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Intel lleva su megafábrica a Alemania y deja a España fuera de sus grandes inversiones
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ESCASEZ DE SEMICONDUCTORES

Intel lleva su megafábrica a Alemania y deja a España fuera de sus grandes inversiones

El premio gordo que toda la UE andaba esperando recae finalmente en Magdeburg, donde gastará más de 17.000 millones de euros. Anuncia inversiones en Francia, Italia e Irlanda

Foto: Foto: A. Cohen/Reuters.
Foto: A. Cohen/Reuters.

Era el premio gordo que esperaba la mitad de Europa. Intel por fin ha deshojado la margarita de dónde construirá su megafábrica en el Viejo Continente: Alemania. El país teutón era el que más papeletas llevaba para hacerse con esta instalación, clave para los planes de Bruselas de que para 2030 al menos uno de cada cinco chips que se consuma a nivel global se fabrique en suelo comunitario.

Foto: Ilustración: Raquel Cano.

Después de meses de muchos cortejos público-privados, el gigante de los semiconductores ha elegido la localidad de Madenburg para levantar esta instalación. Aunque se había especulado que las candidaturas de Italia, Francia o Polonia habían ganado posiciones en la recta final, finalmente, se ha producido lo que todos esperaban. El gigante de Santa Clara pondrá un pie en suelo teutón y levantará una instalación en la que invertirá 17.000 millones de euros.

Se espera que los trabajos de construcción comiencen en 2023 y entre en funcionamiento en 2027, aunque está pendiente de la aprobación de las autoridades. La elección se ha basado en la posición geográfica, las infraestructuras, así como la conexión con proveedores y clientes. Se espera que el proyecto atraiga 3.000 profesionales de alta cualificación. A eso habrá que sumar los 7.000 empleos que se generarán durante el levantamiento del centro.

Francia, Italia e Irlanda, otros agraciados

"Nuestras inversiones planificadas son un paso importante para la compañía y para Europa", ha afirmado Pat Gelsinger, CEO de la compañía. "La ley de chips de la UE facultará a las empresas privadas y los gobiernos a trabajar juntos para mejorar drásticamente la posición de Europa en el sector de los semiconductores". Lo anunciado este martes es la primera fase de un plan que contempla movilizar hasta 80.000 millones de euros en los próximos años para crear un ecosistema en estas latitudes.

El otro gran anuncio ha estado valorado en 12.000 millones de euros. Es la cantidad que dedicará a ampliar su factoría de Leixlip, en Irlanda. El objeto, además de adaptar esta fundición al proceso de cuatro nanómetros, es duplicar el espacio disponible y ampliar su oferta, con especial atención al sector automovilístico, uno de los que más ha sufrido la crisis de suministros provocada por el coronavirus.

Gelsinger también ha anunciado que levantará en Francia un nuevo centro europeo de I+D, generando 1.000 puestos de trabajo. La última gran agraciada ha sido Italia, donde hay planes para montar una fábrica de 'back-end' de última generación, con un gasto de hasta 4.500 millones de euros, algo que servirá para crear 1.500 empleos directos.

Los de Santa Clara también han repartido una serie de pedreas, donde España, que ha quedado fuera de las grandes inversiones, ha podido rascar algo. Los estadounidenses han recordado el trabajo realizado con el SuperComputing Center de Barcelona, con quien ha colaborado en los últimos cursos en el desarrollo de la arquitectura de 'exaescala' y donde ya trabajan para generar arquitecturas de 'zettaescala' que deberían estar listas para la próxima década. Han abierto la puerta a levantar laboratorios en común, pero no han especificado ni fechas ni capital disponible. El otro premio de consolación ha ido para Polonia, donde ampliará en un 50% la capacidad de su laboratorio de I+D.

Era el premio gordo que esperaba la mitad de Europa. Intel por fin ha deshojado la margarita de dónde construirá su megafábrica en el Viejo Continente: Alemania. El país teutón era el que más papeletas llevaba para hacerse con esta instalación, clave para los planes de Bruselas de que para 2030 al menos uno de cada cinco chips que se consuma a nivel global se fabrique en suelo comunitario.

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