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"Me han desconectado. ¿Estoy despedido?". Por qué Silicon Valley mola hasta que te echan
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NO, NO ES SOLO TWITTER

"Me han desconectado. ¿Estoy despedido?". Por qué Silicon Valley mola hasta que te echan

Antes de comunicarles su despido oficialmente, muchos afectados están viendo cómo su correo corporativo deja de funcionar. Una gestión que está rompiendo uno de los grandes mitos de Silicon Valley

Foto: (EFE / EPA / Justin Lane)
(EFE / EPA / Justin Lane)

Solo Apple parece haberse salvado de los despidos masivos. En las últimas semanas, casi todas las tecnológicas han anunciado el recorte de miles de puestos de trabajo en sus plantillas de todo el mundo. Solo entre Google, Microsoft, Amazon y Meta, han eliminado algo más de 50.000 empleos en unas semanas. El problema no ha sido solo la pérdida de puestos de trabajo, sino la propia gestión de estas salidas. Antes de recibir la noticia de su despido, el correo corporativo o la tarjeta de acceso a la oficina de los afectados habían dejado de funcionar. Una operativa que choca con uno de los grandes mitos de Silicon Valley, como es su reputación en materia de condiciones laborales.

Nada más llegar a Twitter, a principios de noviembre, Elon Musk despidió al 50% de la plantilla, que vio cómo de la noche a la mañana tenía cortado el acceso tanto a la sede como a los sistemas internos de la compañía. Aquello se vio como la peor forma de ejecutar un recorte de ese tipo, pero también como algo propio del magnate, que siempre ha acostumbrado a mantener políticas laborales duras en sus empresas. Sin embargo, la historia se está repitiendo ahora en otras tecnológicas.

Foto: Foto: Reuters/Shannon Stapleton.

Zac Bowling es un ingeniero que llevaba casi ocho años trabajando para Google y, antes de tener ningún aviso por parte de la dirección, fue desconectado de todas las herramientas internas de Alphabet. Dos horas después, le comunicaron el despido con otro correo y su superior tuvo que contactarle a través de LinkedIn, ya que no tenía otra forma de hacerlo.

Además, los recortes no se han ejecutado al completo, según le han comentado sus ya excompañeros, ya que que han desaparecido 8.000 personas de la lista de empleados, cuando el número total de afectados es de 12.000. "Todos se están despidiendo, por si acaso, porque no saben si les van a cortar todo", ha lamentado Bowling en entrevista con Wired, que recordado que la gestión de este recorte "ha sido muy diferente a la cultura de la empresa". Sea como sea, los que sí han sido despedidos llevan días contando cómo han vivido la salida de la tecnológica a través de TikTok, bajo la etiqueta #GoogleLayoffs.

"La disparidad entre el alto gasto de big tech y la forma atroz en que han despedido a su personal ha empañado su reputación como buenos empleadores y le ha recordado al personal que sus necesidades están subordinadas a las de los accionistas", ha destacado la propia Wired. Además, en muchos casos, se trata de despidos que no han contado con ninguna explicación y que muchos sospechan que han sido arbitrarios; sobre todo, en el caso de Twitter, donde en algunos casos tuvieron que pedir que volvieran. Sea como sea, las comunicaciones han sido siempre frías y genéricas.

En el caso de Microsoft, el pasado 23 de enero despidió a 10.000 personas, el 5% de su plantilla. Apenas unos días después, anunciaría una inversión de 10.000 millones de dólares en ChatGPT. Además, The Wall Street Journal reveló poco después que la tecnológica había organizado un concierto privado de Sting en el Foro de Davos, al que acudió medio centenar de personas, entre los que estaban los principales directivos. Fue justo la noche de antes de comunicar el ajuste laboral, es más duro que habían ejecutado desde 2014.

Al igual que ha ocurrido con las otras big tech, sus beneficios siguen siendo abultados (17.371 millones de dólares en el último trimestre de 2022), pero la preocupación viene por la ralentización de esa rentabilidad (un 12% respecto al mismo periodo del año anterior), algo que también se está aprovechando para reevaluar cuáles son las inversiones que más les interesan. "Sería justo decir que estoy conmocionada, pero no sorprendida", ha explicado Susan Schurman, profesora de relaciones laborales en la Universidad de Rutgers, que destaca ser "lo suficiente mayor" como para haber conocido las empresas previas al auge de Silicon Valley. "Todos nos engañamos al pensar que estas tecnológicas trataban a las personas como seres humanos", afirma Schurman. "En cuanto las cosas se complican... ¡Boom! Vuelve el jefe".

Solo Apple parece haberse salvado de los despidos masivos. En las últimas semanas, casi todas las tecnológicas han anunciado el recorte de miles de puestos de trabajo en sus plantillas de todo el mundo. Solo entre Google, Microsoft, Amazon y Meta, han eliminado algo más de 50.000 empleos en unas semanas. El problema no ha sido solo la pérdida de puestos de trabajo, sino la propia gestión de estas salidas. Antes de recibir la noticia de su despido, el correo corporativo o la tarjeta de acceso a la oficina de los afectados habían dejado de funcionar. Una operativa que choca con uno de los grandes mitos de Silicon Valley, como es su reputación en materia de condiciones laborales.

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