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Verdes por la nuclear: "El cambio climático es un problema mayor que los residuos"
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EL NUEVO ECOLOGISMO ESCANDINAVO

Verdes por la nuclear: "El cambio climático es un problema mayor que los residuos"

Europa está dividida acerca del papel que debe tener la energía nuclear —con mala fama pero bajas emisiones de CO2— en el futuro de la Unión y la lucha contra el cambio climático

Foto: Un pasajero observa un símbolo nuclear en San Petesburgo, Rusia. (Reuters)
Un pasajero observa un símbolo nuclear en San Petesburgo, Rusia. (Reuters)

Hace cuatro años, coincidiendo con el comienzo de la cumbre donde se forjó el Acuerdo de París, cuatro científicos estadounidenses muy conocidos por sus estudios pioneros sobre cambio climático y sus efectos sobre el ecosistema —James Hansen, Ken Caldeira, Tom Wigley y Kerry Emanuel— escribieron una tribuna en 'The Guardian' que sacudió los pilares del centro de convenciones parisino: 'La energía nuclear allana el único camino viable hacia el cambio climático' era su título.

Ninguno de los cuatro era sospechoso en su compromiso contra el calentamiento global. Hansen, de los primeros en advertir acerca de los nocivos efectos del CO2 sobre el clima al testificar ante el Congreso de los Estados Unidos en 1988, incluso había sido detenido por participar en protestas contra la minería de carbón mientras ejercía de director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA. Emanuel, por su parte, es republicano y meteorólogo en el MIT, pero los cuatro estaban de acuerdo en una cosa: "Al sistema climático le preocupan las emisiones de efecto invernadero, no si la energía procede de las renovables o de la nuclear".

Foto: El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli. (EFE)

Ni que decir tiene, a los cuatro les acabaron cayendo críticas inmisericordes. En las mismas páginas del diario inglés, llegaron a ser acusados de heraldos de "una nueva forma de negacionismo" por Naomi Oreskes, profesora de Historia de la ciencia en Harvard.

Sin embargo, hay que reconocerles que rompieron el hielo para reconducir un debate que tanto políticos y como movimientos conservacionistas han tenido congelado durante mucho tiempo. Si el cambio climático es cada vez más una emergencia, como este mismo jueves declaró el Parlamento Europeo, ¿podemos seguir prescindiendo de una energía estable y que proporciona más del 20% de la electricidad sin emitir dióxido de carbono como soporte para las renovables? Sí, el eterno problema de los residuos sigue ahí, pero si se habla de una emergencia, ¿no pasaría a ser secundario?

Foto: Preparativos en Ifema para acoger la COP25 desde el 2 de diciembre. (EFE)

Algunos de los partidos reunidos en Estrasburgo han decidido que es el momento de retomarlo. El punto número 56 de la resolución aprobada decía inicialmente que la Unión Europea "cree que la energía nuclear no es ni segura, ni medioambientalmente ni económicamente sostenible; propone, por tanto, que una estrategia de transición justa sea desarrollada para reducir progresivamente la energía nuclear en la UE".

Muchos partidos se opusieron a este punto. Concretamente el MoDem francés, partido centrista dirigido por François Bayrou, los nacionalistas flamencos del N-VA representados por Assita Kanko o el Partido Verde finlandés, uno de los pocos partidos ecologistas europeos (junto a los suecos) que defienden la energía nuclear como respuesta a la amenaza climática. En la resolución final apareció, finalmente, modificado y más proclive a la nuclear.

En el debate climático, como en cualquier asunto que tiene que ver con el medio ambiente, hay precipicios enormes entre lo que dicen los científicos que hay que hacer, lo que realmente hacen los políticos y lo que al final llega a los ciudadanos. En este caso, algo que muchos científicos han estado apoyando con datos parece haber atravesado al fin uno de esos precipicios y haber alcanzado a algunos de estos políticos.

Johanna Kohvakka, encargada de 'Finnish Greens for Science and Technology', una división del partido verde finlandés (Vihreät-De Gröna) responde a las preguntas de El Confidencial sobre su posicionamiento:

PREGUNTA: Aunque la energía nuclear es una baja en emisiones de CO2, no es común ver partidos ecologistas o ambientalistas apostar por ella. ¿Ocurrió esto de forma natural en Finlandia o hay otros partidos o ambientalistas en contra? ¿Cómo es la situación allí?

RESPUESTA: Hay cada vez más ambientalistas que apoyan la energía nuclear hoy en día, como Norris McDonald. ¿Probablemente esta carta abierta fue una de las cosas que hizo a muchos cambiar de idea? La organización de conservación de la naturaleza más grande de Finlandia, SLL, no exige la eliminación gradual de la energía nuclear existente, pero permite a los reactores operar hasta el final de su vida útil. La oposición hacia las nuevas instalaciones es más fuerte entre las ONG o los verdes nacionales, pero también están más abiertos a nuevas soluciones tecnológicas como los pequeños reactores modulares. Muchos verdes en Finlandia han aceptado la energía nuclear como parte de la producción de energía baja en carbono porque otras opciones son inadecuadas y no tenemos más tiempo para esperar debido al cambio climático. Probablemente el último informe del IPCC fue la razón que cambió la mente de muchas personas.

