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Las pistas que nos dicen cómo acabará la ola de gripe que sufre España
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FIN DE UN ASCENSO VERTIGINOSO

Las pistas que nos dicen cómo acabará la ola de gripe que sufre España

Alcanzado el pico estacional de una gripe que ha saturado la sanidad, los expertos analizan los datos para averiguar cómo será el balance final

Foto: Pacientes con mascarilla en un centro de salud. (EFE/Miguel Barreo)
Pacientes con mascarilla en un centro de salud. (EFE/Miguel Barreo)

La epidemia de gripe ha causado tanta alarma y ha provocado tanta saturación en centros de salud y hospitales que hasta hemos recuperado las mascarillas que usábamos en estos espacios para protegernos del covid. Sin embargo, justo el día en el que entraba en vigor esta nueva medida obligatoria, este jueves, conocíamos que la incidencia ha comenzado a descender. Todo indica que hemos alcanzado el pico estacional, aunque probablemente en las próximas semanas el número de casos seguirá siendo muy alto. Pero ¿ha pasado algo excepcional con los virus gripales esta temporada?

Las cifras son elevadas, pero están la línea de lo que era habitual antes de la pandemia. El último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda muestra que, durante la primera semana de 2024, se registraron 387 casos por cada 100.000 habitantes, un descenso significativo en comparación con los 430 del informe anterior, que incluía los últimos días del año pasado, y de cuatro semanas de ascenso vertiginoso. El conjunto de las infecciones respiratorias se sitúa en 935 casos, bajando de los 966. En cambio, las hospitalizaciones siguen creciendo hasta los 33,5 ingresos por 100.000 habitantes.

Foto: Vuelve la mascarilla obligatoria en los centros sanitarios de Canarias. (EFE/Ángel Medina)

Aunque estos números no son extraordinarios para un pico estacional, la gripe (especialmente, la gripe A, que supone un 95% de los casos) convive con el covid y con otros muchos virus, como los que provocan los catarros, y todo contribuye a la saturación. No obstante, lo que más ha llamado la atención de los expertos es cómo se ha presentado. “Lo más peculiar de este año ha sido que el contagio ha sido rápido y explosivo, lo normal era ver una subida lenta y esta vez ha sido de golpe”, explica a El Confidencial Salvador Peiró, especialista en medicina preventiva y salud pública de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (Fisabio) de la Comunidad Valenciana.

La teoría de algunos expertos es que el calor se ha prolongado hasta que el otoño estaba muy avanzado y la llegada del frío —y, por lo tanto, las condiciones más propicias para la transmisión de los virus, con más contactos en el interior — ha coincidido con reuniones a las puertas de la Navidad. “Aunque tengas los mismos casos, una curva aplanada no te satura hospitales y un pico rápido, sí”, reflexiona el epidemiólogo. En cualquier caso, “las epidemias de gripe son muy variables de un año para otro, los mejores años puede dejar entre 4.000 y 5.000 muertes en España y los peores, entre 15.000 y 20.000”. La evolución depende “de cómo empiezan y de cómo se difunden”, pero “yo no diría que es una temporada anormal, todos los años la gripe nos satura los hospitales y lo que estamos viendo es similar al periodo prepandémico”.

placeholder Con mascarilla en los centros de salud. (EFE)
Con mascarilla en los centros de salud. (EFE)

Ahora, para algunos lo esperable es un descenso progresivo, aunque podría ser relativamente lento porque, aunque dejamos atrás las fiestas, justo en estos días se recupera la actividad escolar y laboral. De hecho, la curva epidémica más habitual alcanzaba su máximo en la segunda quincena de enero. En cambio, otros expertos creen que un ascenso tan brusco de los casos debería corresponderse con un descenso de la curva también muy pronunciado. Es algo muy parecido a lo que sucedía en las olas de covid.

De sur a norte

Adivinar qué pasará exactamente siempre es complicado, aunque los epidemiólogos suelen echar un ojo al hemisferio sur por si ofrece alguna pista: su invierno coincide con nuestro verano y las cepas que circulan allí no suelen diferir en exceso de las que llegan a Europa o Norteamérica meses más tarde. Su temporada de gripe abarca de abril a septiembre, pero esta vez en Chile y Sudáfrica el pico se anticipó al mes de mayo. Por el contrario, las curvas en Argentina y Australia entran dentro de la normalidad.

placeholder Test de covid y gripe. (EFE)
Test de covid y gripe. (EFE)

En general, la incidencia en estos países fue algo inferior a la de 2019 (la última temporada prepandémica y, por lo tanto, la que toman los expertos como referencia de normalidad), pero la afectación de la población infantil fue mayor. En cualquier caso, las hospitalizaciones estuvieron en los niveles habituales. “Durante el periodo de pandemia, la gripe casi desapareció, como ocurrió con el virus respiratorio sincitial”, recuerda Peiró, pero ya la temporada pasada volvió con fuerza en todo el mundo. De hecho, en 2023 se registró una segunda ola que, en España, llegó a las puertas de la primavera. Si nos fiamos de lo que ha pasado en el hemisferio sur, ese segundo pico ha desaparecido este año.

