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Todos contra Intel: los procesadores que te intentarán vender y cómo van a cambiar tu PC
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Todos contra Intel: los procesadores que te intentarán vender y cómo van a cambiar tu PC

Primero fue Apple y ahora Qualcomm. Los procesadores para 'smartphones' han evolucionado tanto que van a alumbrar una nueva generación de portátiles. Esto es lo que vamos a ver venir en los próximos meses

Foto: Foto: Reuters/Dado Ruvic.
Foto: Reuters/Dado Ruvic.

Apple celebró en la madrugada del martes en España una keynote que bautizó como Scary Fast. En una traducción un tanto gruesa podríamos intepretar este título como "aterradoramente rápido". Sin embargo, fue un evento de lo más previsible, si no llega a ser por el detalle de que la presentación, ambientada entre tinieblas con motivo de Halloween, se grabó íntegramente con un iPhone 15 Pro.

Se cumplieron todos los pronósticos y no hubo sorpresa alguna. Recibimos algún susto un tanto desagradable como un MacBook Pro que en nuestro país costará 2.000 euros y que vendrá solo con 8 GB de memoria unificada, que es como en Cupertino se refieren a la RAM. También está el asuntillo, incomprensible, por otra parte, de que los accesorios del nuevo iMac van a seguir anclados al puerto Lightning que ha sido eliminado hasta de sus teléfonos.

Los nuevos ordenadores de la marca californiana en realidad fueron la excusa para presentar en sociedad una nueva hornada de los procesadores de la compañía. Concretamente, la tercera hornada, tras los M1 y los M2. A diferencia de anteriores generaciones, donde se hicieron lanzamientos faseados, todos los M3 han venido de una tacada. Apple ha puesto de golpe sobre la mesa tres modelos, a cada cual más potente y más rápido que el anterior: el M3 a secas, el M3 Pro y el M3 Max. En resumen, una nueva demostración de lo bien que se le ha dado esto de crear sus propios chips.

Lo empezó haciendo en sus teléfonos, luego en sus tabletas y los buenos resultados les animaron hace ya un tiempo a dar el salto y hacer lo propio con los motores de sus Mac. El movimiento supuso emanciparse de Intel, a quien llevaba atada desde 2005. El cambio no simplemente fue cambiar un simple procesador. También fue cambiar el tipo de pieza que usaban y como la diseñaban. Hasta 2020, Apple utilizaba en sus portátiles procesadores Intel con arquitectura x86, una tecnología creada por la firma estadounidense y que prácticamente todo hijo de vecino, hasta AMD, utilizaba hasta ese momento en lo que se refiere a ordenadores y portátiles.

placeholder Tim Cook, durante la 'keynote', ambientada con temática de Halloween. (Apple)
Tim Cook, durante la 'keynote', ambientada con temática de Halloween. (Apple)

la firma de Tim Cook cambió los chips x86 por los chips ARM, una tecnología creada por una empresa británica homónima que se ha vuelto omnipresente en los smartphones y las tabletas de todo el mundo. Todos estos dispositivos utilizan procesadores con su arquitectura. Sin entrar en demasiados vericuetos técnicos, ganó tanta relevancia porque ofrecía la potencia suficiente para un aparato como un móvil y a la vez ofrecía una gran eficiencia energética, que es lo que importa en esta clase de aparatos.

Apple ha completado la transición entre una tecnologúa y otra a una velocidad pasmosa. La anterior vez que hizo algo así, hace casi dos décadas, tardó siete años en tener el catálogo solo con modelos equipados con chips con la arquitectura x86. Hace meses que ya no vende oficialmente ningún MacBook con Intel. Se regocija en presentaciones como las de esta semana, donde se da golpes de pecho diciendo que una de sus máquinas equipadas con el M3 ofrece un rendimiento once veces superior.

Apple, la avanzadilla del cambio

El éxito de la compañía de Tim Cook ha conseguido propiciar un cambio de paradigma que ahora puede acelerarse todavía más. Sus buenos resultados han hecho que otros actores se hayan metido en el ajo. Uno de ellos es Qualcomm, una compañía estadounidense que diseña, entre otras cosas, procesadores para móviles y es bastante popular entre los fabricantes de Android. Hace unos días celebró su cónclave anual, donde además de presentar su bestia parda para smartphones de alta gama, el Snapdragon 8 Gen 3, presentó el Snapdragon Elite X, un procesador para ordenadores basado en ARM.

La carta de presentación fue ambiciosa. Durante la presentacion sacó pecho frente al M2 Max, uno de los chips más potentes de Apple de 2022; y frente al i9 de Intel, el pata negra del mayor fabricante de circuitos integrados del mundo. No se trata de aburrir con datos técnicos, pero según los resultados de las pruebas realizadas por la propia Qualcomm supera a ambos procesadores en las dos prueba de referencia (mononúcleo y multinúcleo) que se hacen para medir el rendimiento de estos componentes, ofreciendo un ahorro energético del 30% y del 70% frente al M2 Max y el i9, respectivamente. Hay letra pequeña en este anuncio, pero es un avance cuanto menos prometedor. La letra pequeña tiene que ver con la construcción de estos procesadores de Qualcomm, que apuestan a todo los núcleos de potencia y no incluyen ningún dedicado a la eficiencia, como si es el caso de los Apple Silicon que combinan piezas de una y otra tecnología. Habrá que esperar a los primeros modelos comerciales, que llegarán a lo largo de 2024, para comprobar realmente hasta donde llegan sus posibilidades.

