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Ni Namibia, ni Botswana: la familia de elefantes africanos que más crece está en Cantabria
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BOOM DE ELEFANTES NACIDOS EN CAUTIVIDAD

Ni Namibia, ni Botswana: la familia de elefantes africanos que más crece está en Cantabria

Cuando uno viaja al norte de España no espera encontrarse precisamente con elefantes africanos, pero Cabárceno ya es el parque natural donde más ejemplares han nacido en el mundo en cautividad fuera de África. ¿Por qué?

Foto: Varios elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)
Varios elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)
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Penny, Yambo, Jums, Hilda, Beatuca… en Penagos, Cantabria, convive una gran familia. Unos más mayores y otros más pequeños, todos juegan juntos, se bañan en una piscina gigante y se arrejuntan para comer. No es una familia cualquiera, sobre todo porque caminan a cuatro patas y tienen trompa. Es una familia de elefantes. Concretamente, la familia de elefantes africanos más grande del mundo fuera de África. Y casi todos sus miembros se han criado aquí, en España. El parque natural de Cabárceno es la instalación del mundo donde más animales de esta especie han nacido en cautividad. ¿Qué está pasando en Cantabria?

La historia de esta gran familia es tan surrealista como espeluznante. Todo comenzó con la llegada de un grupo de elefantes al parque en 1992. Entre ellos estaba la joven Penny. Acordaros de este nombre porque es clave en esta historia. Como ella, muchos de estos animales provenían de zoos alrededor del mundo, donde vivían con condiciones pésimas. Este particular éxodo —vía adopción— hacia nuestras fronteras cambiaría para siempre sus vidas. Penny se adaptó bien al entorno del parque cántabro, creció y cuando cumplió los 16 años, dio a luz a Kira, que se convirtió en la primera cría nacida en Cabárceno. Desde entonces, hasta 24 elefantes han nacido en el parque, engrosando esta comunidad animal hasta niveles que incluso las asociaciones científicas internacionales se sorprenden.

placeholder Dos elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)
Dos elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)

"Antes de llegar, vivían hacinados en espacios muy limitados y dormían encadenados. Nosotros queríamos hacer algo muy distinto. Crear un hábitat donde los animales fueran los protagonistas. En los años 90 nos llamaron "locos" por hacer un recinto de 25 hectáreas para elefantes, decían que los visitantes ni siquiera iban a poder verlos. La misión era casi futurista: meter una familia entera en el parque. Empezamos trayendo tres semejantes de Inglaterra, varias de Alemania y un macho, que se sintió a gusto, con buena comida y buen trato, así que empezó a reproducirse", relata a El Confidencial Santiago Borragán, coordinador de los servicios veterinarios de Cabárceno.

Se trata de un hito poco común. "En uno de los parques más conocidos y antiguos del mundo, el de Viena, han nacido solo 12 desde 1700. Nosotros desde hace 30 años hemos doblado esa cifra. Hemos triturado las estadísticas", añade Borragán. Sucede en un momento en el que esta especie está pasando su peor momento y lleva años luchando contra la extinción: ha pasado de haber 1,2 millones de elefantes en África en la década de los 80 a apenas 350.000 ejemplares hoy en día, según la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas. El principal motivo es la caza furtiva y el negocio de sus colmillos.

Foto: Un miembro de la brigada anti caza furtiva de Botswana junto a un elefante asesinado (Reuters/Thalefang Charles)

Cabárceno comenzó a estudiar su reproducción y a implementar un programa que impulsara la descendencia de los recién llegados en sus instalaciones. Si no podía ser en África, se podía intentar en España, a una escala mucho más reducida, claro. Así, los más de 50 cuidadores que hay en el parque empezaron a aprender sobre el comportamiento y las costumbres reproductivas de estos animales, así como sobre partos y problemas de lactancia.

No fue una tarea nada fácil. Primero, porque hablamos de los animales más grandes sobre la superficie terrestre, que pesan entre los 2.200 y los 6.350 kilogramos (4 metros de altura), segundo porque consumen cada día unos 135 kilogramos de alimento y tercero porque beben hasta 160 litros de agua en un solo día. Según Borragan, el secreto de este logro radicó en el comportamiento seminatural de estos paquidermos en el parque, facilitado por el espacio y las instalaciones, que se extienden por nada menos que 25 hectáreas, donde también hay un establo de más de 1.000 metros cuadrados y una piscina con una capacidad de 5 millones de litros de agua que recibe aporte constante de un riachuelo.

placeholder Varios elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)
Varios elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)

"Lo primero es sobrevivir, comer, y una vez tienes cubierta las necesidades primarias es cuando empiezan a reproducirse. Si el animal está estresado o agobiado, si no come bien, difícilmente va a procrearse", señala Barragán. Eso nos devuelve a Penny, quien gracias a su desarrollo y adaptación al entorno, tuvo el primer parto en el parque en 1995. Su hija, Kira, se convirtió luego en la madre de Cristina. Y Cristina en la madre de Neko. Así hasta cuatro generaciones habitan hoy en el parque.

