"Es un negocio muy perro": lo que la caída de Jorge Javier nos dice sobre la tele en España

La primera como tragedia y la segunda como astracán. Jorge Javier Vázquez ha sido cancelado dos veces por Telecinco como lo fue antes Pepe Navarro por Antena 3. Esto es un relato sobre tortillas giradas y espejos deformantes, porque puede que la Historia nunca se repita del mismo modo, pero siempre rima. De cómo una tele segundona (Antena 3) fracasó al tratar de imitar a una tele canalla (Telecinco), cambió de rumbo, pasó una travesía del desierto y se hizo con el liderazgo. Y de cómo una tele macarra (Telecinco) trata de batir a un tele blanca (Antena 3) con sus mismas armas y tampoco le va bien.

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X.M.

Decir que Mediaset ha fulminado Cuentos chinos de Jorge Javier Vázquez por su baja audiencia es cierto, pero no explica la crisis que atraviesa la cadena. Para entender a dónde va Telecinco, hay que saber de dónde viene, del año 2000, zona cero de la telecincomanía del país, cuando el tsunami Gran Hermano cambió las reglas del juego y en Antena 3 se pusieron nerviosetes, quizá porque intuyeron lo que se les venía encima (tardarían 21 años en darle el sorpaso a Telecinco).

La final del primer Gran Hermano tuvo el mayor share de un programa de la era privada: un 70'8%. La respuesta de Antena 3 al fenómeno fue de cajón: imitar a Telecinco. 1) Compró los derechos del reality más parecido a Gran Hermano, El bus, con 12 concursantes conviviendo 100 días en un autobús (duró una sola temporada). 2) Lanzó el órdago definitivo a Crónicas marcianas descongelando al díscolo Pepe Navarro.

Segundas partes terribles

Aunque la primera norma del business televisivo es "nunca digas de esta agua no beberé, ni este cura no es mi padre", la vuelta de Pepe Navarro a Antena 3 —tres años después de que la cadena le fusilara en una tapia— generó asombro en el negocio. El volantazo fue de traca… y acabó fatal otra vez.

La primera parte del navarrogate la tenemos muchos aún en mente; la segunda, no tanto. Tras arrasar en Telecinco con la versión celtibérica de los late night estadounidenses (Esta noche cruzamos el Mississippi, que mezclaba humor, investigación, escándalos, sexo y sensacionalismo), Antena 3 fichó a Navarro a golpe de talonario para hacer otro Mississippi, La sonrisa del pelícano. Telecinco reaccionó al golpe sacándose de la manga las Crónicas marcianas de Javier Sardá. La vuelta al cole de ese año (1997) estuvo marcada por el choque entre estos dos trasatlánticos televisivos.

El timing empresarial no favoreció a Navarro, al que fichó personalmente Antonio Asensio… poco antes de que el empresario barcelonés vendiera sus acciones de Antena 3 a Telefónica (en un contexto de problemas económicos y guerra por los derechos del fútbol). El Pelícano duró dos meses y medio en antena, no tanto por la audiencia (la pelea con Sarda era reñida y no estaba decidida) como por cuestiones político/empresariales. Hay varias versiones de lo ocurrido. Pepe Navarro sostiene que Pedro J. Ramírez pidió su cabeza a Telefónica (El Mundo y la teleco formaban parte entonces de un bloque conservador de intereses contrapuestos a Prisa). ¿Por qué Pedro J. querría acabar con Navarro? Porque el Pelícano amagó con cubrir el vídeo sexual del director de El Mundo.

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Lo que cuenta un antiguo trabajador de La sonrisa del pelícano es que su intención no era emitir el vídeo sexual de Pedro J. (demasiado punk hasta para el Mississippi), sino hacer "una dramatización de un vídeo chantaje. Pedro Jota pensó que se iba a emitir el vídeo de verdad y movió hilos".