¿Por qué es tan importante la entrada en juego de Qualcomm con una alternativa solvente? Porque esta alternativa está pensada para los PC y no para los Mac. A Intel le supuso un golpe importante quedarse fuera del negocio de ordenadores del gigante de Cupertino, que el año pasado facturó 40.000 millones. Pero los ordenadores de Apple siguen siendo un trozo minoritario de todo el mercado de la informática personal. En julio de 2023, según datos recogidos por Statista, tenían una penetración mundial del 20,42%. Los equipos con Windows, prácticamente el 70%.

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Foto: Reuters/Dado Ruvic.

Prácticamente la inmensa totalidad de equipos que funcionan con el sistema operativo de Microsoft lo hacen con un procesador con arquitectura x86, bien de Intel o de AMD. Vamos, que si se populariza una alternativa basada en ARM puede acabar traduciéndose en un importante mordisco a las cuentas de la empresa dirigida por Pat Gelsinger. Según la consultora Canalys, en 2025 se espera que prácticamente uno de cada tres PC lleven uno de estos nuevos procesadores.

Hasta que Apple irrumpió con su propuesta y consiguió convencer a la industria de que era viable la vía ARM, el mayor problema que tenían esta tecnología era que los intentos habían fracasado estrepitosamente. A pesar de que la propia Microsoft llegó a lanzar algunos equipos Surface con este tipo de CPU no consiguió que los grandes de la industria adaptasen su software y sus programas a esta plataforma.

A esto se agarra Pat Gelsinger, CEO de Intel, cuando se le pregunta por este asunto. "Las alternativas de clientes de ARM y Windows, en general, han acabado como roles insignificantes en el negocio de los PC. Solemos tomar en serio toda la competencia. Pero creo que la historia nos guía aquí. No veo que estos sean potencialmente tan significativos", dijoen una llamada con inversores el mandamás de la firma de Santa Clara, que sigue apostando por la arquitectura x86 y evolucionarla hacia nuevas cotas. No le ha hecho cambiar de opinión ni el hecho que tanto AMD, su principal rival en el mercado de PC; como Nvidia, el mayor fabricante de tarjetas gráficas del mundo, hayan anunciado planes también para crear productos con tecnología de ARM.

placeholder Pat Gelsinger, CEO de Intel. (Reuters)
Pat Gelsinger, CEO de Intel. (Reuters)

El discurso de Intel tiene muchas lecturas. La primera de todas es que esta tecnología se le ha hecho ajena porque nunca apostó por ella y prueba de ello es que su relevancia en la industria de la telefonía móvil es bastante limitada. Pero estas declaraciones también chocan con el plan que Gelsinger ha puesto en marcha en el que utilizará las fundiciones de la compañía para producir chips para terceros y no únicamente sus productos. En dicha hoja de ruta se contempla la fabricación de chips ARM. Resulta cuanto menos paradójico el desdén mostrado por el ejecutivo.

Hay que reseñar que el panorama es radicalmente diferente de lo que recuerda el ejecutivo. Para empezar la industria tiene interés en explorar esta vía tras percibir las virtudes de esta tecnología en sus ordenadores. Qualcomm, por ejemplo, tiene ahora más herramientas. La compra hace dos años de una startup llamada Nuvia, fundada por tres ingenieros con experiencia en Apple, les ha dado el empujón y el conocimiento que necesitaban para el desarrollo del Snapdragon Elite X. Por último, y nuevamente hay que señalar a la manzana, el salto de Cupertino hizo que los grandes desarrolladores de software como Adobe adaptasen sus programas.

Foto: Tim Cook, durante la keynote, ambientada con temática de Halloween. Foto: Apple.

Pero Intel también tiene un plan para competir con ARM y pasa por los Meteor Lake, una nueva forma de diseñar sus procesadores que llegará al mercado con la decimocuarta generación de Intel Core. Emulará la disposición de núcleos de alto rendimiento y núcleos de alta eficiencia. Estarán construidos en el nodo de los 7 nanómetros. Para el que no lo sepa, los nanómetros es una de las cosas que influye en la potencia de un chip, junto al número de núcleos y la velocidad. Cuanto más baja es la cifra, más transistores se pueden meter en una misma pieza. TSCM y Apple, por ejemplo, ya trabajan en el nodo de los tres nanómetros. Sin embargo, hay bastante marketing detrás de todo esto y esta referencia ha perdido fuerza en favor de la densidad de transistores, algo que refleja mejor cuanto de avanzado es el producto.

En este sentido, aunque Intel utilice una escala mayor que otros jugadores, puede meter más componentes en una misma oblea que, por ejemplo, lo que puede hacer TSCM con su proceso de 5 nanómetros. Estos procesadores Meteor Lake llegarán primero a portátiles y más adelante a ordenadores de sobremesa. El reto de Intel es demostrar que puede igualar los beneficios que ha demostrado tener ARM, en términos de relación de potencia y eficiencia energética. Por ejemplo, los últimos MacBook Pro equipados con el M3 Max y el M3 Pro ofrecerán hasta 22 horas de autonomía. ¿Podrá? La batalla está servida.

Apple celebró en la madrugada del martes en España una keynote que bautizó como Scary Fast. En una traducción un tanto gruesa podríamos intepretar este título como "aterradoramente rápido". Sin embargo, fue un evento de lo más previsible, si no llega a ser por el detalle de que la presentación, ambientada entre tinieblas con motivo de Halloween, se grabó íntegramente con un iPhone 15 Pro.

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