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Las 7 reglas de Albert Einstein para tener una vida mejor
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Las 7 reglas de Albert Einstein para tener una vida mejor

Albert Einstein dejó escritas en sus innumerables cartas a amigos y colegas una serie de reglas que todavía son relevantes para poder afrontar la vida de la mejor manera posible

Foto: Albert Einstein en su casa de Princeton, Nueva Jersey, en 1941. (Getty/Ernst Haas)
Albert Einstein en su casa de Princeton, Nueva Jersey, en 1941. (Getty/Ernst Haas)

Casi 70 años después de la muerte de Einstein, su figura sigue siendo enormemente relevante tanto en la disciplina con la que deslumbró al mundo, la física teórica, como en su faceta de icono de la cultura popular. Su trabajo, su vida y su comportamiento poco convencional son de sobra conocidos, pero un repaso por su correspondencia con amigos y colegas de profesión revelan una serie de consejos vitales que el genio alemán dejó escritos y que quizá sean aún más relevantes hoy que entonces.

El último libro de Benyamin Cohen, periodista, escritor y gestor oficial de las redes sociales del patrimonio de Einstein (con 20 millones de seguidores), se llama The Einstein Effect (El efecto Einstein). En él se hace un repaso a las innumerables formas en que la influencia del premio Nobel sigue siendo relevante para nosotros.

Foto: La cómica imagen publicada por la agencia espacial japonesa. (JAXA)

Su trabajo no solo fue importante por revolucionar por completo la física con hallazgos como la constancia de la velocidad de la luz, su fórmula E = mc² (la fórmula de equivalencia entre masa y energía), el descubrimiento de los agujeros de gusano o la teoría de la gravedad y la relatividad general que invalidó a la gravedad newtoniana. Sino también por cómo esos descubrimientos han inundado nuestro día a día gracias a tecnologías como el GPS, los mandos a distancia, las previsiones meteorológicas o incluso la pasta de dientes.

A la mayoría nos pueden sonar estas cosas, aunque sea lejanamente, pero el libro de Cohen indaga también en su correspondencia para hablar de su activismo político, Einstein fue un conocido pacifista y antiracista, y de los consejos que ofrecía generosamente a amigos y compañeros para tener una vida mejor. El astrofísico Ethan Siegel —uno de los expertos que nos ayudó en la elaboración del guion del episodio de Control Z: La Gran Tormenta, que pueden ver más abajo— se ha hecho eco de ellos en un artículo para el medio Big Think.

Dedica tus esfuerzos a las cosas que importan

Es de sobra conocido que el genio oficial de la ciencia llevaba en sus últimos años lo que podemos llamar ‘el uniforme Einstein’: un sempiterno traje gris que coronaba con una cazadora de cuero en lugar de americana y unos zapatos siempre sin calcetines. La ventaja de llevar un uniforme estaba para Einstein en la eficiencia. Reducir la carga mental que supone tomar muchas pequeñas decisiones a lo largo del día —como elegir la ropa— degrada nuestra capacidad de tomar buenas decisiones en otros campos que pueden ser más importantes.

Esta tal vez sea la regla más conocida de las siete, sobre todo por su influencia en personajes como Steve Jobs, que siempre vestía vaqueros azules y jerséis negros de cuello alto, Jeff Bezos, que lleva vaqueros azules con camisetas de manga corta o polos, o Mark Zuckerberg, que prefiere sus ya famosos vaqueros azules y camiseta gris. Economizar esfuerzos en asuntos sin importancia sirve para poner más energía donde más se necesita.

Haz cosas que te gusten, aunque se te den fatal

Una de las pasiones desconocidas de Einstein era su amor por el mar. El propio Einstein escribió: "Un crucero por el mar es una excelente oportunidad para alcanzar la máxima calma y reflexionar sobre las ideas desde una perspectiva diferente". Elsa, su segunda esposa y, a la vez prima, dijo que: "No hay otro lugar donde mi marido esté tan relajado, dulce, sereno y alejado de las distracciones rutinarias; el barco le lleva muy lejos".

Centrarse en el viaje por mar liberaba la mente de Einstein y le permitía divagar y, en ocasiones, llegar a nuevas y sorprendentes ideas. Sin embargo, el alemán no tenía ni idea de como manejar un barco, lo que provocaba que las demás embarcaciones tuvieran que esquivarlo o remolcarle a tierra firme con frecuencia.

Ten mentalidad de rompecabezas

Una de las citas más famosas de Einstein es: "La imaginación es más importante que el conocimiento". Esto no quiere decir que el conocimiento no sea importante, sino que en lugar de ver los problemas como una crisis —algo que nos puede llevar a la desesperación— hay que enfrentarlos con curiosidad de niño pequeño, como diría Avi Loeb. Es decir, tener una visión del mundo flexible y no rígida que nos ayude a superar barreras que otros no han podido superar.

