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Siete días con el primer 'smartphone' plegable que no guardaría en un cajón para siempre
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NO ES PERFECTO, PERO ES MEJOR QUE NUNCA

Siete días con el primer 'smartphone' plegable que no guardaría en un cajón para siempre

No soy excesivamente fan del formato, pero reconozco que Oppo ha realizado con el Find N un trabajo de diseño que elimina alguno de los grandes problemas que han tenido estos dispositivos

Foto: Foto: EC.
Foto: EC.

En la industria tecnológica existe una norma no escrita que viene a decir que el primero que llega a algo suele ser el que se lleva el gato al agua. Hay veces que este dicho parece grabado en piedra como si fuese algo tan irrefutable como la ley de la gravedad. Y en el gremio de la electrónica de consumo ha quedado este principio cuestionado en múltiples ocasiones. Un buen ejemplo, es Apple y sus iPhones, que, al tener iOS, cuenta con una menor presión competitiva que el resto y puede permitirse tardar más en meter un tercer sensor en sus cámaras, sumar la conectividad 5G o tal función o aquella otra. A pesar de llegar tarde en ciertas cosas, no suele salir penalizado. Todo lo contrario. Este quizás es un caso muy particular, pero hay otros muchos como relojes inteligentes o auriculares inalámbricos, por citar algunos.

El último ejemplo es el de los teléfonos plegables. Antes de nada, hay que reconocer a Samsung y Huawei, los fabricantes que primero se pusieron a experimentar y a salirse de lo establecido, la valentía para hacerlo, aunque de sus primeros experimentos saliesen modelos que costaban prácticamente lo mismo que una tele de gama alta. He de confesar que, después de más de dos años probando diferentes modelos, no soy un firme creyente del formato y dudo que lo sea en el corto plazo.

No lo soy porque lo que prometen lograr no me seduzca, sino porque cómo lo ejecutan no me satisface y hace que, poco después del impacto y la sorpresa inicial, empiece a fijarme mucho más en los peros del dispositivo. Los terminales tipo concha quizá puedan tener un pase por eso de poder llevar algo realmente pequeño en el bolsillo. Sin embargo, el formato tan alargado de la pantalla cuando está desplegado no me entusiasma precisamente por eso, por lo alargada y lo poco natural que es.

En el caso de los que están concebidos en formato libro, directamente es que no encuentro ocasiones en los que realmente fuese cómodo usarlo. Utilizarlo desplegado en el metro o en el autobús no me daba toda la seguridad posible por las dimensiones del mismo. No me sentía cómodo manejándolo con una mano. En las reuniones de trabajo, algo similar. Es como si lo sintiese algo ingobernable. Y no he conseguido quitarme esa situación. Nunca. Bueno, hasta ahora. Después de dos años probando teléfonos plegables, me he encontrado con uno que, después de una semana de uso, no tengo ganas de meterlo a un cajón y dejarlo ahí hasta el fin de los días. Lleva la firma de Oppo y se llama Oppo Find N.

placeholder Oppo Find N, con la pantalla plegada. (M. Mcloughlin)
Oppo Find N, con la pantalla plegada. (M. Mcloughlin)

De momento, solo se vende en China de manera oficial, aunque en España es posible comprarlo a través de importadores. El precio oficial, con el que ha salido en su país natal, es de poco más de 1.000 euros al cambio. La opción de comprarlo a través de esas web de comercio electrónico sale por más de 1.200 euros y accedes a una versión que, aunque puedes utilizar aquí, no es la global. Mi consejo es que, si te pica la curiosidad, te esperes a que la marca empiece a traerlo a países occidentales, pero lo cierto es que todavía no tiene ni fecha ni confirmación.

Aun así, es interesante fijarse en este teléfono por un motivo. Soluciona tres de los grandes problemas que tiene este formato y que yo he experimentado cuando he empleado opciones similares. Que no es perfecto, probablemente. Pero creo que es la mejor ejecución de un teléfono plegable de esos planteados para abrirse como un libro y lo que pretenden es darte lo mejor del mundo móvil y de una tableta pequeña en un solo dispositivo. Otra cosa diferente es que no seas excesivamente fan del formato y te parezca un trasto demasiado enrevesado.

