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La mina en Salamanca para sustituir uranio ruso que enfrenta a miles de vecinos
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¿ES VIABLE?

La mina en Salamanca para sustituir uranio ruso que enfrenta a miles de vecinos

La situación energética mundial y la política nacional reactivan el viejo debate sobre la mina de Retortillo, un proyecto ya rechazado por el Gobierno que sigue causando controversia

Foto: Mina de uranio. (Fuente: iStock)
Mina de uranio. (Fuente: iStock)

Desde que comenzó la guerra de Ucrania, Europa está obsesionada con reducir su dependencia energética de Putin, pero conseguirlo no es tan fácil. De hecho, España importa cantidades récord de gas natural licuado procedente de Rusia. La llegada de petróleo sí ha sufrido un importante descenso, pero no se ha eliminado por completo. Y de la energía nuclear apenas se habla, pero lo cierto es que los rusos nos suministraban en torno a un tercio (el 29,1 % en 2021) y en la actualidad, pese a los esfuerzos por buscar alternativas, siguen llegando importantes cantidades. En ese contexto, el anuncio realizado hace pocos días por una empresa minera ha llamado la atención: aseguran que si les dejan explotar el uranio de la provincia de Salamanca podrían "cubrir la totalidad del combustible para las centrales nucleares españolas durante los próximos 20 años". ¿Qué hay de cierto en este proyecto?

Berkeley Minera España, filial de una compañía australiana, puso sus ojos hace tiempo en la localidad de Retortillo, donde proyectó la mina de uranio a cielo abierto más grande de Europa. Con menos de 200 habitantes y una economía basada en la agricultura, la ganadería y un balneario, los vecinos se dividieron a favor y en contra. El Ayuntamiento vio una oportunidad y la Junta de Castilla y León no puso impedimento. Por el contrario, la plataforma Stop Uranio cumple este 2023 una década de movilizaciones que pueden considerar exitosas. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que entró en vigor hace dos años, prohíbe expresamente estas explotaciones y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) denegó los permisos para la planta de procesamiento. Para algunos, la iniciativa está muerta, pero la empresa no se da por vencida y parece haber visto una oportunidad en la situación geopolítica mundial y ante un eventual cambio de Gobierno.

Foto: Las minas de carbon abandonadas pueden usarse para suministrar energía a todo el planeta.

De hecho, Berkeley asegura tener el potencial de construir sus instalaciones en Retortillo en menos de 24 meses. En ese plazo, "supliría totalmente la importación de uranio procedente de Rusia e incluso de otros países con gran inseguridad jurídica" (aludiendo a las importaciones de Kazajistán, Uzbekistán y Níger), según el comunicado que difundió el pasado martes. Las centrales nucleares españolas consumen 1.260 toneladas de uranio en un año y la mina salmantina puede abastecer este consumo en 2026, afirman.

Salamanca recuperaría la minería del uranio que durante décadas se centró en Saelices el Chico, otra localidad del oeste de la provincia muy próxima a Retortillo. El cierre de esta explotación en el año 2000 supuso el fin de la extracción de este recurso en España, que también había tenido un foco importante en La Haba (Badajoz) hasta 1996. En teoría, la provincia salmantina parece el lugar ideal, porque también cuenta con la única fábrica de combustible nuclear de España, propiedad de la empresa pública ENUSA, en la localidad de Juzbado.

La trampa del uranio enriquecido

Sin embargo, la realidad no es tan sencilla: el uranio que necesita la industria nuclear no es el recién extraído de la mina, sino uranio enriquecido, así que el argumento de Berkeley tiene trampa. Aunque pudiéramos obtenerlo a pocos kilómetros de la fábrica de ENUSA, tendría que recorrer miles de kilómetros para que lo enriquecieran en otros países y volver, tal y como ocurre ahora, procedente de EEUU o Francia, por el puerto de Bilbao, hasta Salamanca.

placeholder Oficinas de Berkeley. (EFE)
Oficinas de Berkeley. (EFE)

De hecho, el uranio que procede de Rusia ya está enriquecido, pero la materia prima suele proceder de otros países como Kazajistán. "La ventaja de Rusia es que tiene mucho mercado porque ofrecía un mejor precio, pero la geopolítica está haciendo que cambie el panorama y reabran fábricas de enriquecimiento", comenta Alfredo García, ingeniero de la central nuclear de Ascó (Tarragona) y divulgador científico conocido como @OperadorNuclear. En realidad, la industria nuclear no está muy preocupada por esta cuestión, ya que el impacto del precio del combustible en los costes totales de producción de una central es bajo, entre el 5% y el 10%. Si evitar la dependencia rusa implica incrementar un poco el gasto, no supone un gran problema.

¿Por qué es necesario acometer el proceso de enriquecimiento? En la naturaleza encontramos dos tipos de uranio, el uranio-235 y el uranio-238. Se denominan isótopos, tienen diferente número de partículas en su núcleo, pero no dejan de ser dos variantes del mismo material. "El que necesitamos para los reactores nucleares es el uranio-235, que está en la proporción más baja, representando solo el 0,72%. Para utilizarlo en un reactor nuclear convencional necesitamos aumentar esa proporción hasta valores entre el 4% y el 5%", explica el experto. Un reactor nuclear podría funcionar con uranio natural, pero tendría que recargarse cada mes, así que es necesario aumentar la proporción del uranio-235 para tener ciclos de año y medio.

placeholder Protesta contra la mina. (EFE)
Protesta contra la mina. (EFE)

España tiene uranio y fabrica combustible nuclear, así que cabe preguntarse por qué no lo enriquece. Hace décadas se utilizaba una técnica conocida como difusión gaseosa, que hoy está en desuso, e implicaba un enorme gasto energético. Aunque tuvieran centrales nucleares, no todos los países apostaban por hacerlo. Hoy en día, se utiliza la centrifugación, más sencilla. Como en una lavadora, consiste en hacer girar el material a gran velocidad para separar los dos isótopos y proceder después a aumentar la proporción del uranio-235. "Si continuáramos operando las centrales nucleares, nos interesaría enriquecer, supondría un ahorro, pero en las circunstancias actuales no tiene mucho sentido", afirma García, recordando que los planes actuales prevén el fin de la energía nuclear en España para 2035.

