El efecto hipnótico de La Palma: la erupción del volcán crea estas ondas de gravedad

No solo por tierra, desde los municipios de La Palma cercanos a la erupción volcánica, se ha seguido la evolución del Cumbre Vieja desde que comenzase a expulsar magma; sino que panorámicas captadas desde las alturas por medio de distintos proyectos de observación satelitales también están sirviendo para saber más acerca de los efectos que está generando en el entorno la expulsión de materiales eruptivos. Con estas imágenes cenitales en la recámara, se ha observado un fenómeno atmosférico en el cielo de la isla de La Palma en los últimos días provocado por la columna eruptiva compuesta por una mezcla de piroclastos y gases de alta temperatura que asciende verticalmente por encima del cráter hacia la atmósfera.

En sintonía con los vídeos que ha compartido el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) o la Asociación Meteorológica Española (AME) en la red social Twitter, a raíz de la erupción del volcán se han podido observar en el cielo lo que en términos meteorológicos se llama 'ondas de gravedad', que en este caso se han dado acompañadas de 'Altocumulus undultus', nubes de altitud media con formas globulares y que generalmente son de color blanco puro o ligeramente oscurecido, como así explican en el meteoglosario visual de la Aemet.

Estas ondas de gravedad, uno de los tres tipos de ondas atmosféricas que se dan en latitudes medias junto a las acústicas y las de Rossby, se caracterizan por ser "más ubicuas", dando la impresión de estar presentes en muchas zonas a la vez, y por darse, asimismo, "en un rango de escalas espaciales que va desde unos pocos kilómetros hasta la planetaria", se puede leer en el sitio web de la Aemet en un documento sobre un proyecto de investigación de la dinámica atmosférica en Europa. Dichas ondas, que transportan energía de unas regiones a otras, se pueden producir "tanto por la interacción del flujo con la orografía como por la convección profunda debida, por ejemplo, a las tormentas".

La aparición de ondas de gravedad en el cielo de La Palma en paralelo a la erupción del volcán Cumbre Vieja se explica por la presencia de aire cálido en la atmósfera a consecuencia del penacho volcánico. En palabras que ha utilizado el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, son las ondulaciones que provocan las emisiones del volcán al alcanzar un estrato de aire estable que se ve perturbado por esta acción, de la misma forma que el agua de un estanque lo hace cuando se lanza una piedra. "En este caso, las piedras son los 'pepinazos' de la erupción y la superficie del estanque es la capa de aire estable que reposa sobre la capa de inversión térmica", ha explicado, por su parte, respecto de este fenómeno José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored.

En conclusión, estas ondas se generan "como respuesta a desequilibrios en el campo de presión", en sintonía con lo que se concreta en otro documento disponible en la página web de la Aemet, por lo que el estado de la atmósfera en un instante determinado es el producto de esta combinación de ondas, que sirven a su vez de mecanismo para que la atmósfera intente restablecer de nuevo su estado de equilibrio, explican desde el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS, por sus siglas en inglés) respecto de la definición de este fenómeno atmosférico.

"Si bien estas olas generalmente no influyen en los patrones climáticos a gran escala, pueden generar eventos de menor escala. A veces se pueden ver en imágenes de radar y producen algunos patrones característicos de nubes", señalan desde el NWS. Precisamente a través del mapa interactivo de la NASA de todo el mundo en el que se recopilan imágenes satelitales de alta resolución, se pudo ver este 1 de octubre de forma clara cómo sobre el cielo de La Palma se han formado en los últimos días estas ondas de gravedad, con un fundamento físico similar al de las ondas que se producen en la superficie del mar y que generan nubes por la presencia de elementos desencadenantes como las montañas, las corrientes ascendentes de tormentas eléctricas o, en este caso, las erupciones volcánicas.