¿Por qué afirmo que ataja algunos de los mayores inconvenientes? La clave está en el diseño. En los Galaxy Fold se presenta un problema. La pantalla exterior me sigue resultando poco útil, a pesar de tener 6,2 pulgadas. Samsung sigue apostando por hacerla demasiado vertical y eso lo que ocasiona es que no me sea fluido, sienta todo muy encajonado y me sea incómoda para hacer acciones rápidas como contestar a un 'email' desde el móvil, poner un mensaje o un tuit. El Oppo Find N maneja un panel de 5,49 pulgadas, ligerísimamente curvada a los lados, casi sin marcos y con una cámara (una de las cinco) en un agujero en la parte superior. Aunque sea más pequeña, la relación de aspecto de 18:9 da como resultado una pantalla más ancha y no tan estirada, haciéndola mucho más gobernable con una sola mano.

placeholder Oppo Find N. (M. McLoughlin)
Oppo Find N. (M. McLoughlin)

En el interior, tenemos una pantalla de 7,1 pulgadas de diagonal. El aspecto es de 8.4:9, con un formato prácticamente cuadrado. El uso de las dos manos (a excepción de que lo sujetes de una esquina mientras lees o ves algo) es innegociable. Pero nuevamente queda todo mucho más a mano. ¿Dónde lo he notado? Al escribir. He ido muy rápido y todas las teclas quedaban fácilmente accesibles con los pulgares. Aquí, como decía, ya entran las filias y las fobias de cada cual y si cree que le saca provecho al invento.

Creo que, en el caso de las medidas, han dado en la tecla. El terminal pesa 245 gramos. Obviamente, no es un peso pluma, pero, al ser tan equilibrado el cuerpo, consiguen que no se sienta desbalanceado en las manos. El grosor, cuando está cerrado, como un tercio más de lo que puede suponer un iPhone con funda. No se puede pedir todo: que tenga dos pantallas, una flexible, que sea cómodo y que encima sea superestilizado. La tecnología también tiene sus límites.

Logran disimular muy bien la arruga que ha caracterizado a los plegables

Sobre el aspecto, cabe decir que su exterior está a la altura de un producto de lujo, un móvil de este precio lo es. El cristal templado (Gorila Glass Invictus, el más resistente de este fabricante) se combina con el aluminio de los bordes y el mecanismo que oculta la bisagra en su interior. En la parte trasera adquiere un acabado mate (esmerilado, le llaman ellos) que es muy suave y superagradable al tacto.

Los altavoces estéreo (con un resultado muy potable) se sitúan en los bordes inferiores, en las esquinas, por lo que, dependiendo cómo sujetes el Find N cuando está abierto, puedes tapar alguno. La pieza principal para la biometría (también está la opción del reconocimiento facial como en prácticamente todos los Android) es un lector de huellas situado en el lateral. Es accesible y responde bien. Sin más secretos en este punto, que estamos en 2021.

Sobre la calidad de los paneles, cabe comentar que son pantallas AMOLED en ambos casos, con resolución Full HD+ con picos de hasta 1000 nits de brillo. Sin pegas en este apartado. Haber apostado por una resolución 2K hubiese sido un lastre para la batería. La principal diferencia ente la externa y la interna es la tasa de refresco. La externa tiene 60 Hz y la interna un tope de 120. Particularmente, me inclino a pensar que lo mínimo exigible a estas alturas de la película son 90 Hz. Pero aquí es 'comprensible' un valor menor desde el punto de vista de que esa pantalla 'externa' no está concebida como punto central del terminal. En lo que se refiere al desempeño, poco que objetar. Es cierto que las AMOLED suelen tender a saturar un poco de más los colores, pero en este caso está muy bien equilibrado.

placeholder El Oppo Find N. (M. Mcloughlin)
El Oppo Find N. (M. Mcloughlin)

Enlazando con la pantalla, Oppo ha conseguido algo que su competencia había sufrido bastante y que me generaba un TOC mayúsculo: disimular la arruga. Esto se debe al diseño de una bisagra de la que llevan presumiendo desde el día de la presentación del teléfono. Si tienes el teléfono encendido hay que hacer esfuerzos para percibirla y solo se ve de forma llamativa inclinando mucho el teléfono. Punto de set para la factoría china en este sentido. Además, es que se 'cierra' completamente, sin hacerlo en forma de cuña, de manera que impide por completo la penetración de polvo al interior de la pantalla.

A la hora de abrirlo, se puede desplegar de forma completa hasta los 180 grados. Sin embargo, el mecanismo permite 'pararlo' entre los 50 y los 120 grados. Esto es útil por ejemplo para hacer una videollamada o usar la cámara remotamente. No han reinventado la rueda aquí, que esto ya lo hemos visto en otros teléfonos. Sin embargo, me ha resultado práctico en una circunstancia. Cuando iba en el tren o en el bus utilizando la pantalla grande y quería algo más de intimidad, lo plegaba ligeramente y podía tapar un poco más la pantalla de miradas furtivas. No es plan de ir dándole al Tinder a 7,1 pulgadas a vista de todos o enviado y recibiendo memes por WhatsApp mientras el usuario cotilla de al lado disfruta de la vista. Ya me pasó con el Fold en su momento. Uno se siente un poco desnudo en ciertas ocasiones.

