en Argentina?

R. Rodrigo de la Serna es el que abrió el camino para este tipo de personajes. Es un actor que admiro muchísimo. Su personaje de Lombardo en ‘El Puntero’ es sensacional. No sé si es, como tal, un ‘examen final’, pero lo cierto es que personajes como ese o Diosito resultan una oportunidad muy grande para un actor. Son un reto que pone a prueba todas y cada una de las capacidades interpretativas. Y si uno logra estar a la altura de ese reto, desarrollando con respeto al personaje y dándole algo más allá del guion, lo cierto es que te puede llegar a cambiar la vida. Mira mi caso con Diosito, a Rodrigo seguro que también ese tipo de papeles le cambiaron la vida. Más que un examen final, es un examen inicial. ¡Y ojalá que vengan muchos más!

P. ¿Te ves haciendo personajes similares en España?

R. Sí, afortunadamente Madrid es muy cosmopolita. Hoy, en las series y películas españolas cada vez hay más acentos argentinos, colombianos, venezolanos, mexicanos, porque forman parte de la realidad actual. Madrid se convirtió en el Nueva York de habla hispana. Antes, en una producción, había que justificar un acento extranjero. Había que explicar al público por qué ese personaje hablaba de esa manera, y me parece que ahora ya no es así. Me siento muy cómodo aquí.

Sobre el acento español, tendría que trabajarlo. Pero por fortuna, no creo que el acento, aquí, y ahora, signifique un impedimento para trabajar.

"Por fortuna, no creo que el acento signifique un impedimento para trabajar"

P. El legendario músico uruguayo, Rubén Rada, dijo alguna vez que para dedicarse a la música (o las artes) en Uruguay, había que ser realmente bueno y tener ganas de salir al mundo. Uruguay es un mercado de 3,5 millones de habitantes, es casi obligatorio mirar hacia Argentina, España, México, Estados Unidos. ¿Qué necesita un actor uruguayo para hacerse de un lugar en un medio tan competido y tan saturado como es la actuación?

R. Muchas ganas, es lo primero. Ganas reales. Me refiero a darlo todo por esta profesión. Eso es indiscutible.

Uno tiene que ser honesto con uno mismo y saber que lo que haces es para llegar a ser tu mejor versión. Y da igual si eres actor, o periodista, o cocinero. Cuando estudiaba teatro era muy consciente de mis limitaciones y trabajaba en ellas constantemente. Sabía a qué compañero observar, de qué profesor aprender, qué obra de teatro ir a ver. Para ganarme un lugar, yo necesitaba saber que, más allá del talento o de lo físico, el papel me lo habían dado porque nadie se lo merecía más que yo. Por mi esfuerzo, por mi dedicación, por mi pasión. Actuar, para mí, lo es todo, es una filosofía de vida.

P. En Instagram colgaste una foto con Paco León, ¿te gustaría trabajar con él?

R. Claro. Lo conocí hace unos años y tenemos buena relación. Me parece un gran actor.

P. Cancelaste todos tus proyectos en Argentina para 2022, y decidiste probar suerte en Madrid...

R. Sí. Necesitaba cambiar un poco mi vida. Allí tenía mucho trabajo, muchos proyectos interesantes, pero un día me desperté y dije: "Necesito empezar de nuevo en otro lugar". Que fue lo mismo que hice en Argentina cuando llegué de Uruguay. Llegué a vivir la aventura de conseguir un trabajo para poder seguir estudiando, seguir haciendo teatro, para hacer contactos, para crecer. Ahora, diez años después, quiero hacer lo mismo aquí en España. Obviamente no arranco de cero, como lo hice en Buenos Aires, porque ya tengo un currículum.

"Lo que haces es para llegar a ser tu mejor versión. Da igual si eres actor o periodista"

P. Pronto te veremos interpretando al exfutbolista argentino y entrenador Daniel Passarella, en la serie 'Maradona: sueño bendito', de Amazon Prime Video.

R. Sí. Mi participación es más chica, tengo un par de escenas en los primeros capítulos, pero luego hay uno en el que el personaje cobra más relevancia, uno en el que tengo una discusión fuerte con Maradona. Estoy muy contento de haber sido parte de esa superproducción.

P. ¿Tienes algún proyecto en España, ahora mismo?

R. Hace un par de días me contactaron para hacer una película. Se corrió la noticia de que había venido a vivir a España y justo me propusieron trabajar junto a Maggie Civantos ('Vis a vis' y 'Las chicas del cable'). Se trata de una película en la que solo actuaremos Maggie y yo. Ese significará mi primer trabajo importante acá, y es un orgullo poder hacerlo con una actriz tan reconocida como Maggie. Tengo mucha fe en ese proyecto.

P. ¿Y teatro?

R. Hice mucho en Argentina y en Uruguay, pero luego con las series y películas me quedó muy poco tiempo para ello. Me encantaría retomarlo aquí en Madrid.