Por primera vez, más votantes verdes están a favor de la energía nuclear (32%) que en su contra (28%)

Además, como muestran las encuestas recientes, por primera vez más votantes verdes están a favor de la energía nuclear (32%) que en su contra (28%).

P: Actualmente, Finlandia planea abrir dos nuevos reactores. ¿Cómo afectará esto a los compromisos de cambio climático del país? ¿Será eso suficiente para acabar con el carbón?

R: Finlandia tiene una ley para eliminar el carbón de aquí a 2029. Dos nuevos reactores producirían anualmente alrededor de 23 TWh de electricidad libre de dióxido de carbono. Eso es más que suficiente para descarbonizar la producción de turba y carbón. Finlandia está muy avanzada en la limpieza de su red eléctrica. Sin embargo, persisten grandes desafíos en la limpieza de la producción de calor como calefacción y usos industriales. También existe la posibilidad de que la energía nuclear sea una solución en este sector.

P: ¿Cuáles son los planes en Finlandia para los residuos nucleares?

R: Tenemos un depósito de desechos de 500 metros de profundidad en nuestra roca madre en Olkiluoto. El grupo finlandés de Los Verdes por la Ciencia y la Tecnología lo visitó a principios de este año y estaban convencidos de los planes y de la tecnología. Es el primer depósito de este tipo en el mundo para residuos de alto nivel.

placeholder Johanna Kohvakka, en 2016. (YouTube)
Johanna Kohvakka, en 2016. (YouTube)

No es ideal que tengamos que almacenar desechos durante miles de años, pero el almacenamiento de desechos puede convertirse en una política de respaldo en el caso probable de que puedan reutilizarse en lugar de almacenarse en el futuro. De todos modos, si hay que elegir entre el cambio climático y el almacenamiento de residuos, el primero es un problema mayor para el futuro de la humanidad.

P: ¿Ha encontrado apoyo pro-nuclear en otros países europeos, especialmente entre partidos o grupos ecológicos?

R: En el Reino Unido hay un grupo de Verdes para la Energía Nuclear. En las últimas semanas, desde que comenzamos una red de habla inglesa en 'Greens for Science and Technology', unos cuantos verdes nos contactaron desde Polonia, Suecia o España porque están a favor de la nuclear debido al cambio climático.

placeholder Planta nuclear de Cruas-Meysse, al sudeste de Francia. (Reuters)
Planta nuclear de Cruas-Meysse, al sudeste de Francia. (Reuters)

Los partidos verdes del norte de Europa no están solos en su defensa de la nuclear para combatir el aumento de emisiones de efecto invernadero. De hecho, y pese a la resolución del Parlamento, la Comisión Europea ha lanzado esta semana su visión estratégica a largo plazo ('Un planeta limpio para todos') en la que deja claro que "la energía nuclear sigue siendo un componente importante en el mix energético para 2050" e identifica algunas prioridades como "incrementar continuamente la seguridad, mejorar el coste-eficiencia de las centrales nucleares y aumentar la cooperación entre Estados Miembros para dar licencia a centrales nuevas y existentes".

El mensaje es inequívoco, ya que hasta Foratom, el 'lobby' nuclear de Bruselas, se ha congratulado por el anuncio.

De nuevo, tenemos un escenario contradictorio: Europa dice que abogará por impulsar la energía nuclear y la mayoría de sus países que cerrarán sus reactores cuanto antes. Pero ¿cuáles de todos este puñado de políticos llevan razón? ¿Qué habría que hacer según los que realmente saben del tema?

Hechos probados

Informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de 2015: en la mayor parte de escenarios compatibles con el 1,5 ºC —esto es, que la temperatura media global en 2100 no crezca más de 1,5 ºC con respecto a niveles preindustriales— entre el 70 y el 85% de la energía debe ser renovable. Para el resto de la generación eléctrica, dice este órgano de la ONU, los porcentajes de nuclear y de combustibles fósiles con captura y almacenamiento de dióxido de carbono crecen en la mayor parte de estos escenarios. Que la población, y con ella la demanda mundial de energía, crecerán de aquí a final de siglo es otro hecho incontrovertible.

¿Cuánto? Según este informe publicado en mayo por la Agencia Internacional de la Energía, dos tercios de la nuclear actualmente instalada desaparecerán en 2040. Sin embargo, para lograr los objetivos climáticos de París, los autores calculan que habría que duplicar la cantidad actual de energía nuclear, además de aumentar la eficiencia de las energías renovables.

El programa de coalición que Pedro Sánchez ofreció a Unidas Podemos tras las últimas elecciones tiene el "objetivo de alcanzar en 2050 una generación de electricidad con origen 100% renovable, y entre el 85% y el 95% en 2040, en base a un calendario de cierre de centrales de carbón y nucleares, sin aumento de los precios de la electricidad". Es cierto que, en función del viento, este mes hemos alcanzado en España que hasta el 54% de la energía sea de origen renovable; pero, si observamos la media de enero a octubre, la contribución media de las renovables ronda el 35% del total.

