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Los nuevos enjambres de misiles de EEUU demuestran una capacidad de ataque sin precedentes
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"Un test histórico", aseguran

Los nuevos enjambres de misiles de EEUU demuestran una capacidad de ataque sin precedentes

La Armada de los Estados Unidos y Lockheed Martin han demostrado cómo sus misiles antibuque más potentes se puede coordinar para ser imposibles de evitar en una "prueba histórica"

Foto: Ilustración del test de cuatro misiles antibuque LSRAM volando en modo enjambre. (Lockheed Martin)
Ilustración del test de cuatro misiles antibuque LSRAM volando en modo enjambre. (Lockheed Martin)

Por primera vez en la historia, Estados Unidos ha lanzado un ataque con un enjambre de misiles coordinados. El enjambre estaba compuesto por cuatro misiles antibuque de largo alcance AGM-158C (LRASM) que volaron como si fueran una fuerza de ataque combinada para hundir objetivos no especificados con una letalidad sin precedentes. La Marina de los Estados Unidos y Lockheed Martin, el mayor contratista de defensa aeroespacial del planeta, aseguran que esta demostración es una "prueba histórica". Esencialmente, el Pentágono tiene ahora la capacidad de lanzar ataques capaces de abrumar las defensas enemigas desde sus aviones de combate, barriendo cualquier flota del océano rápidamente.

En la prueba —la duodécima, según la US Navy, y la primera que se ha dado a conocer— dos Super Hornets F/A-18E/F lanzaron un total de cuatro LRASM. El contratista Lockheed Martin afirma que cumplió todos sus objetivos, ejecutando todos sus protocolos autónomos de guía y evasión, atacando y destruyendo todos los objetivos designados como una manada de lobos. Ni la Marina ni la compañía han revelado detalles específicos de la prueba dado el valor estratégico de esta nueva capacidad destructora.

Foto: El sistema Leónidas sobre un blindado. (Epirus)

Qué es el LRASM

Como apunta The War Zone, el LRASM es un componente crítico del arsenal de la Marina norteamericana. Es un misil diseñado para destruir objetivos marítimos de alto valor —como destructores y portaaviones— a gran distancia. Derivado del misil aire-superficie AGM-158, el LRASM cuenta con mejoras adaptadas para batallas navales, incluyendo la capacidad de ser invisible radar enemigo y los sistemas de defensa. Según la US Navy, el LRSAM puede identificar y hundir buques adversarios de forma autónoma y con un alto grado de precisión gracias a un sistema de guía combina un Sistema de Navegación Inercial (INS) asistido por GPS con un sistema de orientación autónomo que utiliza medidas de apoyo electrónico (ESM) para adaptar su trayectoria de vuelo en respuesta a cualquier intento de defensa. Puede identificar objetivos por su perfil electrónico, usando un sensor infrarrojo de imágenes para la última fase de la aproximación, algo le permite atacar sin emitir señales detectables que revelen cuál es su objetivo real.

Existen diversas variantes operativas del LRASM. La C-1, por ejemplo, puede golpear objetivos a más de 470 kilómetros de distancia, lo que en teoría garantiza que los cazas permanezcan fuera de peligro pero no se sabe qué variante fue utilizada en la prueba o si todas ellas tienen la posibilidad de volar en formación y de forma coordinada con otras unidades.

Por ahora, los LRASM están preparados para lanzarse desde cazabombarderos F/A-18E/F Super Hornet y el bombardero B-1B Lancer, que puede utilizar dos docenas de estos misiles. La Marina planea también incorporarlo a sus aviones de vigilancia P-8 Poseidón en 2026 y la variante naval del F-35 Lightning II. Lockheed Martin investiga también la posibilidad de una versión que pueda lanzarse desde submarinos, usando un sistema que lo expulse desde profundidad de lanzamiento dentro de un capullo que se abriría al llegar a la atmósfera, liberando el misil. Otra forma de lanzamiento potencial es desde superficie, usando el Sistema de Lanzamiento Vertical Mk 41 de los buques de la Marina norteamericana.

placeholder El F-18 equipado con el LRSAM de color negro. (Lockheed Martin)
El F-18 equipado con el LRSAM de color negro. (Lockheed Martin)

Demostración de letalidad sin precedentes

Sea cual sea la variante que han utilizado, la realidad es que esta prueba tenía dos objetivos principales. Uno, el militar, que era el éxito de la misión en sí. El otro, geoestratégico: la idea de un ataque con misiles inteligentes capaces de atacar en enjambre y barrer flotas enteras del mapa usando bombarderos B-1B o escuadrones de caza F-18 debería ser aterradora tanto para las fuerzas navales chinas como las rusas.

El uso de estos enjambres de misiles es un cambio estratégico importante hacia lo que los expertos llaman “letalidad distribuida”. En vez de jugársela todo a uno o dos misiles, enviar un enjambre disperso desde múltiples vectores ofrece una redundancia que hace que el ataque sea resistente a las defensas de los adversarios. De hecho, la sobrecarga de las defensas puede hacerlo potencialmente imbatible. Claramente, el objetivo de este arma y la prueba en sí es que los chinos se lo piensen dos veces antes de moverse en el estrecho de Taiwán. Otro tema es que los chinos se queden o no de brazos cruzados, como han demostrado recientemente con su misil de defensa aérea con velocidad hipersónica y alcance de 2.000 kilómetros.

Por primera vez en la historia, Estados Unidos ha lanzado un ataque con un enjambre de misiles coordinados. El enjambre estaba compuesto por cuatro misiles antibuque de largo alcance AGM-158C (LRASM) que volaron como si fueran una fuerza de ataque combinada para hundir objetivos no especificados con una letalidad sin precedentes. La Marina de los Estados Unidos y Lockheed Martin, el mayor contratista de defensa aeroespacial del planeta, aseguran que esta demostración es una "prueba histórica". Esencialmente, el Pentágono tiene ahora la capacidad de lanzar ataques capaces de abrumar las defensas enemigas desde sus aviones de combate, barriendo cualquier flota del océano rápidamente.

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