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Las 'tech' españolas salpicadas por la caída del Silicon Valley Bank: "Ha sido una pesadilla"
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EL RESCATE LO ARREGLA TODO

Las 'tech' españolas salpicadas por la caída del Silicon Valley Bank: "Ha sido una pesadilla"

La meca de la tecnología ha vivido 48 horas de incertidumbre tras la intervención de la entidad, una viga maestra para el funcionamiento diario de miles de 'startups'. Así lo vivieron las compañías de origen español

Foto: Foto: Reuters/Brian Snyder.
Foto: Reuters/Brian Snyder.
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“El viernes nos quedamos en shock. El sábado nos dijimos que no podía ser nuestra muerte como empresa y empezamos a buscar soluciones y dinero a la desesperada. Han sido dos días de pesadilla”. Así resume el sevillano Miguel Carranza, cofundador de RevenueCat, la angustia que han vivido miles de empresas durante 48 horas por la caída a plomo del Silicon Valley Bank, la entidad que hasta la semana pasada era la viga maestra financieramente hablando de la meca de la tecnología mundial. Una retirada masiva de depósitos, 42.000 millones de dólares en un solo día, llevó a ese prestamista al colapso. “En otros lugares, como España, es más normal tener cuentas en varios bancos. Aquí la gran mayoría de empresas solo trataba con ellos”. Si el banco caía —algo que no sucedió por el rescate exprés de la Reserva Federal—, caían cientos de startups y se corría el riesgo de un contagio mundial. “Hablar hablamos pocos, pero han sido muchos los que han estado jodidos”, explica el emprendedor español, afincado en California desde hace años.

RenevenueCat, una plataforma de gestión de pagos para aplicaciones fundada en 2018, no ha sido la única firma española salpicada por esta crisis. Es cierto que, en líneas generales, la exposición de las compañías patrias ha sido, por suerte, mucho más limitada. Sin presencia ni oficinas en EEUU o Reino Unido es difícil que un fundador acabe depositando sus fondos en el SVB. Pero si tenías sede fiscal y oficina en, por ejemplo, Delaware, como ocurre con al menos media docena de firmas de nuestro país, había muchas probabilidades de terminar haciendo lo que veías a tu alrededor: meter tu dinero en el SVB.

Cabify o Carto son algunas de las firmas españolas que tenían fondos en el SVB

Cabify es una de las compañías españolas que mantenía una cuenta activa en el banco, según apuntan diferentes fuentes a este diario, pero con cantidades muy pequeñas. Consultada al respecto, la empresa confirma que mantenía una cuenta con "capital residual para gastos corrientes de una sociedad del grupo en EEUU sin significancia operativa" y que, por tanto, "nunca tuvo exposición real a SVB". "España es el país donde Cabify aglutina todas las operaciones internacionales y desde donde gestiona la caja para ellas".

Carto, la firma nacional de visualización de mapas y datos, también con sede en Delaware, se ha visto más expuesta. Según diversas fuentes, Carto mantenía más de 150.000 libras en SVB UK y menos de un millón de dólares en EEUU. Su fundador, Javier de la Torre, prefiere no hablar de cantidades. "A nosotros nos ha afectado de forma limitada. No hemos tenido riesgo para la viabilidad de la empresa ni para el pago de nóminas", explica a este diario.

placeholder Oficina de Silicon Valley Bank en Santa Clara, California. (Foto: Reuters)
Oficina de Silicon Valley Bank en Santa Clara, California. (Foto: Reuters)

El caso de RevenueCat, con gran exposición directa, ayuda a entender el papel que juega la entidad rescatada en el ecosistema emprendedor y los apuros que pasaron miles de empresas el pasado fin de semana. En su caso, el “98% de los fondos no estaban depositados en SVB” sino que estaban en money market de Morgan Stanley (una especie de cuenta de tesorería) pero gestionados por la entidad californiana.

“Esto es bastante habitual. Tienes en tu cuenta uno, dos, diez o veinte millones que utilizas para tus gastos operativos. Y al finalizar el día esa cantidad que has utilizado se repone desde tu depósito en Morgan Stanley, American Bank o donde sea. Luego hay gente que ahí tiene sus ahorros personales, pero no es la norma”, cuenta el empresario español. Se puede decir que el SVB es, por así decirlo, el gran cajero que necesita el tejido empresarial de Silicon Valley para mantener sus constantes vitales.

