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Así se usa la red de fibra óptica de La Palma para monitorizar los terremotos del volcán
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a través de la 'fibra oscura'

Así se usa la red de fibra óptica de La Palma para monitorizar los terremotos del volcán

Investigadores han colocado sensores en un cable de unos ocho kilómetros de largo y utilizan hilos de 'fibra oscura', no empleada para transmitir datos, para distribuir rápidamente señales sísmicas

Foto: Ríos de lava emergen del volcán de La Palma. (Reuters)
Ríos de lava emergen del volcán de La Palma. (Reuters)

Todos los recursos son pocos para monitorizar la actividad del volcán de La Palma, que en los últimos días ha experimentado sucesivas rupturas en su cono principal, lo que genera aún más incertidumbre en las zonas próximas al área del municipio de El Paso donde surgió hace más de un mes, concretamente el pasado 19 de septiembre, un nuevo volcán en el Parque Natural de Cumbre Vieja, la zona en la que en el pasado surgieron los últimos episodios de actividad eruptiva de la isla. Para ayudar a detectar los movimientos sísmicos asociados al volcán, un grupo de investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha coordinado la instalación en la zona de unos sensores que convierten el cableado de fibra óptica de La Palma en una red de sensores que, a modo de entramado sísmico, es capaz de realizar mediciones y transmitir señales sísmicas para distribuirlas rápidamente al Instituto Geográfico Nacional (IGN) y al Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).

Tal y como explican desde el CSIC en una nota informativa, se trata de un dispositivo interrogador DAS —siglas en inglés que significarían en castellano detección acústica distribuida—, desarrollado conjuntamente por el Grupo de Ingeniería Fotónica de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) y el Instituto de Óptica del CSIC (IO-CSIC), que se ha situado sobre el cableado de fibra óptica de La Palma que usa el Observatorio de Roque de los Muchachos para conectarse a la Red Académica y de Investigación Española (RedIRIS). El instrumento transforma un cable de fibra de aproximadamente ocho kilómetros de largo en una red sísmica de miles de sensores que detectan movimiento del terreno, es decir, terremotos, permitiendo mejorar el monitoreo de la actividad sísmica que persiste en la isla a causa de la erupción del volcán.

Foto: Ordenan nuevas evacuaciones. (EFE)

En concreto, el dispositivo DAS utiliza hilos de 'fibra oscura', que no se emplean para la transmisión de datos, para darles una segunda vida llevando a cabo mediciones y transmitiendo las señales. Los datos que recopile esta red sísmica completarán, según apuntan desde el CSIC, los obtenidos por aquellas redes de sismógrafos convencionales que se encuentran actualmente operativos. Asimismo, el hecho de que haya un gran número de sensores dispuestos a lo largo de la red, uno por cada 10 metros de cable concretamente, puede ayudar a determinar la localización del tremor volcánico generado por la erupción, así como rastrear los cambios que experimenta en el tiempo.

Ya en el verano de 2020, un grupo de investigadores convirtió el cableado de fibra óptica submarino que conecta las islas de Gran Canaria y Tenerife, "ubicados en una zona de alta actividad sísmica", de acuerdo con lo que indicó ya en su momento la Universidad de Alcalá en una nota informativa, en una red de sensores "capaz de detectar terremotos tanto cercanos como distantes, a miles de kilómetros de su epicentro". El dispositivo, vinculado también a tecnología DAS, emite pulsos láser a través de la fibra óptica y mide las pequeñas fracciones de señal reflejadas en las imperfecciones microscópicas del interior del cable, que se convierten en los puntos de referencia a tener en cuenta tras vibraciones del suelo al variar su posición.

Además, este entramado de sensores también puede captar cuando se posiciona bajo el agua señales que pueden estar causadas por procesos relacionados con gases o corrientes oceánicas profundas, al igual que algunas que emiten mamíferos marinos y que sirven para estudiar su comportamiento. En 2018, el estudio de la sismología mediante la fibra óptica permitió detectar desde el área metropolitana de Pasadena (California) un terremoto ocurrido en las islas Fiji, a más de 9.000 kilómetros del estado.

Todos los recursos son pocos para monitorizar la actividad del volcán de La Palma, que en los últimos días ha experimentado sucesivas rupturas en su cono principal, lo que genera aún más incertidumbre en las zonas próximas al área del municipio de El Paso donde surgió hace más de un mes, concretamente el pasado 19 de septiembre, un nuevo volcán en el Parque Natural de Cumbre Vieja, la zona en la que en el pasado surgieron los últimos episodios de actividad eruptiva de la isla. Para ayudar a detectar los movimientos sísmicos asociados al volcán, un grupo de investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha coordinado la instalación en la zona de unos sensores que convierten el cableado de fibra óptica de La Palma en una red de sensores que, a modo de entramado sísmico, es capaz de realizar mediciones y transmitir señales sísmicas para distribuirlas rápidamente al Instituto Geográfico Nacional (IGN) y al Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).

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