Una joven pierde su empleo por segunda vez por culpa de una IA que ella misma entrenó

Primero apareció Dall-E y los ilustradores y dibujantes temblaron de ira ante la capacidad de la IA de generar arte. Parecía que su trabajo iba a ser sustituido por una máquina. Luego llegó ChatGPT y similares, y otros sectores como los redactores, publicitarios y programadores vieron cómo esta IA era capaz de hacer su trabajo en segundos, con mayor o menor rigurosidad.

El miedo a que las inteligencias artificiales sustituyan a los humanos en ciertas tareas en la próxima década es palpable y real. Es más, ya hay emprendedores que han aprovechado las IA para ganar dinero y mejorar sus flujos de trabajo. Con menos incidencia, ciertos sectores están viéndose afectados por empleadores que ya sustituyen a sus trabajadores por IA, normalmente para ahorrarse gastos.

Este es el miedo que se ha hecho realidad para Emily Hanley, una tiktoker que ha contado en un vídeo cómo la IA le ha quitado el trabajo, de una manera bastante cruel. Ella es una copywriter, redactora de contenido, y trabajaba en una pequeña empresa escribiendo sus textos. Le iba muy bien en su puesto hasta que la empresa descubrió ChatGPT, y todo cambió.

Fue sustituida por una IA

La empresa decidió sustituir las habilidades de Emily por la IA de ChatGPT, porque les salía más barato que contratar a un trabajador humano. Esta inteligencia artificial es capaz de crear contenido escrito, entre otras habilidades, aunque no tiene la capacidad de escribir sobre actualidad reciente.

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Emily explica que, tras su despido, comenzó a buscar un nuevo empleo. Sin un salario, no se puede permitir el alquiler del apartamento donde vive, o comer algo de comida decente. La joven comenta que es “muy difícil encontrar trabajo”, y pasó bastante tiempo hasta que recibió una llamada que le trajo “perspectivas emocionantes”.

La oferta de trabajo era en modalidad de freelance, es decir, que Emily trabajaría como redactora autónoma para ellos, sin disfrutar de los privilegios de la empresa o de una paga por desempleo. El salario de la oferta es “digno”, lo justo para vivir, explica la joven. Sin embargo, la propuesta laboral es para quedarse de piedra.

Ha sido sustituida por una IA y entrenará a otra para volver a ser despedida

Quieren contratar a Emily como redactora para entrenar a una IA de creación de contenido, durante seis meses, para luego volverla a despedir. Es una situación de lo más irónica y lamentable al mismo tiempo. Pero ahora mismo, y sabiendo que este empleo le perjudica a ella y a sus compañeros de profesión, Emily no tiene más remedio que aceptar el trabajo, ya que está vendiendo sus joyas y objetos personales para poder costearse el apartamento y los alimentos. “No tengo salida, no hay otra opción para mí”, comenta apesadumbrada.

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Muchos de sus seguidores indican que parece que estemos viviendo “en una distopía”. Los más avispados y optimistas, optan por darle la vuelta a la tortilla y recomendar a Emily cambiar su enfoque y ofrecerse como redactora que entrena IA y que mejora su contenido. Incluso como consultora de IA para pequeñas empresas. Todo depende de ver el vaso medio lleno o medio vacío.