¿La opinión de Pedro J. sobre este asunto? Se lavó las manos… más o menos: admitió contactos con Navarro y directivos de Antena 3 para que no se emitiera su vídeo, pero negó responsabilidad directa en la purga. "Yo era completamente ajeno a lo que estaba pasando en Antena 3, hasta que me llamó Juan Villalonga (CEO de Telefónica): "Que sepas que Pepe Navarro pretendía emitir esta noche un programa en torno al vídeo y una entrevista a Mario Conde y que nos lo hemos cargado. No la emisión de hoy... el programa, para siempre. Oye, es que ya estaba bien. Es que esto ya no tiene nada que ver con la televisión familiar que queremos hacer", contó Pedro J. en su libro El desquite.

Pepe Navarro pidió 1.770 millones de pesetas de indemnización en su demanda contra Antena 3

O las tensiones entre tele salvaje y tele blanca como catalizador de conflictos televisivos.

En 1998, Pepe Navarro demandó a Antena 3 por incumplimiento de contrato por la cancelación unilateral de La sonrisa del pelícano. Pidió 1.770 millones de pesetas de indemnización.

El conflicto se recondujo tras fichar Navarro por Vía Digital, la ruinosa plataforma impulsada por Telefónica y el aznarato para competir contra Polanco.

"Esto ya no tiene nada que ver con la televisión familiar que queremos hacer"

En junio de 2000, Navarro anunció su refichaje por Antena 3 en una rueda de prensa junto a los principales directivos de la cadena. El presentador calificó de "cuestión normal en el mundo laboral" ser contratado para un late explosivo por los mismos que le habían despedido por hacer un late explosivo. "Tenemos una carencia en la programación nocturna, y pensamos que Pepe Navarro es la persona ideal para competir por la audiencia", dijo Juan José Díaz, director general de Antena 3. El nuevo programa incluiría contenidos de "investigación, denuncia, corazón y humor", y resúmenes del nuevo reality estrella de la cadena: El bus.

Pero a Navarro volvieron a perjudicarle los tiempos empresariales. Mientras pulía los detalles de su contrato —la discusión sobre el control creativo se alargó más de la cuenta: no era un tema menor vista la última experiencia conjunta— Aznar cambió la cúpula de Telefónica: César Alierta sustituyó como CEO a un quemado Juan Villalonga. Antena 3 cortó con Pepe Navarro antes de que hiciera un solo programa. El presentador fue a los tribunales y ganó en primera instancia, pero, en 2009, el Tribunal Supremo eximió a Antena 3 de indemnizarle con 19 millones de euros porque, pese a la rueda de prensa que anunció el fichaje, el contrato no llegó a firmarse. Pepe Navarro describió así la situación: "Reinfamia".

Esos años, varios programas se estamparon contra 'Crónicas marcianas' y el 'Mississippi'

Para sustituir a Pepe Navarro, Antena 3 impulsó deprisa y corriendo un late con Jesús Vázquez, La central, que incluía sexo, desparrame y especiales sobre El bus. Duró menos de dos meses. ABC resumió así el asunto: "El pasado lunes dedicaron el programa casi monográficamente a la masturbación, aunque la apuesta decidida por los contenidos sexuales no ha conseguido frenar la crisis del programa, cuya debilidad ha permitido a Crónicas marcianas despegar con un elevado índice de seguimiento".

Antena 3 volvía a estrellarse tratando de adelantar a Telecinco en decibelios. Esos años, varios programas se estamparon contra Crónicas marcianas y el Mississippi: de La noche prohibida (1996) de José Coronado, a Efecto F, de Francis Lorenzo (1997), pasando por Maldita la hora de Máximo Pradera.

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Una característica común de todos ellos es que Antena 3 los vendió como programas atrevidos, pero más blancos que los de Telecinco, canalleo amable.

El País sobre la presentación de La noche prohibida: "Aunque sus responsables quieren huir de la casquería y los temas escabrosos, los platos fuertes de hoy serán la visita a los locales de striptease y masajes, con demostraciones en directo". El mismo periódico sobre la presentación de El efecto F: "Francis Lorenzo es el propagador de un virus nocturno que pretende provocar durante casi dos horas "más sonrisas que carcajadas" y en el que el morbo, dicen, no llegará al río, porque "el humor será sano".

