Este móvil resiste temperaturas extremas. Es una idea más brillante de lo que parece

Resistir varios días en un congelador y utilizarlo como reclamo de marketing para un teléfono puede llegar a ser considerado una mala idea… o, en su defecto, una manera simpática y llamativa de hacer ruido tras una marcha forzada y dolorosa, muy dolorosa.

Y es que 2023 no fue precisamente un buen año para OPPO. La firma china se vio envuelta en una importante pelea judicial con Nokia de la que no salió bien parada —por el uso de unas patentes de los finlandeses y el reclamo de una cuantiosa cantidad de dinero—, hasta tal punto que dejó de vender en países como Alemania o Francia. En España activó el modo "piloto automático", manteniendo la venta de ciertos modelos pero no apostando por traer propuestas nuevas que se quedaron en territorio chino y sin pisar por tanto el mercado europeo.

Por ello, haber probado ahora el OPPO Reno 11F 5G ha sido sin duda para mí una buena doble noticia: primero, porque significa que la firma reactiva su presencia en nuestro mercado; segundo, porque además se trata de un gama media muy interesante que (spoiler) no deberías perder de vista.

Pero entonces, ¿resiste al congelador?

Y tanto que lo hace. Aunque, como decía, la gran mayoría de los mortales no nos compramos un smartphone por su aguante en condiciones extremas, no está de más saber que tu teléfono será capaz de resistir cambios de temperatura bastante bruscos así como caídas importantes.

En concreto, el terminal aguanta desde -20º hasta 55º grados, una amplia horquilla en la que se compromete a funcionar como siempre, sin que su rendimiento se vea alterado, e incluso a cargar la batería sin tampoco sufrir alteraciones por ello. Por si fuera poco, también asegura no romperse a la primera de cambio, soportando golpes sin inmutarse.

Confieso que lo de usar mi teléfono como pelota contra el suelo no es algo que me atraiga demasiado, pero sí que he caído en la tentación de meterlo en el congelador como si fuera un túper de comida para comprobar si todo seguía sin alteraciones pasadas unas horas. El resultado fue el prometido: el teléfono estaba frío, muy frío, pero funcionaba perfectamente e incluso su pantalla, a pesar de estar humeda por el cambio de temperatura, se manejaba al tacto sin problema. Lo dicho: no es una razón de peso (salvo que te pases el día en ambientes extremos) para fijarte en este smartphone, pero sí un añadido que suma dentro de un listado de interesantes cualidades.

Algo más que un cuerpo resistente

Evidentemente este teléfono es algo más que un cuerpo súper resistente. A nivel interno la firma ha apostado por un procesador relativamente nuevo de MediaTek (el Dimensity 7050, para ser más concretos) junto a 8 GB de RAM que me han resultado más que suficientes para mover todo con eficacia.

Color OS 14 es el sistema operativo encargado de darle vida, basado en Android 14, una interfaz amigable, vistosa y sin complicaciones para prácticamente cualquier usuario. No merecería más mención si no fuera por su llamativo bloatware. En serio, es terrible. Llevaba apenas unos minutos de estreno con el teléfono y en el menú ya tenía instalado por defecto Temu, Facebook, la tienda de apps de OPPO, varios juegos y un sinfín más de soluciones que nunca pedí. No me molesta encontrar alguna que otra app preinstalada del fabricante de turno, pero en este caso me parecen excesivas las libertades que se ha tomado la firma en instalar cosas que, al menos (por suerte), siempre se pueden desinstalar.

El manejo por los menús es fluido, las apps abren de manera rápida y no se atisba lag por ningún lado. Incluso a la hora de jugar cumple con dignidad, pudiendo ejecutar títulos diversos sin un calentamiento excesivo y con la soltura necesaria para que se disfruten sin problemas. Su rendimiento no te va a dejar con la boca abierta, pero tampoco será un problema en la gran mayoría de tareas que realices. Igualmente su lector de huellas integrado en pantalla responde siempre de manera rápida y el reconocimiento facial también se ha comportado con nota siempre que he procedido a su desbloqueo con él.

Si a esto le sumamos una pantalla de 6,7 pulgadas que se ve realmente bien, con buenos colores y contraste, conformamos sin duda un equipo que pinta como ganador. Y es que este teléfono viene con un panel AMOLED que goza además de muy buen brillo (y comportamiento bajo el sol) y un refresco a 120 Hz que ayuda a tener una mejor sensación de fluidez si cabe mientras lo manejamos.

En cuanto a su diseño, no puedo dejar de elogiar su intento de ser diferente. Debo confesar que su patrón de ondas desiguales no es precisamente mi debilidad —¿sabes cuándo se moja un cristal y aparecen pequeños "charcos" bajo el mismo? Pues a eso me recuerda—, pero, lo dicho: aprecio la propuesta, por intentar ser algo disruptiva y aportar novedad a su espalda trasera. Me gusta además que tenga los bordes planos, para agarrarlo mejor, y el manejo con una mano, a pesar de tu tamaño, no me ha resultado complicado, gracias también a un peso muy ligero. Increíblemente ligero, de hecho. No sé si será porque soy usuaria habitual del iPhone 15 Plus (que marca 201 gramos en la báscula), pero los 177 gramos de este OPPO me han resultado increíblemente cómodos.