Sin embargo, añadiendo la nuclear a las energías renovables la cosa cambia: la media de electricidad producida en España sin emitir CO2 este año roza el 60% y ha superado el 71% este mismo mes, muy cerca de esas previsiones que tendríamos que lograr para alcanzar el nirvana climático del 1,5 ºC.

Alternativas hay, ¿pero sirven?

En marzo de 2011, Alemania contaba con 17 reactores nucleares operativos. Entonces, un tsunami arrasó la central de Fukushima —el peor accidente nuclear desde Chernóbil, 1986— y esto provocó una oleada de manifestaciones antinucleares en todo el mundo. Al gobierno de Angela Merkel no le tembló la mano y, dos meses después, anunció el cierre de todas las centrales nucleares del país para 2022, esto es, 14 años antes de la fecha anteriormente programada.

En enero de este año, Merkel fue criticada por traer al noreste alemán un gaseoducto desde el Báltico que hará aún más dependiente a Europa del gas ruso, de donde ya importamos un 40%. Su respuesta fue que también intentarían adquirir gas de otros sitios, como el GNL (Gas Natural Licuado) de Estados Unidos, "pero si abandonamos el carbón, si abandonamos la nuclear, entonces necesitaremos más gas natural. La energía, después de todo, debe ser asequible", apuntilló Merkel.

Si abandonamos el carbón, si abandonamos la nuclear, entonces necesitaremos más gas natural

Es fácil proponer el abandono de la nuclear en favor de las renovables, queda bien y da muchos votos. Es lo sensato. Pero ¿alguien ha echado cuentas?

Uno de los que sí lo han hecho es Mark Z. Jacobson, un profesor de Stanford que en 2017 publicó una hoja de ruta para que 139 países de todo el mundo (también España) contaran en 2050 con un 100% de energía renovable. El modelo es loable pero osado, ya que exigiría que dentro de apenas 30 años todos los sectores, no solo el de la generación eléctrica, prescindieran tanto de la nuclear como de los combustibles fósiles y que en países como Rumanía, Senegal, Siria o Tayikistán hasta el último viaje en coche o vuelo en avión se realizara con vehículos eléctricos o alimentados por pilas de hidrógeno.

Los modelos de Jacobson van en contra incluso de las previsiones del IPCC, pero eso es algo de lo que el profesor estadounidense "se siente orgulloso". En cuanto a la energía nuclear, Jacobson no quiere ni oír hablar de ella. Un estudio más reciente donde analizaba el papel que podría tener esta energía tiraba por tierra cualquier forma de colaboración entre este tipo de producción de electricidad y las renovables en el futuro, advirtiendo que generalizar el átomo en países que nunca han inaugurado un reactor abría la puerta, por ejemplo, a la proliferación de armas nucleares.

placeholder Edad media de las centrales nucleares (IEA)
Edad media de las centrales nucleares (IEA)

Sin embargo, el informe sí mencionaba un factor que a menudo los partidarios de las nucleares pasan por alto: actualmente en Europa muchos de los reactores son viejos, con una media de edad de 35 años o más. Se puede extender moderadamente la vida de todas estas plantas, pero hacerlo más allá de lo aconsejable plantea muchos riesgos de seguridad, estabilidad y operatividad. Construir nuevas centrales siguiendo los diseños tradicionales es, según los analistas del Instituto Internacional de la Energía, casi imposible. Por el momento solo China, India, Rusia, Corea del Sur y un puñado de países lo están haciendo.

Hay una esperanza, no obstante, en los llamados pequeños reactores modulares y de cuarta generación: menos potentes que los actuales aunque capaces de producir en torno a los 300MW y que pueden emplear los residuos radiactivos como combustible. Sin embargo, el número de reactores de este tipo en construcción actualmente es cero. Son aún una entelequia universitaria.

Mientras unos gritan "la casa está ardiendo", otros debaten sobre si la manguera es la más apropiada

Estos son los hechos del llamado "dilema de la energía nuclear". En un escenario donde el cambio climático es considerado cada vez más una emergencia, la energía nuclear va desapareciendo y ese hueco es llenado por el carbón y el gas natural, que siempre están disponibles para cualquier emergencia.

Así están las cosas. Mientras unos gritan "la casa está ardiendo", otros debaten sobre si la manguera es la más apropiada.

Hace cuatro años, coincidiendo con el comienzo de la cumbre donde se forjó el Acuerdo de París, cuatro científicos estadounidenses muy conocidos por sus estudios pioneros sobre cambio climático y sus efectos sobre el ecosistema —James Hansen, Ken Caldeira, Tom Wigley y Kerry Emanuel— escribieron una tribuna en 'The Guardian' que sacudió los pilares del centro de convenciones parisino: 'La energía nuclear allana el único camino viable hacia el cambio climático' era su título.

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