“Nuestro problema no era que el dinero no estuviese garantizado. El problema es que no podíamos acceder a esos fondos. El banco era la única interfaz de acceso a nuestros recursos y estaba bloqueado. Y no sabíamos cuánto iba a tardar en desbloquearse”. Si la mayoría del dinero estaba en manos de otra entidad, ¿por qué no hacerse otra cuenta en otro banco y ya está? “En Estados Unidos eso es difícil. La gente ha estado como loca buscando gestores seniors para hacer esto y muchos aún no lo han conseguido”.

"O pagas las nóminas o cierras"

Esta crisis no llegó en un momento cualquiera. Este miércoles, día 15 de marzo, es día de pago. Por eso, las urgencias eran todavía mayores. “La principal preocupación era esa, abonar las nóminas. Si no pagas, tienes que cerrar o despedir a la gente. Y a los trabajadores les generas un problema adicional, porque no pueden pagar la hipoteca o no pueden ir al médico, porque el seguro de salud depende de tu empleador, de tu salario”, resume. "No solo es cuestión de tener el dinero, es de tenerlo a tiempo, porque luego las transferencias no son inmediatas y los plazos se dilatan".

El fundador de ReveneuCat relata algunos parches de urgencia que fueron apareciendo hasta que el panorama escampó y la Fed confirmó que el 100% de los depósitos estaban asegurados. "Nosotros hubiésemos perdido un millón pero había otros que estaban mucho más expuestos". La pregunta es inevitable: ¿por qué este banco llegó a hacerse tan importante? "Es lo que hay cuando montas una empresa aquí".

Foto: Silicon Valley Bank es una entidad clave en el entorno de las 'startups' estadounidenses. (Reuters/Dado Ruvic)

“Al igual que a otros, nuestros inversores nos plantearon transferir fondos desde sus cuentas particulares”, agrega Carranza, que finalmente no llegó a recurrir a ello. “No hemos necesitado recurrir a nada así, porque al final el lunes todo funcionaba correctamente. Pero nos llegamos a plantear conseguir dinero o financiación en condiciones que no hubiesen sido ventajosas para nosotros en el largo plazo. Hay gente que también ha hecho negocio de todo esto”. Un ejemplo de cómo algunos han sacado tajada es que el sábado, en medio del pánico a un corralito, hay quien estaba ofreciendo a los clientes del SVB darles los 250.000 dólares que aseguraba el FDIC, el fondo de respaldo de depósitos bancarios, a unos intereses “del 50 o el 60%".

La crisis en la piel de un inversor

"El viernes lo vivimos más o menos tranquilos. El sábado menos, y el domingo ya estábamos hechos polvo". Así describe un inversor español del sector tecnológico su particular pesadilla con el colapso de SVB. Prefiere mantener el anonimato, "es un sector muy pequeño", pero sí explica que ha vivido una "auténtica montaña rusa". La firma de capital riesgo para la que trabaja había invertido en 6 empresas de EEUU. De ellas, 4 tenían una exposición del 100%, es decir, muy probablemente tendrían que echar el cierre de no haberse producido el rescate.

"Una de ellas logró retirar los fondos el jueves justo a tiempo, pero las otras 3 no. De ellas, una tenía 30 millones de dólares en el SVB, otra seis millones y la tercera otros 30 millones. Esta fue la que peor lo pasó, vivió feliz hasta el domingo, tenía el dinero en el Signature Bank y hasta ese día no se supo que estaba también afectado", explica en conversación telefónica. "El domingo por la tarde, antes de conocerse el rescate, las tres nos enviaron planes de urgencia. Una nos proponía una operación de ronda bridge para subsistir un tiempo. Otra calculaba cuántas semanas de vida le quedaría con el dinero restante. Una agonía. Cuando salió el comunicado de la Fed, volvimos a respirar".