Una sociedad matriarcal muy especial

Pero aquello ocurrió casi de milagro. En el parto de Kira, Cristina sufrió una grave lesión en la cadera que la imposibilitó ponerse en pie y, aunque su madre y su abuela intentaron en varias ocasiones levantarla, no lo consiguieron. En esos intentos, Cristina perdió la visión del ojo derecho y un trozo de oreja. Estas lesiones, unidas al hecho de no poder levantarse, hicieron que no pudiera mamar y fue rechazada de la manada, lo que hizo que fuera criada a biberón por los cuidadores del parque hasta los 8 años. Tal y como cuenta el centro, "el esfuerzo que requiere un elefante repudiado va mucho más allá del periodo de lactancia". Lentamente, fueron integrándola y gracias a la llegada de Jumar, un joven macho procedente de Alicante que sí le hizo caso, hoy es madre.

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Varios elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)

Para entender este proceso, hay que saber que la forma de vida del elefante africano es muy diferente a la del resto de mamíferos, y se da en una compleja sociedad matriarcal. "Las madres amamantan a las crías durante cuatro años y forman grupos familiares formados por las hembras y las crías, liderados por una matriarca, que suele ser la más anciana del grupo. Los machos abandonan el grupo cuando se hacen adolescentes", explica a este diario el biólogo de animales, Raimundo Real, de la Universidad de Málaga.

Hace hincapié en que tener un bebé elefante es un compromiso muy serio. "El embarazo de las elefantas dura más que el del resto de mamíferos, casi 22 meses. Y son placentados, así que paren las crías vivas y nada más nacer ya pueden andar y desplazarse. Al nacer, ya pesan unos 100 kilos y miden un metro de alto. En cada parto solo se tiene una. A lo largo de su vida pueden tener 4 o 5", apunta Real.

Foto: Foto: Andoni Canela

Según el experto, los elefantes africanos suelen vivir alrededor de 70 años, comen hierbas, corteza de árbol y raíces, y tienen un cerebro muy grande por lo cual son muy inteligentes y desarrollan sentimientos como el duelo por una pérdida de un amigo o familiar, la asociación con otros miembros, el uso de herramientas, la adopción de huérfanos, el juego y el autorreconocimiento. Además, se comunican entre sí usando sonidos de baja frecuencia, inaudibles para los humanos, que se transmiten a varios kilómetros.

Otro de los motivos por los que Cabárceno experimenta este boom de elefantes es la colaboración activa que mantiene con el EPP de Elefantes (Programa Europeo de Protección de Especies en Peligro de Extinción), facilitando el intercambio de ejemplares o la cesión de estos a otros centros europeos con el fin de contribuir a su expansión y evitar problemas de consanguinidad. Según nos cuenta el coordinador del centro, trasladan a la institución toda la información que tienen sobre sus elefantes (si ha habido partos, bajas y comportamientos): "Nos dicen lo que debemos hacer. Somos exportaciones de elefantes en el buen sentido de la palabra, pero siempre con el visto bueno del coordinador y el asesoramiento. Hace poco hicimos un traslado de una hembra con cría a Alemania y para ello tuvimos que enviar a un cuidador nuestro que supervisara su adaptación al nuevo parque". Esa hembra era Cristina.

placeholder Varios elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)
Varios elefantes africanos en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. (Cedida)

La extinción de esta especie de animal es seria. Entre 2007 y 2014, disminuyeron un 30% en 18 países de África. Debido a la caza furtiva de marfil (que alcanzó su punto máximo en 2011) y la pérdida de sus hábitats, el elefante de bosque africano se encuentra "en peligro crítico" en la Lista Roja de la UICN de Especies Amenazadas y el elefante de sabana africano se encuentra "en peligro". Cada año entre 10.000 y 15.000 elefantes son capturados y asesinados a manos de cazadores por hacer negocio con sus colmillos.

Hace un año, Cabárceno dio la bienvenida al último ejemplar de elefante africano nacido en la instalación, el vigesimocuarto. Se llama Beatuca y es una hembra, hija de Hilda, también nacida en Cabárceno en 2001. A sus 22 años, Hilda es una de las hembras más prolíficas que hay en Europa y, según los veterinarios y cuidadores del parque, con mucha vida por delante para seguir reproduciéndose. Ya ha dado a luz a otros tres elefantes: Martín, Saja y Maruca.

Penny, Yambo, Jums, Hilda, Beatuca… en Penagos, Cantabria, convive una gran familia. Unos más mayores y otros más pequeños, todos juegan juntos, se bañan en una piscina gigante y se arrejuntan para comer. No es una familia cualquiera, sobre todo porque caminan a cuatro patas y tienen trompa. Es una familia de elefantes. Concretamente, la familia de elefantes africanos más grande del mundo fuera de África. Y casi todos sus miembros se han criado aquí, en España. El parque natural de Cabárceno es la instalación del mundo donde más animales de esta especie han nacido en cautividad. ¿Qué está pasando en Cantabria?

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