Este tipo de pensamiento ayudó a Einstein, por ejemplo, a resolver el rompecabezas de los objetos que se mueven cerca de la velocidad de la luz de manera única y que otros genios -como FitzGerald, Maxwell, Lorentz y Poincaré— rechazaban de plano por parecerles imposibles.

Esta forma de pensar hizo que sus experimentos tuvieran uno de los enfoques más creativos jamás adoptados por los físicos, según Siegel. Esa línea de pensamiento ha sido adoptada desde entonces por un gran número de científicos que desean evitar lo que se conoce como atrincheramiento cognitivo.

​​Piensa largo y tendido en las cosas que realmente te fascinan

En 1946, Einstein recibió una carta donde alguien le preguntaba qué debía hacer con su vida, la respuesta del genio fue: "Lo principal es esto. Si has dado con una cuestión que te interesa profundamente, dedícate a ella durante años y nunca trates de contentarte con la solución de problemas superficiales que prometen un éxito relativamente fácil."

Como el propio Einstein comprobó en su vida, al no conseguir resolver problemas como la manera de unificar toda la física, incluidas la gravedad y las demás fuerzas, si la solución no llega no hay que desesperarse. "No debes deprimirte por la enormidad del problema. Si Dios ha creado el mundo, su principal preocupación no ha sido, desde luego, facilitarnos su comprensión", escribía a su amigo David Bohm.

No dejes que la política te llene de rabia y desesperación

Esta regla es ahora tan relevante como lo fue a mediados del siglo pasado. Soportar la desesperante crispación política, la bronca constante en las redes sociales o la opinión desinformada de un amigo o un familiar puede llevarnos a perder los nervios y provocar que armemos la Marimorena.

En una carta a su prima Lina Einstein, le dijo: "Sobre política, sin duda, todavía me enfado obedientemente, pero ya no bato las alas, solo erizo mis plumas". Lo que Einstein denomina "batir nuestras alas" significa que en ocasiones hay que intervenir e ir a por todas. Pero en otras, la mejor respuesta es sentarse, observar, pensar y esperar el momento oportuno y estratégico para actuar más adelante, lo que el alemán llama “erizar las plumas”.

La obediencia ciega a la autoridad es la mayor enemiga de la verdad

Cuando abandonamos el pensamiento crítico porque creemos que conocemos todas las respuestas, entramos en un pensamiento único en el que pasamos a estar de acuerdo con los que están de acuerdo con nosotros y llamamos enemigos a los que defienden algo diferente. Para Einstein esto se llama locura colectiva o mente de rebaño, la muerte de la mente racional que a menudo está impulsada por una figura dominante que se parapeta en la demagogia para que su mensaje cale más hondo.

Einstein vivó el alzamiento del nazismo en sus propias carnes y emigró a EEUU empujado por el auge del antisemitismo que había puesto precio a su cabeza.

La ciencia, la verdad y la educación son para todos

El EEUU que se encontró Einstein cuando llegó también tenía serios problemas de racismo que hizo que el premio Nobel alemán no dudará en tomar partido. En 1937, Einstein invitó a la estrella de ópera negra Marion Anderson a alojarse en su casa cuando se le negó alojamiento en un hotel segregado de Princeton.

Años más tarde, en 1946, Einstein dio una conferencia en la Universidad Lincoln, la primera universidad negra de Estados Unidos. Allí dijo esto a los alumnos: "Mi viaje a esta institución fue en nombre de una causa que merece la pena. En Estados Unidos existe una separación entre la gente de color y los blancos. Esa separación no es una enfermedad de la gente de color. Es una enfermedad de los blancos".

También actuó contra los límites de la libertad de expresión. En 1953, Einstein defendió en una carta publicada en el New York Times la libertad académica de William Frauenglass, un profesor que enseñaba a aliviar las tensiones interraciales. Al año siguiente, insistió defendiendo "el derecho a buscar la verdad y a publicar y enseñar lo que uno considera verdadero".

Casi 70 años después de la muerte de Einstein, su figura sigue siendo enormemente relevante tanto en la disciplina con la que deslumbró al mundo, la física teórica, como en su faceta de icono de la cultura popular. Su trabajo, su vida y su comportamiento poco convencional son de sobra conocidos, pero un repaso por su correspondencia con amigos y colegas de profesión revelan una serie de consejos vitales que el genio alemán dejó escritos y que quizá sean aún más relevantes hoy que entonces.

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