Cada vez que Antena 3 miraba a los ojos a Telecinco hacía programas sin pies ni cabeza

Es decir, como si Antena 3 tuviera mala conciencia por tirarse al barro, quizá también señal de debilidad: la copia siempre lo iba a tener más complicado que el original, sobre todo cuando el original iba cuesta abajo y sin frenos.

A final de esa década, con Telecinco liderando y Sálvame convertido ya en fenómeno de masas, Antena 3 intentó la salvamización con La jaula, de Anna Simón, en la que famosos de nuevo cuño (Paquirrín, Charo Mohedano o Nuria Bermúdez) desbarraban a gusto. La jaula duró dos semanas.

Resumiendo, cada vez que Antena 3 miraba a los ojos a Telecinco, se metía tiros en los pies (doble contratación y despido de Pepe Navarro) y hacía programas sin pies ni cabeza. Hasta que alguien dijo basta...

El giro

Entrados en la década pasada, con el grupo Planeta controlando Antena 3, llegó el giro estratégico hacia los contenidos más blancos. Tras una década picando piedra, y gracias a formatos familiares como El Hormiguero o Tu cara me suena, Antena 3 adelantó a Telecinco hace dos años. La brecha no ha dejado de ampliarse hasta hoy, con Telecinco en sus peores índices de audiencia y en su mayor crisis de identidad desde su lanzamiento en 1990.

La explicación oficial de Antena 3 a la cancelación de La sonrisa del pelícano fue que se saltó el código ético de la cadena. Pero fichar a Pepe Navarro para un late y sorprenderte de su alto voltaje es como contratar a Chimo Bayo y criticarle luego por tocar el chiquituntantán demasiado alto. O los códigos éticos de las cadenas como instrumentos para limpiar la casa ayer y hoy: esta primavera, la cancelación de Sálvame vino precedida de cambios en el código ético de Mediaset, utilizado para purgar una programación con signos de agotamiento y vender relato: una nueva Telecinco más parecida a la amable Antena 3.

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Esta lucha de Telecinco contra sí misma está dejando un reguero de cadáveres. La purga de Sálvame vino acompañada de críticas internas (filtradas a los medios) por sus excesos. Un sector de la dirección de Mediaset apostó por rescindir el contrato de Jorge Javier, pero finalmente, tras una lucha de poder, se optó por reciclar al presentador para una nueva Telecinco más cuqui.

Jorge Javier preparó este verano un nuevo magazine para dar la batalla a El Hormiguero. El piloto de Cuentos chinos se proyectó a centrales de medios y directivos industriales para que, según fuentes de la casa, "quedara claro que el nuevo programa no era Sálvame". Por Cuentos chinos pasaron invitadas como Manuela Carmena, musa del buenismo y poca dada a formatos escatológicos. Una nueva era... a la que la audiencia daba la espalda.

El mensaje de fondo era que la nueva Telecinco era otra cosa. Pero, como les ocurrió a los programas que intentaron competir contra Crónicas marcianas y el Mississippi, Cuentos chinos era un producto deslavazado y necesitado de tiempo para engrasar, justo lo que no tuvo: duró menos de tres semanas.

Desde la competencia deslizan que la carrera de Jorge Javier corre peligro porque "este negocio es muy perro y no da terceras oportunidades". Pero el problema de Mediaset es más estructural que la mala coyuntura de un programa determinado. Con el resto de nuevas apuestas también bajo la lupa, la cuestión quizá ya no sea si Telecinco remontará este curso, sino si su travesía del desierto será más corta o más larga que la década que tardó Antena 3 en reciclarse.

Telecinco tiene prisa por volver a crecer y ansiedad por dejar de caer, pero la búsqueda de soluciones a corto plazo puede llevar a la frustración y a la melancolía. Antena 3 quiso ser tan malota como Telecinco y Telecinco quiere ser tan buenina como Antena 3. Habrá drama y confusión hasta que encuentre su camino.