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"Me da igual la máquina, no voy a jugar": el 'ojo de halcón' catalán la lía en el Open de Madrid
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LA POLÉMICA DE FOXTENN

"Me da igual la máquina, no voy a jugar": el 'ojo de halcón' catalán la lía en el Open de Madrid

Foxtenn se ha convertido en un inesperado protagonista del torneo madrileño, tras las quejas de varios tenistas sobre su sistema de detección de bolas. Se trata de un 'software' que, aseguran, es más fiable que el clásico ojo de halcón

Foto: Alejandro Davidovich durante la discusión en el Mutua Madrid Open. (EFE)
Alejandro Davidovich durante la discusión en el Mutua Madrid Open. (EFE)

"Está completamente fuera, ¿cómo ha podido salir que ha sido dentro?", se quejaba a gritos el tenista español Alejandro Davidovich, número 29 del ránking ATP. Lo hizo en mitad de la tercera ronda del Mutua Madrid Open, donde se enfrentaba a Holger Rune, sexto. Paró el partido varios minutos y se encaró con el juez de silla: "Esa bola se ha ido, la has visto desde ahí y la estás cantando buena". "Me da igual la máquina, no voy a jugar", llegó a amenazar poco después. Un episodio estrambótico que, pese a ser el más sonado, no ha sido el único que se ha visto durante esta edición del torneo madrileño, pero todas tienen un denominador común: Foxtenn, una tecnología para la detección del bote de las bolas que desarrolla la empresa catalana FoxTenn Bgreen.

El caso de Davidovich ha ido acompañado de las quejas de otros tenistas, también españoles, como Paula Badosa o Jaume Munar, que mantuvo otra discusión acalorada. Todos ellos señalaban la marca que había dejado la pelota en la pista, algo que les habría dado la razón hasta no hace mucho. Sin embargo, poco había que hacer, ya que la normativa de esta competición prioriza la decisión de este software, donde muchos ven al sustituto del famoso Hawk-Eye, una tecnológica que Sony compró en 2011 y que en España es más conocido por su traducción, ojo de halcón.

Foto: La predicción de la ATP dejaba a Nadal con muy pocas opciones. (Eurosport)

La principal diferencia entre ambas es que el ojo de halcón se basa en una estimación del bote de la bola, mientras que Foxtenn ha desarrollado un sistema más complejo que, aseguran, muestra dónde ha caído la bola con exactitud y con un 100% de acierto. Pero ¿a qué se debe la diferencia entre la marca de una bola y lo que refleja este programa?

"La huella no dice siempre la verdad. Por eso, hay múltiples ocasiones en las que el sistema de Foxtenn es capaz de ver y detectar el momento exacto en el que la pelota ha botado", comentan fuentes del sector, que ponen algunos ejemplos de estas situaciones: "La trayectoria es clave, porque según el ángulo y la velocidad, tiene mayor arrastre. Es decir, una bola que cae vertical resbala menos que la que lo hace de forma tangencial. Si arrastra y sale, vas a verla fuera, pero en realidad ha tocado la línea. Es física".

"La bola arrastra polvo y parece que ha tocado línea, pero luego en Foxtenn hemos visto que no era así. Al final, es una cuestión milimétrica, donde también hay que tener en cuenta que la bola no es pura, porque tiene felpa que puede llegar al límite, pero sin tocar", agrega Manuel Poyán, comentarista de tenis en Eurosport con cuatro décadas de experiencia, en conversación con El Confidencial.

Hasta ahora, la tierra batida había sido la única superficie que se había librado de los sistemas de detección. Mientras las pistas de cemento o de hierba apenas dejan rastro del bote, en este caso sí se puede ver de forma relativamente clara por dónde ha pasado. Sin embargo, eso ha cambiado en los últimos años y, en 2021, Madrid se convirtió en el primer Master 1000 —el segundo nivel de competición más importante del circuito— en incorporar Foxtenn, que es el único sistema homologado para este tipo de canchas. Contactados por este periódico, en la empresa han preferido no hacer declaraciones sobre lo ocurrido estos días en el torneo madrileño.

La polémica ha llegado pocos días después de que la ATP anunciara que prescindirá de los jueces de línea a partir de 2025, que pasarán a ser sustituidos por estas tecnologías. "La tendencia es conseguir que no se necesite a los jueces. El tenis sigue el proceso ineludible de automatización", apunta Poyán, que también ha trabajado como juez de silla. "Cuando empecé, ni siquiera había código de conductas. Yo he visto jugadores escupir al juez, y no estaba penalizado", recuerda a modo de anécdota, en contraposición a las broncas que se han visto esta semana.

