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El nuevo instrumento clave en la defensa contra asteroides
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El nuevo instrumento clave en la defensa contra asteroides

Un sistema de señales de radio de gran longitud de onda nos permite ver el interior de los asteroides y conocer su estructura interna para poder explotar sus puntos débiles

Foto: El nuevo sistema permite ver la estructura interior de los asteroides. (Pixabay)
El nuevo sistema permite ver la estructura interior de los asteroides. (Pixabay)

Hace solo unos días, las antenas del Programa de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia (HAARP), situado en Alaska, dirigieron sus señales de radio de gran longitud de onda hacia un asteroide que pasaba muy cerca de la Tierra. Esas ondas pueden revelar el interior del asteroide y recoger una información valiosísima sobre su composición que puede ser vital para repelerlos en caso de que vengan en dirección a nuestro planeta.

Foto: La MingYang MySE 16.0-242, la nueva turbina eólica más grande del mundo. (MingYang)

Hasta ahora el HAARP, operado por los investigadores de la Universidad de Alaska Fairbanks, ha servido para analizar nuestra ionosfera, una parte de la atmósfera que se encuentra a unos 48 km a 965 km sobre el nivel del mar. Pero sus señales de radio de gran longitud de onda rebotan en los objetos y nos permiten hacernos una idea de su estructura interna.

En el caso de apuntar a un asteroide, estas ondas pueden revelar su arquitectura interior y proporcionar a los científicos información que les permita decidir el mejor método para defendernos de él, ya sea haciéndolo explotar o desviándolo. Este nuevo método, argumentan los investigadores, aumenta las probabilidades de éxito de estas medidas.

Los 'ojos' que avisan de los asteroides letales

Hoy en día contamos con varios programas de detección rápida de asteroides que pueden revelar su órbita, su forma y hasta obtener imágenes precisas de su superficie. Estos sistemas usan telescopios ópticos o grandes antenas de radio de alta sensibilidad (algunas en España) como las se usan en el radar planetario de la Deep Space Network, de la NASA.

El problema de estos sistemas de radar es que no proporcionan información sobre el interior de los asteroides. Sus señales de longitud de onda corta rebotan en ellos y ofrecen imágenes de alta calidad de su superficie, pero no aportan ningún tipo de información sobre el interior del objeto.

El HAARP, en cambio, sí puede mostrar el interior de los asteroides. Y para probar su funcionamiento, el pasado martes lanzó sus señales de radio hacia el asteroide 2010 XC15, de unos 152 metros de diámetro, cuando pasaba a solo dos distancias lunares de nosotros (el equivalente del doble de la distancia entre la Tierra y la Luna).

Este sistema ya se probó en dos tests previos realizados en enero y octubre, en los que los científicos hicieron rebotar sus señales de radio contra la Luna como preparación al experimento de la semana pasada.

placeholder Una simulación del tamaño del 2010 XC15. (Spacereference.org)
Una simulación del tamaño del 2010 XC15. (Spacereference.org)

"Analizaremos los datos durante las próximas semanas y esperamos publicar los resultados en los próximos meses", declaró Mark Haynes, investigador principal del proyecto e ingeniero de sistemas de radar del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. "Este experimento era la primera vez que se intentaba observar un asteroide a frecuencias tan bajas. Esto demuestra el valor de HAARP como posible herramienta de investigación futura para el estudio de objetos cercanos a la Tierra".

La defensa planetaria contra asteroides

Los sistemas de detección contra asteroides no han observado ninguno que presente una amenaza a la Tierra en un futuro próximo. A día de hoy, los astrónomos están pendientes de un asteroide conocido como Apophis, que el 13 de abril de 2029 pasará a toda velocidad a unos 32.187 kilómetros de la Tierra, una distancia menor que la de muchos de los satélites que actualmente orbitan nuestro planeta. Aunque anteriormente se pensaba que Apophis supondría un riesgo para la Tierra, las nuevas observaciones hacen pensar que no será una amenaza hasta dentro de un siglo. Así que tenemos 100 años para pensar cómo nos enfrentaremos a él.

Hace pocos meses, la NASA llevó a cabo con éxito la misión DART, en la que una sonda espacial embistió al asteroide Dimorphos para intentar desviarlo de su órbita. Esta misión pretende probar un sistema de defensa contra asteroides que puedan representar una potencial amenaza de colisión con la Tierra.

Sin embargo, para ver el efecto final de este impacto habrá que esperar por lo menos un lustro, cuando la nave de la Agencia Espacial Europea (ESA), Hera se encuentre con estos dos asteroides y podamos analizarlos en profundidad. Según la ESA, “Hera realizará un estudio detallado posterior al impacto del asteroide objetivo, Dimorfo, la pequeña luna en órbita en un sistema de asteroides binarios conocido como Didymos”.

Hace solo unos días, las antenas del Programa de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia (HAARP), situado en Alaska, dirigieron sus señales de radio de gran longitud de onda hacia un asteroide que pasaba muy cerca de la Tierra. Esas ondas pueden revelar el interior del asteroide y recoger una información valiosísima sobre su composición que puede ser vital para repelerlos en caso de que vengan en dirección a nuestro planeta.

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