Es noticia
La idea gallega contra los tumores cerebrales: instalar en casa detectores de gas radioactivo
  1. Tecnología
  2. Ciencia
Un ENEMIGO INVISIBLE

La idea gallega contra los tumores cerebrales: instalar en casa detectores de gas radioactivo

Científicos españoles sospechan que un gas radiactivo que se filtra desde el subsuelo puede provocar los tumores cerebrales más frecuentes, pero solo hay una manera de comprobarlo

Foto: Vista de Ourense. Varios municipios de la provincia sufren las mayores tasas de pacientes con tumores cerebrales en toda España. (EFE)
Vista de Ourense. Varios municipios de la provincia sufren las mayores tasas de pacientes con tumores cerebrales en toda España. (EFE)

Es un enemigo invisible en nuestra propia casa. El gas radón no se ve, tampoco huele, pero en muchas zonas de la península ibérica, especialmente en el oeste y el centro, se filtra desde el subsuelo y puede acumularse en lugares cerrados. Al ser la fuente de exposición a radiación ionizante natural más importante para el ser humano, procedente de la desintegración del uranio, a largo plazo las consecuencias pueden ser letales: después del tabaco, es la principal causa de cáncer de pulmón. Hasta la fecha, no se ha podido probar su relación con otros tumores ni con otras enfermedades, pero algunos investigadores sospechan que existe.

Por eso, ahora arranca un proyecto inédito que podría sentar las bases para demostrar que el radón también provoca tumores cerebrales. Ya en 2017 un estudio ofreció una pista reveladora. Un artículo publicado en Scientific Reports establecía una correlación entre niveles altos de radón y este tipo de cáncer en varios municipios de Orense y Pontevedra. A pesar de que son tumores infrecuentes, los habitantes de localidades como Mos, Campo Lameiro, Salceda de Caselas y Meaño tienen entre un 8% y un 22% más de padecerlos, según los datos de aquella investigación.

"Vimos que los municipios que tenían concentraciones de radón medias elevadas presentaban una mayor mortalidad por tumores cerebrales", explica en declaraciones a El Confidencial el responsable de aquel trabajo, Alberto Ruano, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela. Sin embargo, "era una asociación estadística y eso no implica causalidad", destaca.

Foto: (Imagen: EC)

Para contrastar de forma rigurosa esa asociación se pone en marcha este nuevo estudio, denominado Radonbrain, que está liderado por el Laboratorio de Radón de Galicia, de la Universidad de Santiago, y que está gestionado a través del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago de Compostela (IDIS), con financiación del Instituto de Salud Carlos III.

La investigación incluye los dos tipos de tumores cerebrales más frecuentes, los gliomas y los meningiomas. Los participantes serán pacientes de estas enfermedades (los científicos esperan alcanzar una muestra muy amplia, al menos, de entre 300 y 400 individuos) y otros sujetos sanos que formarán el grupo de control, unos 800. En realidad, se trata de un cáncer bastante infrecuente, así que para alcanzar este objetivo van a colaborar investigadores de 11 hospitales diferentes de Galicia, Castilla y León y Madrid.

placeholder Alberto Ruano, ante un mapa de radón de Galicia presentado hace años. (EFE)
Alberto Ruano, ante un mapa de radón de Galicia presentado hace años. (EFE)

La finalidad es comparar las concentraciones de radón que pueda haber en los hogares de las personas con cáncer y en los de individuos sanos, de manera "que se pueda ver si se cumple la hipótesis que tenemos, que el radón tenga un vínculo causal con los tumores cerebrales", apunta Ruano. No obstante, dentro del estudio se analizarán también otros posibles factores de riesgo que podrían influir: la ocupación, el tabaquismo, las infecciones previas, el consumo de alcohol y las radiaciones ionizantes de las pruebas de imagen médica que hayan podido pasar estas personas.

Así funciona el detector en casa

La metodología es sencilla: tanto los pacientes como los voluntarios del grupo de control dispondrán de un detector de radón en su domicilio durante un tiempo determinado y ellos mismos podrán enviarlo después para que sea analizado. Aunque hay muchos tipos dispositivos, en el estudio Radonbrain se ha optado por medir este gas de forma pasiva, como exige la legislación española. Para ello, hay que colocar un detector en las viviendas un mínimo de dos meses, aunque el grupo de investigación de Ruano recomienda ampliar este plazo a tres. El mecanismo es fácil de entender: se trata de un bote de plástico en el cual penetra el aire. La radiación alfa que contiene, debido al radón, impacta en los detectores. "Al ser una partícula que genera un impacto, produce una traza que posteriormente se puede medir en el laboratorio", comenta el investigador. En función de una serie de parámetros, el resultado del análisis es una concentración de radón anualizada.

placeholder Hay muchos tipos de detectores de radón. (iStock)
Hay muchos tipos de detectores de radón. (iStock)

Hasta donde los investigadores saben, va a ser el primer estudio internacional que coloque un detector de radón en viviendas de personas con tumores cerebrales. La razón principal para llevarlo a cabo es la pista que dejó el estudio de 2017, pero también hay que tener en cuenta que "el origen de estos tumores es, fundamentalmente, desconocido", destaca el investigador. "La exposición a radiación ionizante podría ser uno de esos factores de riesgo, pero hasta ahora se ha estudiado la procedente de pruebas de imagen médica, pero no la de origen natural, como es el caso del radón".