El inversor español Luis María Cabiedes explica a este periódico cómo empleados de Silicon Valley Bank de Londres venían regularmente a España a mantener reuniones con emprendedores y fondos de inversión para ofrecerles productos financieros. "Yo me reuní una vez con ellos. Me ofrecían adelantarme dinero si ya tenía firmadas rondas de capital. La gente les decía, "mira, en dos meses tengo acordado recibir X millones para un fondo y no se pueden echar atrás". Ellos entonces decían: "Vale, te adelanto esa cantidad un tipo de interés muy bajo". Eso se lo proponían a VC españolas pero también a firmas de private equity. Si no hubiera habido rescate, las consecuencias para el ecosistema en España habrían sido también muy importantes".

Un rescate que genera discusión

El rescate urgente ha causado una fuerte división en el sector. Por un lado, inversores y fundadores de empresas que no depositaron dinero en el SVB han criticado a las élites de Silicon Valley por exagerar el posible impacto de la caída del banco y exigir desde el inicio la intervención gubernamental. Por otro lado, los afectados creen que la Fed ha hecho lo que tenía que hacer.

"Yo soy antirrescates y cero intervencionista, pero este rescate era la única salida. Hablamos de un banco que tiene más activos que pasivos, que no va a costar un dólar al contribuyente, y que compraba bonos estatales, que es lo más seguro que hay. Cometieron un error de maturity matching, no coordinar bien los tiempos del plazo de los bonos y la entrada de depósitos. Pero eso les ocurre a prácticamente todos los bancos, lo que pasa es que están más diversificados", argumenta Cabiedes.

Entre los que no dudaron en presionar a la FED para que moviese ficha se encuentras nombres de la talla de Peter Thiel o el expresidente Donald Trump. El republicano, que ha atacado con dureza anteriormente a los reguladores y su intervencionismo por intentar limitar los movimientos de sus fondos de inversión, dio un giro de 180 grados al pedir a la FDIC “que cubriera el 100% de los depósitos”.

placeholder Pether Thiel, cofundador de PayPal y reconocido inversor. (Reuters)
Pether Thiel, cofundador de PayPal y reconocido inversor. (Reuters)

“Esto es un evento de extinción”, afirmó el mandamás de Y Combinator, la mayor aceleradora de empresas del mundo, Garry Tan. Hay quien pasó de las advertencias y apeló directamente a cargos concretos. “¿Dónde está Powell? ¿Dónde está Yellen?”, escribió en su cuenta de Twitter David Sacks, un conocido inversor de riesgo muy cercano a Elon Musk y Peter Thiel, que tradicionalmente se han opuesto a los rescates de este tipo. Las voces consultadas por este periódico coinciden en señalar esto en la normalidad del mercado estadounidense. “Allí, todos los sectores poderosos, desde las aerolíneas hasta las petroleras o la industria armamentística llevan a cabo esta actividad, que está regulada y aceptada”.

La presión ha influido pero no ha sido lo único. El FDIC siempre ha funcionado así, lo diferente es que se haya cubierto rodos los depósitos”, opina Carranza. “Creo que también se ha tenido muy en cuenta que se podía recuperar el 100% del rescate, ya que el SVB tenía un problema de activos no líquidos”, apunta. También este emprendedor señala que se ha hecho un ejercicio de lobby desde el polo opuesto, ya que muchos sectores se oponían a que se articulará un salvavidas de estas características. “Por eso se ha puesto tanto el acento en que esto no sale del bolsillo de los ciudadanos. No querían que se viese como un rescate a multimillonarios”.

“El viernes nos quedamos en shock. El sábado nos dijimos que no podía ser nuestra muerte como empresa y empezamos a buscar soluciones y dinero a la desesperada. Han sido dos días de pesadilla”. Así resume el sevillano Miguel Carranza, cofundador de RevenueCat, la angustia que han vivido miles de empresas durante 48 horas por la caída a plomo del Silicon Valley Bank, la entidad que hasta la semana pasada era la viga maestra financieramente hablando de la meca de la tecnología mundial. Una retirada masiva de depósitos, 42.000 millones de dólares en un solo día, llevó a ese prestamista al colapso. “En otros lugares, como España, es más normal tener cuentas en varios bancos. Aquí la gran mayoría de empresas solo trataba con ellos”. Si el banco caía —algo que no sucedió por el rescate exprés de la Reserva Federal—, caían cientos de startups y se corría el riesgo de un contagio mundial. “Hablar hablamos pocos, pero han sido muchos los que han estado jodidos”, explica el emprendedor español, afincado en California desde hace años.

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