El barco para superricos que vuela usando helio y fibra de carbono
Un concepto diseñado para los superricos o supervillanos de película de James Bond: el Air Yacht es un híbrido de zepelín y trimarán que puede amerizar y navegar
Este es el Air Yacht, un trimarán que vuela diseñado para multimillonarios y supervillanos de James Bond (es decir, Jeff Bezos). O mejor dicho, un zepelín que puede amerizar y navegar. Puede parecer una locura, pero no está tan lejos de la realidad como podría parecer a primera vista.
Creado por el diseñador Pierpaolo Lazzarini —cuyos conceptos ya han aparecido en estas páginas— el Air Yacht es la última iteración de una de las tendencias más prometedoras de la industria aeronáutica: el retorno del zepelín. La versión moderna de estas aeronaves promete una enorme capacidad de carga con un coste económico ridículo comparado con los aviones convencionales, además de la nula producción de CO₂ en su operación gracias al uso de células de hidrógeno para generar electricidad.
A pesar del estigma del desastre del Hindenburg, las ventajas son tales que hay varias startups —como Airlander, H2 Clipper o Pathfinder— y grandes corporaciones aeroespaciales —como Lockheed Martin— que están en la carrera para inaugurar la primera operación comercial.
Superlujo en el aire
El diseño de Lazzarini utiliza la misma tecnología que estos nuevos zepelines. Es un trimarán formado por un cuerpo central de 80 metros de eslora, con dos zepelines de 150 metros a babor y estribor.
Internamente, dice Lazzarini, los zepelines tienen una estructura de panal de abejas fabricada con fibra de carbono capaces de alojar 400.000 metros cúbicos de helio comprimido. Según los cálculos de Lazzarini, podría mantenerse en el aire durante más de 48 horas y volar a un máximo de 60 nudos (unos 100 kilómetros por hora) gracias a ocho rotores eléctricos.
Como barco no serviría para navegar. Los materiales que necesita una aeronave de estas características serían demasiado ligeros. Según Lazzarini, solo podría alcanzar unos escasos cinco nudos, suficiente para maniobrar y atracar en un puerto como si fuera un hidroavión. En realidad, más que un trimarán es una aeronave diseñada para posarse en el mar y darse un chapuzón en una isla paradisíaca.
Los zepelines también tienen espacio para cinco camarotes con vistas al exterior cada uno, así como una cubierta de observación en sus respectivas popas. La parte central contiene las zonas comunes, el camarote principal y los de la tripulación, así como la cabina de los pilotos. Esta parte también tiene una piscina y una plataforma para helicópteros, lo que le convierte técnicamente en un portaaviones de la Marvel.
Ficción factible
Precisamente, el concepto es ahora más un vehículo de una película de Marvel o James Bond —con Jeff Bezos haciendo el papel de Blofeld— que un proyecto en curso.
Aunque Lazzarini trabaja para fabricantes de yates, un vehículo de estas características necesitaría mucho más que un astillero convencional. Pero una compañía aeronáutica de vanguardia —como las que ahora están resucitando los zepelines— con un presupuesto multimillonario probablemente podría desarrollarlo.
El barco sólo sería posible si alguien como Bezos se encaprichara del diseño, aunque el magnate ya tiene un megayate de 500 millones dólares. Mi esperanza es que el cofundador de Google Sergei Brin —que ha puesto el capital detrás del Pathfinder— se líe la manta a la cabeza para hacerse uno.
Este es el Air Yacht, un trimarán que vuela diseñado para multimillonarios y supervillanos de James Bond (es decir, Jeff Bezos). O mejor dicho, un zepelín que puede amerizar y navegar. Puede parecer una locura, pero no está tan lejos de la realidad como podría parecer a primera vista.