La batería siempre es un tema importante a la hora de hablar de un terminal y aquí no iba a ser menos. El teléfono cuenta con un módulo de 5,000 mAh que te va a dar para una jornada completa de uso intensivo sin problema alguno y que incluso puede estirarse bastante más si tampoco estás todo el día refrescando el feed de Instagram o viendo vídeos de YouTube. A este músculo hay que sumarle el empuje que recibe de un cargador de los que quitan el hipo: un Super Charger de 65 watios que carga el 30% de la batería en solo 10 minutos y el 100% en tan solo 48 minutos -te lo promete el fabricante y te lo corroboro yo: los clava. ¿El problema? Que dicho cargador no viene incluido en la caja (en ella solo encontrarás un cable USB-C a USB-A, que es el que emplea el susodicho enchufe); si quieres disfrutar de las mieles de la alta velocidad tendrás que adquirirlo aparte.

Por último, pero no menos importante, debo contarte qué tal se desenvuelve a nivel fotográfico. En este punto y hablando de un teléfono de gama media siempre me gusta recordar un refrán que muchos a veces siguen sin querer aceptar: no podemos pedirle peras al olmo. Puestos en contexto, te diré que el OPPO Reno 11F disfruta de la configuración típica, con un sensor principal de 64 megapíxeles y de dos adicionales, siendo uno un gran angular de 8 MP y otro un macro de 2 MP. El primero logra buenas fotos de día, con un enfoque rápido, un detalle de imagen y balance de color correctos y rapidez en su procesamiento. No vas a encontra pegas en este aspecto. Por la noche, como siempre, la calidad cae, pero aún con esas podemos decir que el teléfono se comporta de manera decente, con algo más de parcheo cuando empleamos su modo noche -captura bastante luz pero el precio a pagar es mayor efecto acuarela y hasta algo de saturación en los colores.

Con el gran angular la cosa ya se pone algo menos favorable, pero la sorpresa sería que no fuera así. Los gama media adolecen siempre de este aspecto y este OPPO no ha sido una excepción, con una mayor pérdida de detalle y un manejo del color menos acertado. En cuanto al macro, es sin duda el peor el conjunto y donde sí que esperaba quizás un rendimiento algo superior que no ha sido así.

¿Te lo compras?

OPPO ha decidido poner el foco en la gama media y no me parece una mala estrategia. Es cierto que se trata de un segmento terriblemente competitivo, pero al mismo tiempo es un lugar interesante para moverse y captar de nuevo la atención del público. Y es que ese es el mayor reto que tiene ahora la compañía: el usuario medio suele apostar por marcas conocidas, y el parón de OPPO puede jugarle una mala pasada en ese sentido.

Quien apueste por este teléfono, eso sí, se lleva un equipo bastante pudiente, de buen diseño y pantalla (de sus mejores cualidades), que responde bien, con una fotografía correcta y con una autonomía muy cómoda para el precio por el que podemos encontrarlo —su PVP es de 399€, pero en Amazon lo tienes de oferta a 347 euros—. No dudo que alguna promoción que rebajara todavía más su coste ayudaría a darme la tranquilidad absoluta de decirte que te lances a por él de cabeza, pero aún así, considero que es un teléfono que puede darte bastantes alegrías, sobre todo, resistiendo con dignidad al tiempo... e incluso a los inviernos más fríos.

Lo mejor

+ Su pantalla se ve muy bien

+ Calidad de acabados y resistencia

+ Buena autonomía con carga súper rápida

Lo peor

- El "súper cargador" no viene en la caja

- La cámara podría ser algo mejor fuera de las condiciones ideales

- El blotware es excesivo

Alternativas al Reno 11F 5G

En caso de que tengas seguro que quieres un gama media, pero buscas apretar un poco más el presupuesto, existen otras opciones en el mercado igualmente interesantes en un rango de precios similar o incluso más bajo.

Realme 12 Pro

Realme nunca decepciona y desde que llegó a nuestro mercado ha sabido demostrar que su hueco en el segmento de gama de entrada y media es más que merecido. El 12 Pro es una interesante alternativa por 329 euros, con buena pantalla, cámara y batería con misma carga de infarto.

Motorola Edge 40 Neo

Tuve la oportunidad de probar este modelo hace unos meses y me sigue pareciendo una de las compras más inteligentes del momento por el precio que tiene. Un telefonazo por pantalla, cámara, sonido, desempeño… y no supera los 300 euros.

Google Pixel 7a

Este Pixel supera ligeramente a nuestro protagonista en precio (362 euros), pero a estas alturas imagino que no tengo que explicarte que dicha diferencia está, de lejos, justificada. De hecho, me parece otra de las mejores apuestas telefónicas que puedes hacer ahora mismo, a pesar de ser un terminal de la primera mitad del 2023.

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