No obstante, nadie garantiza que la evolución vaya a ser tan parecida. Por el momento, la principal similitud es que, al igual que está sucediendo en España, la cepa que más circuló fue AH1N1. Y, en realidad, esa es la información más importante, porque influye en la fabricación de las vacunas. “Los comités de la OMS tienen en cuenta las cepas que han circulado y las que se considera que tienen más posibilidades de poder circular en función de criterios microbiológicos y epidemiológicos”, comenta Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunulogía (AEV).

placeholder Vacuna de la gripe. (EFE)
Vacuna de la gripe. (EFE)

La eficacia de las vacunas

A partir de ahí, estos expertos internacionales ofrecen dos recomendaciones al año, una para el hemisferio sur y otra para el hemisferio norte con el tiempo suficiente para poder fabricar las vacunas. Su índice de acierto está “entre el 70% y el 80%”, es lo que se denomina concordancia antigénica. “Nunca es 0% o 100%, porque lo normal es que circulen varias cepas y nunca se fallan ni se aciertan todas”, explica el experto. Además, hay que tener en cuenta que el virus de la gripe muta muy frecuentemente.

Los vacunólogos acaban de recibir los primeros datos de las estimaciones de mitad de temporada de la eficacia de la vacuna de la gripe y son bastante buenos. Este tipo de evaluaciones son cada vez más precisas y sofisticadas. En general, la efectividad está entre el 40% y el 60%. En principio, no parece mucho, pero la realidad es que "una eficacia del 40% supone salvar miles de vidas", como se estima que ocurrió en la temporada 2017-2018, la peor de los últimos años. Tal y como ocurre con las del covid, “no protegen tanto de la infección como de la enfermedad grave y la hospitalización”.

placeholder Síntomas de gripe. (Europa Press)
Síntomas de gripe. (Europa Press)

Además, hay que tener en cuenta que casi todo el mundo tiene algo de protección frente a la gripe, porque se trata de una enfermedad muy común, de manera que casi todo el mundo la ha sufrido en años recientes y, por lo tanto, tiene su sistema inmunitario relativamente entrenado, aunque no se haya vacunado. Así que, al medir la eficacia de la vacuna, no se compara con personas totalmente desprotegidas, como sucedía al principio con las primeras que se fabricaron contra el coronavirus.

Debates pendientes

Los datos y las cifras parecen devolvernos a una cierta normalidad en cuanto a las epidemias estacionales de gripe después de la alteración que supuso la pandemia de covid. No obstante, los epidemiólogos esperarán a que finalice esta temporada para sacar conclusiones. A lo largo de estos últimos años, los expertos han debatido acerca de cuáles serían las consecuencias de la pandemia y muchos pensaban que podríamos sufrir el azote de los virus que, momentáneamente, casi habían quedado fuera de la circulación gracias a las estrictas medidas contra el coronavirus.

Foto: Vista de una caja de test antígenos. (Reuters/Clodagh Kilcoyne)

De hecho, aún “se especula mucho con la supuesta deuda inmunitaria”, apunta Peiró, es decir, que haber tenido pocos casos de gripe entre 2020 y 2022 haría que nuestros sistemas inmunitarios estuvieran menos preparados. También ha circulado la idea de que sufrir el covid y sus consecuencias podría habernos dejado un organismo “más sensible” frente a otras infecciones respiratorias. “El sector científico debate estas teorías, pero son bastante especulativas”, opina el epidemiólogo de Fisabio.

La epidemia de gripe ha causado tanta alarma y ha provocado tanta saturación en centros de salud y hospitales que hasta hemos recuperado las mascarillas que usábamos en estos espacios para protegernos del covid. Sin embargo, justo el día en el que entraba en vigor esta nueva medida obligatoria, este jueves, conocíamos que la incidencia ha comenzado a descender. Todo indica que hemos alcanzado el pico estacional, aunque probablemente en las próximas semanas el número de casos seguirá siendo muy alto. Pero ¿ha pasado algo excepcional con los virus gripales esta temporada?

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