Rusia y China dejan atrás a EEUU en las armas hipersónicas

Estados Unidos ha vuelto a fracasar en otra prueba de su planeador nuclear hipersónico, un arma atómica diseñada para llegar a su objetivo a 20 veces la velocidad del sonido. No solo es su enésimo fallo, sino, además, un estrepitoso fracaso en la respuesta al Ejército chino, que completó una prueba idéntica con éxito la semana pasada.

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Jesús Díaz

Aquella prueba —que ha sido negada por China— pilló por sorpresa al Pentágono y ha dejado en evidencia a todas las agencias de inteligencia occidentales que, según fuentes americanas, no sabían que el país asiático tuviera esta tecnología ya en funcionamiento.

Ahora, tanto China como Rusia —con su planeador Avangard— disponen de este tipo de vehículos de reentrada imposibles de derribar. Y, aunque todavía pasará algún tiempo antes de que estas armas hipersónicas formen parte del arsenal militar de sus enemigos, la potencia americana está hoy en clara desventaja en un campo crucial en la Guerra Fría 2.0.

Un fallo más crítico que nunca

El Pentágono ha admitido el fallo garrafal en un comunicado público. El misil con el vehículo hipersónico fue lanzado desde el espaciopuerto de Kodiak, en Alaska. Segundos después de su lanzamiento, el cohete tuvo un fallo que obligó al Ejército americano a destruirlo remotamente.

Los vehículos planeadores hipersónicos necesitan de una etapa de impulso con motor químico convencional lanzada desde tierra o desde un bombardero. Esta etapa pone el vehículo en órbita a la velocidad deseada hasta que el planeador desciende a velocidad hipersónica para llegar a su blanco minutos después de lanzamiento.

Otras veces han perdido el planeador durante la prueba, pero esta vez la chapuza del cohete no les permitió probar el vehículo. Según el capitán de corbeta Tim Gorman, portavoz del Pentágono, los “experimentos y los test —tanto exitosos como fallidos— son la columna vertebral en el desarrollo de tecnologías críticas de alta complejidad y alta velocidad, como el departamento está realizando con sus tecnologías hipersónicas”.

Necesidad de equilibrio

Pero, aunque es verdad que los fallos son necesarios para el desarrollo de estas máquinas, también es verdad que, primero, están engarzando un fracaso tras otro y, segundo, tanto chinos como rusos han logrado obtener resultados muy positivos, sobre todo la última potencia, que al parecer ha probado su arma Avangard varias veces con éxito.

Gracias a esta tecnología, tanto rusos como chinos tendrán la capacidad de realizar ataques nucleares en pocos minutos lanzando sus misiles por el polo sur en vez de por el polo norte, donde actualmente se encuentran concentradas las defensas de alerta temprana norteamericanas. Es un arma que hace obsoletos los misiles balísticos convencionales. Además, ahora mismo ninguna de las potencias tiene la capacidad de interceptar armas así. Todo el sistema de defensa antimisiles norteamericano será inútil una vez estas máquinas entren servicio.

El Pentágono comenzó el desarrollo de estas máquinas hipersónicas antes que nadie, pero parece que se está quedando atrás. De ahí la carrera contra reloj para poner en servicio este planeador hipersónico además de un nuevo misil crucero hipersónico (del que Rusia dice tener ya otra versión en pruebas a bordo de un buque de guerra). Para Estados Unidos, es crucial adquirir esta capacidad de ataque si quiere mantener el equilibrio en estos tiempos de inestabilidad geopolítica.

Mucho me temo que, como ocurrió en los años 50 y 60, esta carrera armamentística debe mantenerse a la par. Está claro que solo la destrucción mutua asegurada es la única manera práctica de asegurar la paz y el futuro de la humanidad. Desgraciadamente para todos.