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El 'Jurassic Park' pirenaico, o cómo unos españoles lograron clonar una cabra extinta
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la odisea de salvar al bucardo

El 'Jurassic Park' pirenaico, o cómo unos españoles lograron clonar una cabra extinta

Una historia relativamente desconocida pero que supuso un hito mundial en la clonación, apenas unos años después de la famosa oveja Dolly

Foto: El último ejemplar de bucardo murió en enero del 2000.
El último ejemplar de bucardo murió en enero del 2000.

El bucardo era fácil de matar. Tenía el doble de tamaño que una cabra común, sus cuernos eran más grandes y su pelaje más espeso. Cuando los cazadores, que en los 90 llegaban en masa al Pirineo en busca de especies únicas que añadir a su colección, les apuntaban con los rifles, los bucardos apenas reaccionaban. Se quedaban mirando desde los riscos pirenaicos, seguros de que allí arriban no llegaban las balas. Pero no. Fueron cayendo, uno a uno, hasta la extinción. El 6 de enero de 2000 se encontró muerto al último ejemplar de la especie. Una hembra.

Parecía el fin de la especie (y lo fue), pero tres años después un grupo de investigadores españoles y franceses conseguía que una cabra pariese un nuevo bucardo. Un clon de aquella última hembra que murió con el cambio de siglo. El cabrito apenas vivió diez minutos. Y durante esos diez minutos, por primera vez en el mundo, el ser humano consiguió 'des-extinguir' una especie en un laboratorio en Zaragoza.

"Si esto hubiese pasado en EEUU tendríamos una película de dos horas con George Clooney como investigador jefe", dice el director del documental

Una historia desconocida pero que supuso un hito mundial en la clonación, apenas unos años después de la famosa oveja Dolly. Una historia que este viernes se estrena en el cine Artistic Metropol de Madrid con el documental 'Salvar al bucardo' dirigido por Pablo Lozano, profesor de la Universidad de Zaragoza y especializado en cintas de divulgación científica. "Si esto hubiese pasado en Estados Unidos tendríamos una película de dos horas con George Clooney como investigador jefe", dice Lozano que ha tardado cuatro años en grabar este documental que se desarrolla en el último hábitat del bucardo, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

"Ahora hay científicos de todo el mundo intentando clonar especies extintas como el mamut", explica Lozano que se lamenta de que esos proyectos tengan visibilidad pero muy poca gente sepa que eso ya se hizo y se hizo en España. "Cuando hablé con José Folch -el investigador del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón y responsable del proyecto- estaba convencido de que ya habría un documental del National Geographic sobre esto", dice el director que se enteró del caso por la prensa. "En un primer momento iba a ser un documental sobre la clonación pero se fue haciendo más grande y cuenta una historia muy emotiva de gente que quería salvar al bucardo a toda costa".

placeholder Dibujo de 1898 de un bucardo en el Pirineo. (Wikipedia)
Dibujo de 1898 de un bucardo en el Pirineo. (Wikipedia)

Y es que este grupo de expertos en conservación trabajó durante más de diez años en intentar salvar una especie única de los Pirineos que se puso de moda cazar durante los 90. "Venía gente de todas partes de Europa a cazarlos", explica Lozano. Cuando se dieron cuenta de que salvar la especie era imposible, José Folch y su equipo decidieron capturar a una de las últimas hembras vivas para recopilar su material genético con la intención de intentar una clonación. "Unos años antes se había clonado a Dolly, con la diferencia de que aquí no había ninguna hembra que pudiese portar el embrión, no sabían ni el tiempo de gestación ni nada".

Al final, después de implantar más de 700 embriones en 50 cabras, solo una de las cabras consiguió llevar a término el embarazo. "En el documental hay unas imágenes inéditas del nacimiento", dice el director, "es muy emocionante porque puede verse lo que iban pensando los investigadores, desde la alegría cuando nace, hasta el momento en que se dan cuenta de que al cabrito le pasaba algo".

El clon de bucardo había desarrollado un tumor en uno de sus pulmones que le impedía respirar y a los diez minutos de su nacimiento murió. Diez minutos de júbilo que terminaban con tres años de trabajo.

"No se ha vuelto a intentar, no hay voluntad política y tampoco financiación, hay mucha gente que está en contra", explica Lozano. La clonación de especies es un tema controvertido y, aún más, en el caso de animales desaparecidos. El ejemplo más conocido es el del mamut, después de que un grupo de genetistas japoneses plantease la posibilidad de 'resucitar' al herbívoro prehistórico. ¿Podríamos entonces llegar a ver un Parque Jurásico real, con dinosaurios y mamuts lanudos? Es una de las dudas que plantean los detractores de la clonación, además de no estar muy claro qué especies podrían resucitarse y cómo reinsertarlas en un hábitat que no se corresponde con el suyo.

Por ahora, el material genético de esta cabra pirenaica sigue estando allí, a la espera de un nuevo intento de resucitar al bucardo de la extinción.

El bucardo era fácil de matar. Tenía el doble de tamaño que una cabra común, sus cuernos eran más grandes y su pelaje más espeso. Cuando los cazadores, que en los 90 llegaban en masa al Pirineo en busca de especies únicas que añadir a su colección, les apuntaban con los rifles, los bucardos apenas reaccionaban. Se quedaban mirando desde los riscos pirenaicos, seguros de que allí arriban no llegaban las balas. Pero no. Fueron cayendo, uno a uno, hasta la extinción. El 6 de enero de 2000 se encontró muerto al último ejemplar de la especie. Una hembra.

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