La cuestión técnica y ambiental

Cuando este proyecto comenzó a sonar, hace más de una década, "ENUSA se desvincula porque considera que no es económica ni técnicamente viable", recuerda Gabriel Risco, miembro de Stop Uranio. El motivo principal era la poca cantidad y la mala calidad del uranio que podría obtenerse de esta explotación de acuerdo con los estudios realizados. Por eso, "pensamos que no tiene futuro, otra cosa es que empezaran, de nuevo, con un proyecto distinto". Por el momento, las oficinas que abrió Berkeley en Retortillo están cerradas.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) denegó en su día la autorización de construcción de la planta de fabricación de concentrados de uranio, un proyecto asociado a la mina imprescindible para su viabilidad. El motivo era la escasa fiabilidad y las grandes incertidumbres de los análisis de seguridad de la instalación radiactiva en los aspectos geotécnicos e hidrogeológicos, además de otras deficiencias detectadas en la evaluación. El Ministerio, a su vez, rechazó la iniciativa, pero hace poco más de un mes la compañía recurrió a la justicia para defender sus intereses, presentando un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional. Berkeley se agarra a que el Gobierno no siguió el procedimiento legalmente establecido para denegar definitivamente su solicitud, pero asegura estar abierta a la negociación.

placeholder Una miembro de Stop Uranio. (EFE)
Una miembro de Stop Uranio. (EFE)

Esta medida, unida a la presión a través de los medios basada en la situación geopolítica mundial, es "un brindis al sol", opina el activista, "porque ven que se les ha cerrado la vía normal y que la vía jurídica es muy difícil". No obstante, Stop Uranio considera que la filial australiana "trata de introducir en la cabeza de la gente y de los políticos que, como ahora hay esta crisis con Rusia, ellos son los que van a resolver el problema". La estrategia consistiría en generar expectativas, "mantener vivo el debate de cara a un cambio de Gobierno que pudiera ser más favorable".

Sin embargo, si las razones que impiden que la mina salga adelante son técnicas, no parece que la llegada del PP pudiera cambiar mucho las cosas. "El informe del CSN es negativo y es vinculante. Tendrían que empezar de cero y hacer otro estudio de impacto ambiental", comenta Risco. Quienes se oponen llaman la atención sobre el hecho de que Berkeley no tiene ninguna mina en explotación en ningún lugar del mundo, tal y como la propia empresa ha reconocido. El interés, según algunas fuentes, podría ser especulativo: hacerse con la autorización de la explotación para venderla, posiblemente, a otras compañías de Europa del este realmente interesadas.

Foto: El embajador de Irán de la OIEA, Kazem Gharibabadi. (EFE/Jordi Kuhs)

Para activistas y ecologistas, el impacto de una mina en esta zona sería "absolutamente destructivo", ya que se trata de "la extracción del uranio, la fase más peligrosa y menos controlada de todo el ciclo nuclear". El hecho de que sea una mina a cielo abierto incrementa los temores. "Harían falta enormes explosiones para sacar el granito a partir del cual se obtiene el uranio, expulsarían gas radón peligroso para las personas que viven en el entorno, incluso llegando a Portugal", que se mostró preocupado por el proyecto hace años. Balsas y productos químicos tendrían consecuencias para las aguas subterráneas. Algunos estudios del CSIC en Saelices el Chico muestran las huellas de la contaminación décadas después. Para colmo, Berkeley procedió a talar unas 2.000 encinas en los terrenos que iban a estar destinados a sus instalaciones.

Según Alfredo García, la extracción de uranio implica menos riesgos que otros tipos de minería. "Cuando mueves tierra para obtener cualquier clase de mineral, estás extrayendo también minerales radiactivos, porque hay uranio y torio por toda la corteza terrestre, y gas radón, que procede de la desintegración del uranio y es muy tóxico", explica. Es decir, que en todas las minas se trabaja con minerales radiactivos, pero todo lo que está relacionado con la energía nuclear "está mucho más regulado y pasa controles más estrictos", también su materia prima. La legislación y la supervisión han cambiado mucho en los últimos 40 años, de manera que hoy en día "es una de las minerías más seguras para la salud de las personas y para el medioambiente".

Desde que comenzó la guerra de Ucrania, Europa está obsesionada con reducir su dependencia energética de Putin, pero conseguirlo no es tan fácil. De hecho, España importa cantidades récord de gas natural licuado procedente de Rusia. La llegada de petróleo sí ha sufrido un importante descenso, pero no se ha eliminado por completo. Y de la energía nuclear apenas se habla, pero lo cierto es que los rusos nos suministraban en torno a un tercio (el 29,1 % en 2021) y en la actualidad, pese a los esfuerzos por buscar alternativas, siguen llegando importantes cantidades. En ese contexto, el anuncio realizado hace pocos días por una empresa minera ha llamado la atención: aseguran que si les dejan explotar el uranio de la provincia de Salamanca podrían "cubrir la totalidad del combustible para las centrales nucleares españolas durante los próximos 20 años". ¿Qué hay de cierto en este proyecto?

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