"Te tienes que fiar, porque es el futuro y poco a poco se va a imponer en todos los torneos", comenta Irene Gómez, extenista, profesora de este deporte y redactora en El Desmarque, que agrega que "no está tan claro que necesites esta tecnología en tierra para quitar la polémica". "Aunque el árbitro y el jugador la vean mala, si la máquina dice que ha sido buena, le van a hacer caso", incide.

¿Mejor que el ojo de halcón?

Desde hace casi 20 años, la herramienta utilizada para este cometido ha sido el ojo de halcón. Hasta ese momento, todo dependía de la palabra de los jueces de silla y de línea, que tenían que decidir sobre unas bolas que, en el caso de los saques, pueden viajar a más de 200 kilómetros por hora. Después, al revisar las imágenes tomadas por cámaras de televisión convencionales, se descubrían los supuestos errores arbitrales cuando ya era demasiado tarde.

El ojo de halcón opera mediante una decena de cámaras capacitadas para recoger movimientos de alta velocidad y, basándose en las imágenes que capta, hace una triangulación para replicar ese movimiento con imágenes 3D. Su margen de error de apenas unos milímetros y su cuota de acierto del 99%, pero también ha sido cuestionado en distintas ocasiones, algo que ha propiciado que distintos torneos hayan apostado por Foxtenn. Ahí está lo ocurrido en la histórica final de Wimbledon de 2007, cuando Roger Federer perdió los nervios con esta tecnología, entonces incipiente, que dio la razón a Rafa Nadal en bolas muy ajustadas.

La promesa de Foxtenn, que tiene como inversores a Banc Sabadell y la gestora de capital riesgo InverReady, no es menor: una capacidad de acierto del 100%. Es lo que ha hecho que esta tecnología se haya ganado la confianza de la Federación Internacional de Tenis (ITF), la ATP y la WTA, que certificaron esta herramienta en 2017, siendo el segundo sistema de detección que lo conseguía. FoxTenn es, además, el socio tecnológico de World Padel Tour, donde hace labores similares.

"Nosotros nos basamos en 'el momento de la verdad', el momento del bote real", explicaban en Foxtenn a este periódico en aquel año, cuando se comenzó a utilizar en torneos profesionales, como el Conde de Godó en Barcelona o los ATP y WTA 250 de Río de Janeiro, en Brasil. Desde entonces, ya está presente en más de medio centenar de competiciones a nivel mundial, aunque por ahora no ha conseguido desbancar al ojo de halcón de los Grand Slam, la verdadera joya de la corona de este deporte.

Foto: Imagen real del Zorro, en la que una bola no toca línea por 4 milímetros

Entonces, en la empresa también explicaron que su mecánica era la contraria a la de la competencia, basada en estimaciones. "Vamos al momento en el que impacta con 44 cámaras que filman a 2.500 imágenes por segundo, situadas en el suelo y sincronizadas con láseres de altísima velocidad. La ventaja de nuestras cámaras, además de 150.000 imágenes comparadas con 150 [las que capta el ojo de halcón], es que vemos la pelota por debajo, el punto de contacto de la pelota, el punto de la verdad. Esta tecnología nos permite ver a altísima velocidad como la pelota se achata, se deforma y sale disparada", detallaron.

"Cuando eres juez de silla, te piden la perfección, pero la perspectiva desde donde estás no siempre es la más adecuada, así que desde el punto de vista técnico y perfeccionista, estas tecnologías vienen bien para el deporte", apunta por su parte Poyán, que lo contrapone al hecho de que "se ha llegado al extremo de que el sistema es infalible y no da lugar a reclamaciones". "Es imparable", asume.

"Está completamente fuera, ¿cómo ha podido salir que ha sido dentro?", se quejaba a gritos el tenista español Alejandro Davidovich, número 29 del ránking ATP. Lo hizo en mitad de la tercera ronda del Mutua Madrid Open, donde se enfrentaba a Holger Rune, sexto. Paró el partido varios minutos y se encaró con el juez de silla: "Esa bola se ha ido, la has visto desde ahí y la estás cantando buena". "Me da igual la máquina, no voy a jugar", llegó a amenazar poco después. Un episodio estrambótico que, pese a ser el más sonado, no ha sido el único que se ha visto durante esta edición del torneo madrileño, pero todas tienen un denominador común: Foxtenn, una tecnología para la detección del bote de las bolas que desarrolla la empresa catalana FoxTenn Bgreen.

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