"La gente ya no se calla": Gonzalo Miró no se contiene en su réplica a Alfonso Guerra en 'Espejo público'

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El paso de Alfonso Guerra por El hormiguero el pasado miércoles todavía colea, no ya tanto por sus críticas a Pedro Sánchez, sino por haber manifestado su pesar por los cómicos de nuestro país: "Esta izquierda tiene patrullas de vigilancia y te dan por cualquier cosa que digas. Lo políticamente correcto es antidemocrático. Usted no me puede limitar mi expresión. Yo me expreso cómo quiera, sin insultar a nadie. Ahora no hay libertad, me dan mucha pena los humoristas, ya no pueden hablar de nada. Antes hablaban de homosexuales, de enanos, de todo… Ahora, no. Eso es censura", aseveró, contando con la complicidad de Pablo Motos.

Estas palabras han sido muy cuestionadas durante estas 48 horas, tanto que hasta en Espejo público han aprovechado la tertulia de actualidad de este viernes, 24 de noviembre, para debatir al respecto de la mano del cómico Juan Dávila, quien asegura no tener ningún tipo de filtro en sus espectáculos, todo lo contrario. Pero, sin lugar a dudas, quien más vehemente se mostró a este respecto de entre todos los presentes fue Gonzalo Miró, pese a que hace unos días aseguró que mantendría un perfil más bajo dentro del programa tras sus sonados choques con Susanna Griso.

El colaborador no dudó en lanzarse contra Guerra desde el inicio de su intervención, asegurando que se encuentran en las antípodas en cualquier materia: "Me he preparado este tema, me he buscado las habichuelas para estar a la contra de Alfonso Guerra. Es algo de lo que me enorgullezco, de no estar en nada de acuerdo con él". "En algo estaréis de acuerdo, habéis votado a los mismos durante muchos años", le matizaba la presentadora.

Gonzalo no las tenía todas consigo, revolviéndose frente a este comentario: "Espero que no. No sé si desde que yo he empezado a votar, él les sigue votando. Tengo mis dudas. Que lo diga él no significa que tenga que ser verdad, yo lo puedo poner en duda. Estoy deseando que diga algo bueno de los que dice él que vota. Más allá de eso, lo que te dijo él aquí de que Yolanda Díaz se pasaba el día en la peluquería, ¿eso era una gracia? ¿Eso estaba censurado?", argumentó, volviendo al tema central. Miró hacía así referencia a otra controvertida declaración de Alfonso, en esta ocasión en el propio matinal de Antena 3, cuando criticó una declaración de la líder de Sumar con las siguientes palabras: "¿Habla ella de falta de rigor político en Felipe González? Le habrá dado tiempo a decirlo, entre una peluquería y otra. Es la verdad, le dedica mucho tiempo a eso".

Marta Robles optaba entonces por intervenir, saliendo en defensa de Guerra en aquella otra polémica: "Eso lo dice todo el mundo en la calle, que está muy cambiada, que va mucho a la peluquería. ¡Cómo no se puede decir eso!". Gonzalo Miró saltaba como un resorte: "¡Pero cómo que no se puede decir si lo ha dicho! ¿Cómo que no se puede decir? A mí me parece un comentario terriblemente machista, que no tiene ninguna gracia. Dicho esto, lo que tendrás que ser es consecuente con lo que dices. Tú di lo que te dé la gana, pero tendrás que aceptar lo que te respondan, cosa que no pasaba hace 40 años. Antes la gente se callaba, ahora ya no se calla".

Susanna le daba, en parte, la razón a él frente a la intervención de la escritora: "En el contexto en el que lo dijo era machista, pero nos hemos metido con el peluquín de Trump, con el de Mileio,...". Precisamente por eso Gonzalo entendía refrendada su postura: "Y lo seguiremos haciendo. ¡Eso es que no hay censura! Estoy muy en desacuerdo con vosotros. La censura en ese sentido no existe. Ahora la gente no se calla, te replica y la gente que lo pasa mal te lo dice. Otra cosa es que uno quiera soltar una gracieta homófoba, machista, y que pretenda que nadie le diga nada, que a todo el mundo le parezca igual de bien. ¡Pues no, ahora la gente habla, se queja!", sostenía con vehemencia.

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"¡Pero que no te crucifiquen!", le rebatía Robles, lo que encendía más a Gonzalo: "¿Pero que te crucifique quién? Yo vengo aquí y doy mis opiniones y entiendo que pueda haber gente que me critique, que le parezca mal lo que estoy diciendo. Soy consecuente, como tendría que serlo él o cualquier cómico cuando hace chistes, tendrán que asumir que no a todo el mundo le parezca bien lo que hace o dice", remataba con rotundidad antes de que Griso diese por zanjado el debate sobre este asunto.