El equipo de Ruano es el grupo de investigación que más publicaciones tiene a nivel mundial sobre los efectos del radón en la salud. Gran parte de estos estudios tienen que ver con la consecuencia más conocida hasta ahora, el cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado. De hecho, algunos de estos trabajos se centran en un tipo de tumor muy agresivo llamado "de células pequeñas". En todos estos casos ya se ha establecido como causa. Por eso, en el Código Europeo contra el Cáncer, que hace referencia a las medidas que deben tomar los ciudadanos para reducir el riesgo de sufrir esta enfermedad, aparece una mención explícita a la presencia de este gas en los domicilios.

placeholder Glioma, uno de los tumores cerebrales más agresivos. (EFE)
Glioma, uno de los tumores cerebrales más agresivos. (EFE)

¿Cómo provoca la enfermedad?

En cambio, se desconoce si el radón puede provocar otras enfermedades. En la actualidad, el cáncer de pulmón es la única en la que se ha podido establecer esa causalidad, pero las sospechas van incluso más allá de los tumores. Otro estudio de este mismo equipo de investigación, también financiado por el Instituto de Salud Carlos III, está analizando si también puede estar relacionado con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en no fumadores. "Estamos realizando los análisis finales y parece que puede haber cierta relación entre personas que llevan viviendo mucho tiempo en un domicilio y tienen EPOC", comenta el catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela.

En realidad, queda mucho por saber, porque en el aspecto biológico los científicos aún no han conseguido explicar cómo se originan los tumores a partir de este gas. "Realmente, el mecanismo carcinogénico no se conoce ni siquiera para el cáncer de pulmón", apunta Ruano. Para empezar, la variabilidad genética de cada persona puede tener un papel importante y, en ese sentido, el foco está puesto en varios genes concretos. En cualquier caso, lo cierto es que la radiación alfa, que desprende el radón, "somete a un bombardeo radiactivo intenso a las células del epitelio pulmonar cuando se respira", lo que podría explicar las alteraciones en este órgano.

placeholder El radón en España. (Consejo de Seguridad Nuclear)
El radón en España. (Consejo de Seguridad Nuclear)

Además, su desintegración produce polonio-218 y polonio-214, sólidos radioactivos. Según explica el experto, estas pequeñas partículas podrían ser fagocitadas por los macrófagos (glóbulos blancos que defienden nuestro organismo de diversas amenazas) del epitelio pulmonar y, desde ahí, distribuidas al torrente sanguíneo, llegando al cerebro. "Solo es una hipótesis, pero de momento no tenemos más mecanismos causales que lo puedan explicar", comenta.

Viviendas y lugares de trabajo

¿Por qué puede haber mucho radón en una vivienda? Lo que más influye son las características geológicas del subsuelo, en concreto, que haya mucho uranio. De hecho, es la desintegración radiactiva natural de este elemento lo que produce el peligroso gas. A su vez, el uranio está contenido en el granito. Los datos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) indican que el 70% del territorio gallego está afectado por elevadas concentraciones de radón. En Extremadura, es el 47%. El 30% de la Comunidad de Madrid también sufre este problema. Amplias zonas del sur y del oeste de Castilla y León también tienen suelos graníticos con mucho uranio.

Foto: Foto: iStock.

A partir de ahí, la clave está en las características de las viviendas y en su aislamiento con respecto al subsuelo. Sótanos y plantas bajas tienen un mayor contacto con esa emisión, mientras que otras estancias superiores sufren el problema en menor medida. Aun así, cuando la casa está bien aislada, no debería registrar concentraciones importantes, y el material de construcción no suele contribuir a la concentración de radón. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido como límite máximo aceptable los 300 becquerelios por metro cúbico (Bq/m3). Medidas como una buena ventilación ayudan a bajar los niveles.

No obstante, el hogar no es el único sitio en el que podemos estar expuestos a estas altas concentraciones. El grupo de Ruano acaba de publicar un estudio en la revista Environmental Research en el que analizan más de 3.000 lugares de trabajo en España, llegando a la conclusión de que el 20% de los trabajadores que están en zonas propensas al radón sufren una exposición excesiva a este gas, es decir, superior a la referencia de los 300 Bq/m3. Escuelas, universidades, bibliotecas y centros culturales son los más afectados, mientras que las oficinas bancarias parecen estar mucho mejor protegidas.

Es un enemigo invisible en nuestra propia casa. El gas radón no se ve, tampoco huele, pero en muchas zonas de la península ibérica, especialmente en el oeste y el centro, se filtra desde el subsuelo y puede acumularse en lugares cerrados. Al ser la fuente de exposición a radiación ionizante natural más importante para el ser humano, procedente de la desintegración del uranio, a largo plazo las consecuencias pueden ser letales: después del tabaco, es la principal causa de cáncer de pulmón. Hasta la fecha, no se ha podido probar su relación con otros tumores ni con otras enfermedades, pero algunos investigadores sospechan que existe.

Cáncer
El redactor recomienda