Lo que han logrado con el diseño es sobresaliente, pero también creo que han avanzado en lo que se refiere al 'software'. Samsung ya había conseguido transiciones fluidas y una buena adaptación de Android al formato plegable. Sin embargo, Oppo ha traído algo más. Unos gestos que funcionan muy bien. Me ha resultado muy cómodo el gesto de llevar una 'app' hasta el borde, de manera que queda minimizada, pudiendo recuperarla rápidamente. Si queremos dividir la pantalla, basta con que deslicemos con dos dedos desde la parte superior.

placeholder Oppo Find N, visto desde el lateral. (M. McLoughlin)
Oppo Find N, visto desde el lateral. (M. McLoughlin)

Y, si hacemos un pellizco con cuatro dedos, pondremos la ventana flotando, pudiendo manejarla como podríamos hacerlo en un escritorio de Windows. También tenemos un menú lateral, que podemos desplegar deslizando desde la derecha hacia la izquierda. No es algo nuevo, que esto se lleva viendo en los Galaxy desde hace varias generaciones. Creo que todavía hay cosas que pulir, no este caso, sino en general, pero los añadidos de 'software' suman a la experiencia y la redondean bastante. También es de ley decir que Oppo venía con la lección aprendida. Es decir, ha tenido la oportunidad de ver en dónde y con qué tropezaban los que se atrevieron antes que ellos. Han tomado nota y lo han hecho bien.

Hasta aquí nos hemos encontrado lo realmente diferencial de este modelo. El resto está a la altura de lo esperable para un móvil que en caso de llegar de manera oficial costará 1.000 euros largos en nuestro país. Contamos con un Snapdragon 888 que vendrá en dos versiones. En el apartado de la RAM, podremos escoger 8 o 12 GB. En el del almacenamiento, 256 o 512. ¿Tiene un buen rendimiento? Rinde bastante bien y de manera eficaz.

placeholder Vista del teléfono Oppo Find N. (M. McLoughlin)
Vista del teléfono Oppo Find N. (M. McLoughlin)

No se calienta en exceso, salvo en los primeros momentos que utiliza la carga rápida. Durante el resto de la prueba, ha cumplido y sin tirones ni fallos reseñables. Habrá que verlo con el paso de los meses. La batería es de 4.500 mAh. Da la cara, pero, cuando he utilizado la pantalla interior, me ha dado la sensación de que podía llegar más justa al final del día. Todo depende de lo intenso que seas como usuario, claro está. Pero es de presuponer que, si te dejas este dineral en un terminal así, quieras aprovecharlo al máximo. Lo bueno, la carga rápida de 33 W de Oppo te facilita cargarlo en apenas media hora.

En el apartado de las cámaras, nos encontramos con propuestas similares a lo que ya hemos visto en los mejores teléfonos de esta casa, como el Find X3 Pro o el Oppo Reno 6 Pro. No es la mejor del mercado, pero ofrece un buen rendimiento y mucha versatilidad. Contamos con un sensor triple, presidido por un IMX766 de Sony, que ofrece una resolución de 50 megapíxeles y una apertura focal de f/1.8. Es una pieza que rinde bien en múltiples escenarios. Esta lente viene con estabilizar óptico de imagen. Cosa que no encontramos ni en el gran angular (un sensor de 50 megapíxeles y f/2.2 firmado por Sony) ni el teleobjetivo (un sensor de 13 megapíxeles que viene de la mano de Samsung). Las cámaras frontales, dos en concreto, están colocadas estratégicamente para que puedas hacer uso de ellas cuando está cerrado o abierto. En ambos casos tenemos un sensor de 32 megapíxeles y f/2.4 de apertura.

En la industria tecnológica existe una norma no escrita que viene a decir que el primero que llega a algo suele ser el que se lleva el gato al agua. Hay veces que este dicho parece grabado en piedra como si fuese algo tan irrefutable como la ley de la gravedad. Y en el gremio de la electrónica de consumo ha quedado este principio cuestionado en múltiples ocasiones. Un buen ejemplo, es Apple y sus iPhones, que, al tener iOS, cuenta con una menor presión competitiva que el resto y puede permitirse tardar más en meter un tercer sensor en sus cámaras, sumar la conectividad 5G o tal función o aquella otra. A pesar de llegar tarde en ciertas cosas, no suele salir penalizado. Todo lo contrario. Este quizás es un caso muy particular, pero hay otros muchos como relojes inteligentes o auriculares inalámbricos, por citar algunos.

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